Musical Prophet | Crítica

Éste es mi chico

  • Se publica un triple álbum con reediciones y grabaciones inéditas de Eric Dolphy, uno de los grandes heterodoxos de la historia del jazz

El genial y malogrado saxofonista Eric Dolphy (Los Ángeles, 1928–Berlín, 1964).

El genial y malogrado saxofonista Eric Dolphy (Los Ángeles, 1928–Berlín, 1964). / Chuck Stewart

Cuenta Ashley Kahn en su excelente libro A Love Supreme y John Coltrane. La historia de un álbum emblemático (Alba, 2004), que cuando Trane recaló en julio de 1965 en el festival de jazz de Antibes (Francia), donde quedó registrado el único documento en directo de su interpretación de aquel legendario álbum, recibió en su hotel la visita de Jean-Pierre Leloir. El fotógrafo galo le ofreció una instantánea de un directo de 1962 en la que se podía ver al saxofonista junto a un Eric Dolphy fallecido un año antes. Coltrane observó la foto y murmuró "Éste es mi chico..." para, después de apoyarla en el espejo, dedicarle unas notas con su saxo tenor.

Coltrane había sido uno de los primeros colegas en percibir las formidables cualidades y trascendente visión de aquel joven multinstrumentista a quien conoció en Los Ángeles en 1954 hasta el punto de tutelarlo e integrarlo en sus discos y directos. Antes, Dolphy ya había dejado rastros de su talento junto a Chico Hamilton y, sobre todo, en soberbios discos como Charles Mingus Presents Charles Mingus (1961), levantando, de paso, las vehementes críticas de una ortodoxia escandalizada ante sus disonantes juegos, trepidantes fraseos y saltos de registro.

Otras presencias en discos de la dimensión de Free Jazz de Ornette Coleman, The Blues and the Abstract Truth de Oliver Nelson (ambos de 1961) o Point of Departure (1964) de Andrew Hill contrastaron la singularidad de un músico y compositor cuya discografía a su propio nombre terminaría de ejemplificar esa versátil conexión entre método y emoción que definió su colosal legado. Ni siquiera colegas como Miles Davis llegaron a apreciar en su momento la esencia de un privativo estilo capaz de saltar del tono abrasivo a la caricia sensual. Presionado por la incomprensión, Eric Dolphy tuvo que emigrar a Europa en 1964 en busca de trabajo para fallecer en Berlín en junio de ese mismo año a la edad de 36 años a causa de una diabetes no diagnosticada.

Por todo ello, resulta gratificante contemplar ahora cómo la historia ha otorgado una aventajado lugar a este músico humilde y grandioso a la vez, de la mano de las reediciones de sus discos o de descubrimientos como el que ahora nos ofrece este Musical Prophet. The Expanded 1963 New York Studio Sessions, la primera edición oficial de material inédito en décadas. En realidad, el grueso de este triple CD (también lanzado en limitadísima edición en vinilo) contiene material de Dolphy ya disponible en el mercado gracias a los álbumes Conversations y Iron Man, publicados en 1963 y reeditados en diferentes momentos y con distintas etiquetas. Ambos se nutrieron de sus registros tras abandonar el sello Prestige y antes de grabar su obra magna para Blue Note, el gran Out To Lunch (1964).

Portada del disco. Portada del disco.

Portada del disco. / D. S.

La oportunidad le llegó de la mano de Alan Douglas, conocido también por su relación con Jimi Hendrix y por la producción de otros trabajos de peso como aquel Money Jungle que unió en 1963 a Duke Ellington, Charles Mingus y Max Roach. Dolphy visitó los neoyorquinos Music Makers Studios junto a un elenco de jóvenes valores del nuevo jazz entre quienes se encontraban Prince Lasha, Woody Shaw, Bobby Hutcherson o Richard Davis. El resultado del encuentro deparó música de alta intensidad en la que se combinaban refrescantes lecturas del pasado, como Alone Together, Come Sunday de Ellington o Jitterbug Waltz de Fats Waller, con aportaciones propias. Amigos cercanos a Dolphy custodiaron aquellas cintas que años más tarde llegarían al flautista James Newton quien, en 2015, contactó con Zev Feldman de la siempre activa Resonance Records con el objeto de recuperar y empaquetar, ahora en su versión mono original, aquella efervescente música.

La empresa nos invita a descubrir ahora 85 minutos de material inédito en los que se incluyen escalofriantes diálogos entre clarinete bajo de Dolphy y el contrabajo de Richard Davis así como tomas alternativas de piezas publicas en su momento o un A Personal Statement de 1964 con distinto grupo. Un libreto de 96 páginas con fotografías, ensayos, citas o entrevistas con pesos pesados –Sonny Rollins, Henry Threadgill, David Murray, Bill Laswell, Oliver Lake...– y octogenarios supervivientes como Simmons o el propio Davis rematan un imprescindible documento de obligado disfrute.

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