El 9 de noviembre de 1989 cambió el mundo. El muro de 120 kilómetros que desde el año 1961 partía en dos la ciudad de Berlín y las vidas de miles de personas a las que, desde entonces, les fue prohibido moverse libremente y relacionarse con sus amigos y familiares del otro lado, cayó 28 años después de su construcción. El muro no sólo representaba una frontera física en medio de una ciudad. Era además el símbolo de la entonces irreconciliable separación entre dos bandos: los países partidarios de la OTAN y los firmantes del Pacto de Varsovia; este y oeste, comunismo y capitalismo.

Las escenas, retransmitidas para todo un mundo ya televisado en todos sus detalles, fueron de euforia incontenible. Un error de un representante del Partido Socialista Unificado durante una rueda de prensa provocó que miles de berlineses acudieran a los puntos de control exigiendo pasar al otro lado. En las horas siguientes, los propios ciudadanos derribaron el muro con todo lo que tenían a su alcance. La infame estructura que avergonzaba al mundo fue demolida a excepción de un trozo. El fragmento fue salvado y usado como lienzo por numerosos artistas, y nos recuerda con vivos colores uno de los periodos más oscuros de la Historia de la Humanidad, durante el que perdieron la vida casi 200 personas y otras tantas resultaron heridas en los muchos intentos de huida que se sucedieron durante aquellos años.

Había comenzado el declive de la Unión Soviética. A la caída del Muro de Berlín se sumaron, también en el año 89, una serie de revoluciones en los países de la órbita comunista, que comenzaron en Polonia y culminaron en diciembre de ese año con el derrocamiento del régimen de Nicolae Ceaucescu, que fue condenado a muerte por un tribunal militar junto a su esposa Elena. Días antes, George Bush y Mijail Gorbachov habían declarado el fin de la Guerra Fría.

Mientras, en una España ya plenamente democrática, se celebraban nuevamente elecciones generales, que volvieron a dar la mayoría absoluta, aunque con menos alegría, a Felipe González. Este se enfrentaba por primera vez a José María Aznar, candidato del recién fundado Partido Popular, tras disolverse Alianza Popular el 20 de enero de ese mismo año.

La lucha contra el terrorismo seguía siendo la principal preocupación para los españoles, sobre todo después de la ruptura de la tregua el 19 de abril y la expulsión de los terroristas de Argel.

Finalmente, en verano se acababa con el monopolio de RTVE. El 25 de agosto, el Consejo de Ministros establecía tres nuevas concesiones para Antena 3, Telecinco y Canal Plus.