La madrina de una de las hijas de la víctima y su presunto asesino, Nicoleta Lucan, que acudió ayer a la concentración de La Antilla con una fotografía de Cristina Marin, señaló a Huelva Información que a pesar de la orden de alejamiento que Laurentiu Daniel tenía hacia su expareja, él "iba a su casa de vez en cuando para ver a las niñas", a lo que añadió que "esto pasó de repente y sin esperarlo". Sobre el presunto asesino dijo que "no bebía ni una gota de alcohol, ni era violento", por lo que "no sé qué ha pasado por su cabeza".
En relación a la familia de Cristina Marin, cuyos miembros no residen en España, señaló que "está destrozada" y que "alguno de ellos tienen que venir a reconocer el cuerpo y eso vale mucho dinero". Finalmente, sobre el futuro de las pequeñas de dos y cinco años fruto de la relación entre la víctima y su presunto verdugo, Nicoleta Lucan precisó que en Rumanía "solo podrían hacerse cargo de ellas la hermana y el padre de Cristina". ya que "su madre vive fuera del país", pero afirmó que "aún es pronto. No sabemos qué va a pasar y qué van a decir las autoridades porque nosotros aún no las hemos podido ver desde el sábado".
En este sentido varias familias de Lepe y otros municipios vecinos ya se han ofrecido para adoptar a las pequeñas, con el fin de que pasen el menor tiempo posible en un centro de acogida de menores de la Junta de Andalucía y con la premisa de que no se separen.
Mientras se dilucida qué pasa con ellas, poco después de las 16:00 del sábado ingresaron en un centro tutelado por la Junta, tras un intenso trabajo psicológico para que no se diesen cuenta de la situación que estaban viviendo. A las niñas se les ha aplicado el protocolo de urgencia para estos casos, de modo que se las ha derivado a una vivienda con profesionales que cuidarán de ellas hasta que se tome una decisión definitiva.
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