David Lagos | Crítica

Grandes clásicos de lo jondo

  • El tercer disco de David Lagos continua la senda de renovación del cante tradicional de entregas anteriores

David Lagos en la presentación de 'Hodierno' en Sevilla.

David Lagos en la presentación de 'Hodierno' en Sevilla. / Grupo Joly

La guitarra de Alfredo Lagos le aporta un toque sentimental a la rabia de la liviana. David Lagos tiene una voz poderosa y al tiempo cálida. Las aportaciones de Artomático son unos apuntes de electrónica que sirven para catapultar la pieza a otros lugares. El tema que da título al disco es una recopilación de tres malagueñas de Chacón, esencialmente un cante tradicional, el que conocemos, con apuntes de percusión electrónica, en una espiral emocional ascendente. La interpretación de Lagos es ejemplar. El modelo chaconiano es sin duda el más fértil en el que se puede mirar este cantaor. La caña es un cante clásico, en letra y melodía, en la línea morente-chaconiana. Me lo dijeron es una cantiña tradicional en la que Lagos prescinde completamente de la guitarra y que presenta unos apuntes disonantes del saxo de Juan Jiménez. Es quizá el tema en el que resulta más evidente la influencia morentiana. Evidentemente, para asumir el legado morente-chaconiano hay que poseer unas facultades tan enormes como las que tiene Lagos. El Pregón del miedo está de plena actualidad, solo hay que escuchar el noticiero. En los tangos reaparece el saxo de Juan Jiménez para ofrecer un colchón armónico al cante en el que Lagos demuestra su enorme virtuosismo rítmico.

Portada del disco. Portada del disco.

Portada del disco.

El Romance de la monja a la fuerza nos retrotrae a los orígenes de la lírica castellana y del flamenco, de ahí el envoltorio mítico con el que Artomatico dota a la bellísima melodía que está en el origen de la petenera jonda. En la memoria, las interpretaciones históricas del Negro del Puerto y de El Falo. La interpretación de Lagos se encuentra, por la conjunción de fiereza y delicadeza, a la altura de estos clásicos. Deliciosa también la soleá trianera de inspiración morente-marchenera con el toque sutil de Alfredo Lagos. Cierra el disco un cante por tangos de principios del siglo XX llamado la mariana, a la que Emilio Caracafé da un toque arabizante.

Nos encontramos ante un disco tradicional, en concepto, letra y música, con envoltura electrónica. David Lagos (Jerez de la Frontera, 1973) es uno de los grandes cantaores de hoy que cuenta en su discografía dos entregas destacadas, El espejo en que me miro (2009) y Mi retoque al cante jerezano (2014).

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