A pesar de su apretada agenda, Casado tuvo tiempo para -además de hacer piña con sus fieles y arropar la lista electoral por Huelva a las autonómicas de dentro de un mes- moverse entre el fervor rociero y la tradición vitivinícola, que ya se sabe por experiencia que un onubensismo bien gestionado puede animar el cotarro electoral.

Si no, que se lo digan a la exministra Báñez, quien se encomendó a la Virgen del Rocío hace seis años porque, según dijo, "nos ha hecho un regalo en nuestra salida de la crisis y en la búsqueda del bienestar todos los días de los ciudadanos".

Si entonces el contexto de estas palabras era la declaración como acontecimiento de excepcional interés turístico del Año Santo Jubilar Mariano de la aldea de El Rocío, ayer lo fue el tirón la Magna rociera, que se celebra hoy y mañana en la capital, donde se darán cita 30 hermandades que recorrerán las calles con sus simpecados en carretas.

Con estos mimbres, Casado inició su ruta en la Hermandad del Rocío de Huelva. A las puertas le esperaba el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, junto a Báñez y la cúpula provincial del partido en bloque, todos ellos de un lado a otro a falta de saber por dónde llegaría el presidente. Tampoco faltó a la cita la miembro de la junta directiva nacional y concejala del PP en el Ayuntamiento de Huelva, Juana Carrillo.

Casado, que fue recibido por la junta directiva de la hermandad, encabezada por su presidente, Antonio Sánchez de Piña, comentó que no ha tenido la oportunidad de visitar la aldea de El Rocío en la romería de Pentecostés, aunque sí lo hizo el pasado verano y entonces ya le pareció "un lugar único".

Tras conocer la historia de la hermandad de la mano de la archivera, Maribel Pozo, el líder de los populares visitó el museo, hizo una ofrenda floral al Simpecado, recibió una medalla de la hermandad, firmó en el libro de la misma y escuchó la salve rociera cantada por el coro de la Agrupación Joven de la Hermandad, que se encontraba en pleno ensayo.

Pero el periplo rociero no acabó ahí. Porque, antes de visitar La Palma del Condado, Casado se desplazó también a la Hermandad de Emigrantes, donde, además de saludar a la junta directiva, presidida por Eduardo Fernández Jurado, recibió la pulsera y una guía de la procesión Magna. De allí se marchó "como un rociero más de la Hermandad de Madrid", que junto a la de Toledo y a la de Córdoba han sido invitadas a la Magna, según comentaron algunos de los presentes.