Centenario La Hermandad del Nazareno se une a la celebración de la llegada de la comunidad en 1910

De visita a las Hermanas de la Cruz

  • La Virgen de la Amargura estará en la capilla del convento durante toda esta semana, en la que se celebrará su triduo anual y regresará a la Purísima Concepción en la noche del sábado

La Amargura, la Virgen de la iglesia de la Concepción, se encuentra en la capilla de las Hermanas de la Cruz, hasta donde fue trasladada en la mañana de ayer en una visita muy especial. Acudía al convento a ver a las hijas de Santa Ángela de la Cruz en la felicitación que la Hermandad del Nazareno les hace en este primer centenario de la llegada a Huelva de la comunidad, a las que la Virgen de la Amargura va a verlas en cada Madrugá del Viernes Santo; y llevaba en su mano derecha el relicario de la santa.

La Señora llegó arropada de sus devotos hasta la misma puerta de la capilla en la plaza Niña, donde fue descendida del paso que la portaba para en parihuelas acceder al interior de la capilla. Le esperaban en el mismo dintel las hermanas de la Cruz y pasada la escasa altura del coro, las hermanas pudieron portar a la Virgen de la Amargura. Se colocaron en los costeros pero lo más que pudieron fue levantar los brazos y así casi no llegaban y es que en los brazos de las parihuela se dispusieron quizás la gente más alta de la hermandad; un poquito más bajos hubiese sido mejor, como de la trasera de su palio. Esto fue la anécdota, pero lo importante quedó en los ojos de las hermanas de la cruz cuando estaban fijos en los de la Amargura, de la que son sus camaristas y cuidan con esmero. Llegaron a esta casa y se le saludó con el rezo del Ángelus que inició el hermano mayor, Jesús de la Corte. Luego las hermanas de la Cruz le cantaron el Salve Madre.

La mañana de ayer domingo fue íntima. Los hermanos del Nazareno participaron de la Eucaristía en la parroquia de la Concepción que presidió el sacerdote Diego Capado. Antes de iniciar la salida de la procesión, desde el órgano sonó la marcha Madrugá, mientras que ya el paso levantado llegó hasta la puerta mientras se escuchaba Amargura, creando un ambiente hermoso. Mucho incienso y una mañana gris que después se tornaría en luz al llegar a plaza Niña. Aunque hay que señalar que los hermanos no encendieron los cirios. El Ayuntamiento ha impuesto un canon a las hermandades para la limpieza del suelo por la cera derramada. Así que procesión que se haga pasada la Semana Santa hay que pagar y como están las cosas de crisis pues ayer no se encendió un pabilo. La Virgen fue portada en el paso de la custodia de San Francisco, con iluminación sencilla y exhornada con hermosos buquets de flores, nardos y rosas, uno de los muchos aciertos del florista Antonio Rivera.

Al traslado se incorporó un trío de capilla de la Banda de Música de la Consolación que contribuyó al carácter de recogimiento del mismo. En el protocolo tras la cruz de guía y ciriales hermanos, representación de la Hermandad de Emigrantes, por ser hermana de honor de los rocieros, presidida por Fernando Ramírez; guión del Nazareno y junta de gobierno.

La Virgen de la Amargura quedó ayer en el altar de la capilla de las Hermanas de la Cruz, con las flores aún frescas de los recientes cultos a Santa Ángela de la Cruz y la beata Madre María de la Purísima, de días pasados. Aquí se celebrará ahora su triduo anual y regresará en la tarde del próximo sábado tras la función que presidirá el obispo José Vilaplana.

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