Camarón y Tomatito | Crítica

Vuelve el mito

  • El productor Pino Saglioco publica el concierto de Camarón en el Festival de Montreaux de 1991

Camarón y Tomatito son los artífices de esta obra.

Camarón y Tomatito son los artífices de esta obra. / Grupo Joly

Lo cierto es que nunca se fue. Ni se irá. Porque es autor de una obra imperecedera. Veamos lo ocurrido este mismo año de 2018: al documental Camarón, flamenco y revolución de Alexis Morante y a la serie biográfica de Netflix De la Isla al mito se une ahora esta edición de uno de sus conciertos más recordados, el que llevó a cabo en el Festival de Jazz de Montreaux en 1991. Un Camarón seguro en lo vocal, en la plenitud de sus facultades. Lo primero que vemos y escuchamos es a Quincy Jones, director executivo del festival, presentando a los dos artistas andaluces. Camarón abre su recital con unas alegrías firmadas por el padre de Paco de Lucía, Antonio Sánchez Pecino, que el cantaor había grabado en 1972. También cantiñas del contrabandista que había aprendido de Rafael el Tuerto y una letra de Fernando Villalón incluida en La leyenda del tiempo (1979). Todo ello lo decimos pese a que la edición no acredita en absoluto a los autores de los títulos, algo que últimamente se está convirtiendo en una moda, por no decir epidemia. ¿Importan los autores? Parece que a algunos no pero lo cierto es que las melodías y las letras no vienen por el aire sino de la creatividad y el trabajo duro de un ser humano. O dos. Vuelve la afinación prodigiosa y el compás exacto. Con un Tomatito joven, pujante y feliz. Después de pedir que le aumenten el volumen del monitor Camarón cambia la soleá prevista en el programa por el taranto con la guitarra al cuatro traste que cierra con la cartagenera del Rojo el Alpargatero.

Portada del disco de Camarón y Tomatito Portada del disco de Camarón y Tomatito

Portada del disco de Camarón y Tomatito

Ya no sonará la soleá esa noche en Montreaux. Sigue con quejas por el sonido pero Tomatito le asegura que “está bien” para encarar las primeras bulerías de la noche. Sin el apoyo armónico, con Tomatito haciendo compás con las cuerdas tapadas, afronta Camarón el famoso estribillo “tiriti ... tando de frío” que Antonio Humanes y el propio cantaor habían escrito en Te lo dice Camarón (1986). Incluye la copla Soy tu dueño y el famoso huapango La cigarra del maestro Raymundo Pérez y Soto y que Camarón tomó como propio. Después de esta exhibición el cantaor le pide agua a su guitarrista para afrontar los tangos, donde Camarón se vuelve a lanzar sin red con una introducción ad libitum para dar paso a la falseta de Tomatito. Incluye Una rosa pa tu pelo de Pepe de Lucía que registraría en el disco Potro de rabia y miel (1992). Al final, un espectador le pide que cante por alegrías a lo que responde el cantaor que es lo primero que ha cantado. Deliciosos los fandangos que cierra con los exigentes juegos rítmicos del estilo de Juan el Camas para abandonar el escenario. Pero el público reclama más y los músicos regresan para un fin de fiesta al que se unen Tino Di Geraldo, Moraíto, El Pele en el cenit de su éxito y Rosario Manzano, que dicen, los dos últimos, uno cada copla del tema Soy gitano del disco homónimo de 1989, compuesto por Tomatito, Vicente Amigo y el propio cantaor. La cosa acaba con una pataíta de Camarón con Rosario Manzano. Un documento excepcional del Camarón de la última etapa compartiendo escenario y complicidad con otros artistas que no fueran Tomatito. El público está encantado y lógicamente, quiere más, aunque Camarón abandona rápidamente la escena, seguido de sus compañeros. Pero después de unos minutos, y ante la voluntad al parecer inquebrantable del respetable de que el concierto no acabara ahí, se abre la puerta de acceso al escenario y reaparece Tomatito … seguido de sus compañeros. Luego, ante la duda entre fandangos y bulerías optan por la fiesta. Pide Camarón al público que por favor se abstenga de hacer compás para enfrentarse a continuación con las estrofas de Viviré el tema que daba nombre a su disco de 1984 firmado por Antonio Humanes y el propio intérprete. Luego cede el testigo cantaor al Pele primero y a Manzano. Finalmente retoma el cantaor isleño el tema Viviré cerrando de esta manera más de una hora de cante de primera, voz y guitarra.

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