Huelva

"El trabajo es para mí una herramienta de crecimiento personal imprescindible"

  • Ha triunfado en el Fest '09 de Sevilla con el espectáculo internacional de danza contemporánea Three men running y está deseando hacerlo en el Gran Teatro, porque no hay nada como actuar en casa

Guillermo Weickert (Huelva, 1974) ama todo lo que tenga que ver con un escenario. Es el menor de seis hermanos, adora escaparse a las playas onubenses y ha triunfado bailando en media Europa.

-Usted es coreógrafo, bailarín y actor. ¿En qué faceta se siente como pez en el agua?

-En todas a la vez, las voy alternando. También he dado clases, pero me gusta hacer de todo. Disfruto mucho como creador, pero siempre voy buscando oportunidades de trabajar como intérprete o bailarín para otras personas.

-¿De dónde nace su amor por la danza?

-Empecé estudiando interpretación en el Instituto del Teatro de Sevilla y en su enseñanza multidisciplinar se le daba mucha importancia a la interpretación desde el cuerpo. En 2º entré en contacto con una coreógrafa con la que trabajaba parte de la escuela y tuve la suerte de trabajar y formarme al mismo tiempo. Tuve claro que era una cosa que quería hacer.

-¿Y nunca había bailado de niño?

-Jamás. Tenía muchas ganas de actuar y me montaba coreografías en la cabeza, pero nunca imaginé que me iba a dedicar a esto.

-Pero su interés por ser actor sí le venía de antes.

-Sí, había hecho teatro ya en el colegio de Los Maristas.

-Para formarse y trabajar, es necesario dejar atrás la tierra, ¿no?

-Por desgracia, sí. Somos muchos los onubenses que nos hemos tenido que ir fuera para dedicarnos al mundo del espectáculo. Recuerdo que cuando era pequeño había grupos de teatro en Huelva, pero han ido desapareciendo. Habría que fomentar iniciativas de base para que la gente no se marche.

-¿En qué proyectos anda trabajando ahora?

-En una producción propia y, a la vez, en otra como bailarín que haremos en Itálica. La propia ha arrancado con el nombre de Días Pasan Cosas y la estoy haciendo con José María Sánchez Rey y María Martínez Cabeza de Vaca, dos intérpretes de larga trayectoria y calidad. Estamos en residencia en el Centro de las Artes de Sevilla y a finales de junio la haremos ahí.

-¿En torno a qué temas gira el espectáculo?

-Estamos indagando sobre la 'falsa aceleración', un término que se usa en economía y en historia, y que habla de que vivimos en una sociedad en la que pasan muchos pequeños acontecimientos que no modifican la esencia.

-Aunque dé la sensación de que sí.

-Efectivamente. En el siglo XIX, por ejemplo, cuando ocurría algo, modificaba el rumbo de todo. Ahora estamos bombardeados por un montón de noticias y parece que ocurren muchas cosas, pero realmente la vida está estancada. Dentro de esta espiral, cuando recibimos una noticia que realmente nos modifica la esencia, estamos incapacitados para hacerle frente. Queremos llevar eso al lenguaje escénico: la angustia y el sentimiento de pérdida y la búsqueda de uno mismo en medio de toda esa celeridad de acontecimientos.

-Ha trabajado con numerosas producciones en España y con otras tantas en Europa. ¿De cuáles guarda un recuerdo más especial?

-Te puedo hablar del primer espectáculo que hice cuando llegué a Barcelona, quizá porque era joven y el salto a otra ciudad en un espectáculo que tuviera éxito era un reto. Fue con la compañía General Electrica d´Espectacles en el montaje, By Natural Piety, que tuvo mucha repercusión y me abrió el mercado laboral de Barcelona. También recuerdo con cariño el que hice en Portugal con Rui Orta, un coreógrafo referente mundial en danza contemporánea al que admiraba. Fue una experiencia maravillosa que me ha vinculado a Portugal como profesor y coreógrafo. Te diría también el montaje de Itálica, In-Fame, que me reunirá con antiguos compañeros de promoción.

-Usted tiene su propia compañía.

-Más que mi propia compañía, tengo mis proyectos, estructuras más precarias y efímeras. Porque la realidad de la danza hoy en día hace que tenerla sea una cosa complicadísima. Por un lado, porque te obliga a convertirte en gestor y administrador, que son dos trabajos muy necesarios pero que a mí no me interesan. Por otro, si tuviera una compañía estable, no tendría la posibilidad de trabajar en proyectos ajenos.

-¿Cómo está el panorama en la danza española?

-Corren malos tiempos a nivel logístico y económico y buenos a nivel de público. Pero necesitamos más apoyo institucional.

-Programas como 'Fama ¡A bailar!', ¿le hacen bien a la danza?

-No tengo tele en casa, pero no creo que perjudique. Aunque realmente está pasado por un lenguaje televisivo que engancha pero no refleja la dureza de esta profesión.

-Pero ha despertado el interés por el baile en los más jóvenes.

-Tengo amigos que tienen escuelas de danza y llegan oleadas de gente nueva que quiere aprender. Cuando se da cuenta de lo duro que es, al mes lo ha dejado. Aunque si de esa ola se quedan cinco, algo hemos ganado. Lo que sí notamos es que la gente sabe manejar nuestro léxico, y eso me hace gracia, me hace sentir menos bicho raro.

-¿En qué escenario le gustaría actuar que todavía no ha pisado?

-Uy, muchísimos, como el Teatro de la Ville, de París.

-¿A qué dedica el tiempo libre?

-Me queda muy poco. Mi trabajo es mi afición y una herramienta de crecimiento personal imprescindible. Tal vez viajar por placer, disfrutar de las personas y no hacer.

-¿Hace mucho que no regresa a Huelva?

-No se programa mucho de danza contemporánea, pero estuve en el Gran Teatro en marzo del año pasado. Poder ir a Huelva a mostrar tu trabajo es un satisfacción y estaría bien que ocurriera más a menudo. A los onubenses también les da orgullo que los que estén encima de las tablas sean paisanos.

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