La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Granada 2021, ¿y ahora qué?

El plan Marshall del Covid llegará. La pregunta es si sabremos gestionar con eficacia y gastar con cabeza

Sin banderas ni consignas en las calles, sin pitidos ni desfile militar, con la Plaza del Carmen vacía, sin tremolación pública del Pendón y sin solemne procesión hasta la Capilla Real. La Toma alternativa, deslucida también a un acto discreto ante la estatua de Mariana Pineda con mascarillas y distancia de seguridad. Hay divisiones históricas en Granada capaces de resistir al Covid. Las enamoradas no podrán hacer sonar la campana de la Torre de la Vela para cautivar las flechas de Cupido -es el primer año que la Alhambra cierra este simbólico espacio un 2 de enero- pero la confrontación por la anacrónica gesta de los Reyes Católicos tomando la ciudad permanece intacta. ¿Provocación xenófoba o tradición?

Lo único que parece haber cambiado es el sentido del "¡Granada, qué!" con que el concejal más joven de la corporación debe dirigirse a la ciudad desde el balcón municipal. Porque el 2021 que ahora estrenamos ni puede permitirse mirar con nostalgia hacia la controvertida Reconquista de 1492 ni hacer otra cosa que enterrar el inesperado año que acabamos de dejar atrás. El horizonte es hacia delante y tiene un nombre: "normalidad". Para finales de enero, el grupo de población de mayor riesgo ante el coronavirus habrá terminado el proceso de vacunaciòn -con la inyección de las dos dosis- y se habrán empezado a sentar las bases de la anhelada inmunidad de rebaño con que podremos soñar, de verdad, con recuperar nuestras vidas. No hay atajos.

La discrepancia ahora es si nos enfrentamos a una tercera ola o seguimos en la segunda con un repunte de casos. Estrictamente, nada tiene que ver la meseta de datos de esta Navidad con la ausencia de casos con que en julio celebramos los tres meses previos de confinamiento. Se impone la lógica: a mayor sacrificio personal y mayor paralización del país, mejores resultados en la batalla contra el virus. Aunque poco importa el nombre cuando la realidad no varía: las restricciones son parches y tremendamente volátiles. Los indicadores se concatenan cada dos semanas traspasándose el testigo de los contagios, las hospitalizaciones y las muertes. Suben o bajan en respuesta directa a nuestra irresponsabilidad. ¿No deberíamos tenerlo asumido ya?

Granada afronta el desafío de la "normalidad" en una situación de doble debilidad: no sólo ha sido la provincia andaluza más castigada por la pandemia desde el punto de vista sanitario -en la segunda ola incluso de España-, sino que tiene un perfil poblacional, sectorial y económico especialmente vulnerable. Ya es oficial que viviremos dos años seguidos sin Semana Santa, el Corpus está más que en el aire y la recuperación de las grandes convocatorias culturales y deportivas se tambalea sujeto a ese polémico carné 'libre de Covid' que también debería permitirnos viajar.

En la inauguración de la campaña de Sierra Nevada, el presidente de la Junta avanzó la posibilidad de abrir la mano en Andalucía exigiendo PCR negativas 70 horas antes de convocatorias masivas. Pero la logística y las contraindicaciones vuelven a quedar supeditadas al éxito o fracaso de la campaña de vacunación. Es más, ante una crisis global como la del Covid, resulta evidente que también será otro parche y una escapada hacia adelante cualquier solución parcial. Porque necesitamos a los portugueses y a los madrileños esquiando en la Sierra, y a los alemanes y los nórdicos veraneando en la Costa, y a los japoneses con sus visitas exclusivas a la Alhambra, y a los chinos abarrotándolo todo, y a los universitarios de toda España marcando el pulso de la capital…

Necesitamos, sobre todo, que con la pandemia del Covid hayamos aprendido algo. Lo suficiente, al menos, para reconocer las debilidades del espejismo del Estado del Bienestar en que vivíamos, con los pilares esenciales resquebrajados, y para tomar medidas que no sean una insustancial operación de maquillaje. El plan Marshall del Covid llegará; la pregunta es si sabremos gestionar con eficacia y gastar con cabeza. La pregunta no es "¿Granada, qué?"; la pregunta es "Granada 2021, ¿y ahora qué?".

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