Huelva

El verano de William Martin

  • lEsta semana se cumplió el 75 aniversario del desembarco de los aliados en Sicilia gracias al engaño de la Playa de la Bota

  • Un hecho que debería recordarse con un gran monumento

El complejo de torres que se proyectan junto a la Guardia Civil llevará el nombre de residencial William Martin.

El complejo de torres que se proyectan junto a la Guardia Civil llevará el nombre de residencial William Martin. / E.J.S.

William Martin, o mejor en clave de película de espionaje, el hombre que nunca existió, sigue siendo uno de esos temas eternos de Huelva. A pesar de tener el magnífico relato de Ben Macinttyre (Editorial Crítica Barcelona, 2010), siempre surge uno nuevo. Hay quien se pregunta si esto sigue dando para tanto cuando la historia está ahí contada. Lo cierto es que tratándose de un tema de espionaje da cultivo a todo tipo de especulaciones.

A mí en este tema siempre me vienen al recuerdo los relatos de Loli de los Santos y Rafa Moreno en estas páginas de Huelva Información en sus conversaciones con José Antonio Rey María, el marinero que descubrió en la primavera de 1943 el cadáver del engaño inglés en la Playa de la Bota cuando faenaba (Ver H.I. 11-6-1989).

Hay que recuperar el verdadero nombre del británico, Glyndwyr Michael

Entonces Rey María se quejaba de que nadie le había reconocido que formara parte sin quererlo de la estrategia que llevaría a la derrota del ejército de Hitler; fue quien que sacó el cuerpo a la orilla. El suyo es un relato sincero de lo que sucedió en aquel barco que iba a la sardina con 13 pescadores y una patera amarrada a popa. Luego están esos otros testigos de lo que ocurrió en toda la trama que llevó consigo el descubrimiento del cadáver. Ahora, con el tiempo, parece que nadie se tragó la mentira del militar británico, los papeles que traía para engañar a las tropas de Hitller. La historia al final dice lo que dice y es que los ingleses consiguieron lo que pretendían y, muy especialmente, gracias al cónsul alemán Clauss.

Una historia que se popularizó en los años cincuenta con la película El hombre que nunca existió y que narra toda la trama de espionaje que tiene como punto clave la Playa de la Bota de Punta Umbría.

Más allá de lo relevante que fue para nuestra Costa la aparición del cadáver del mayor William Martin, lo más importante fue el hecho de conseguir que las tropas aliadas pudieran desembarcar el 10 de julio de 1943 en las costas de Sicilia y permitir un avance por toda Italia que llevaría a la victoria a los aliados.

Este año en el que se celebra en Punta Umbría el 75 aniversario de aquel hallazgo en sus aguas, no hay que olvidar lo más importante y son los 75 años de aquel 10 de julio que es, en definitiva, lo verdaderamente relevante y en lo que lejos de las historias de espionaje que reiteradamente se vienen contando por unos y otros en nuestra provincia, lo que hay que poner en valor es lo trascendental de lo que aquel hallazgo originó para contribuir al final de la II Guerra Mundial.

Lo único que venía a recordarnos este hecho era la instalación ayer de una vaya publicitaria que nos sorprendía con el anuncio del llamado residencial William Martin. Es el grupo de torretas que revestidas de la polémica se espera levantar en el aparcamiento del antiguo depósito del agua. Mejor sería dejar su nombre para algo más relevante.

Esta semana, el pasado día 10 se anunció la proyección de la película El hombre que nunca existió, en una convocatoria sin referencia al citado desembarco; pero bien estaba proyectada en ese día. En esto del cine no es menos cierto que se tuvo que lamentar que la serie de TVE El Ministerio del Tiempo se fuese a Peñíscola (Castellón) a buscar una falsa Playa de la Bota en uno de sus rodajes dedicados a narrar la historia de William Martin. Lo que de alguna forma quedó superado con el rodaje el pasado mes de septiembre de un documental sobre el mismo tema en nuestra costa.

Lo que sorprendió es que la Feria de la Gamba se dedicara este año a William Martin. Mucho nos gustan las gambas y aunque sea el plato estrella, no es para meterlo en el menú del 75 aniversario.

Esta efemérides merece dejar un recuerdo de un hecho trascendental que dé peso en la historia a un pueblo tan joven y encantador como es Punta Umbría, por tantas cosas que nos atrajeron siempre.

Este aniversario es una oportunidad para recuperar lo realmente importante y dar sitio en la historia de Europa a Punta Umbría y a Glyndwyr Michael, que es el verdadero nombre del mayor William Martin. Una misión que realizó ya fallecido un hombre que no pudo entrar en vida en el ejército británico.

En la Playa de la Bota, en ese alto en el que llegando desde la carretera de El Paraíso se funde con el océano Atlántico, ahí mismo se debería levantar un gran monumento, pero sencillo, alto, en el que campe sobre el mar un paloma de la paz que recuerde que nuestra presencia en la II Guerra Mundial sirvió para que la contienda acabara antes y se evitaran muchas muertes.

Este es un verano distinto, el de William Martin, mejor dicho el de Glyndwyr Michael, un nombre a recuperar.

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