Huelva

El radar ‘multador’ de La Ribera cuadruplica sus sanciones en un año

  • El detector de velocidad de la entrada a la ciudad es el segundo que más multa de España

Varios vehículos pasan ante el radar de la H-31.

Varios vehículos pasan ante el radar de la H-31. / Alberto Domínguez (Huelva)

Pocos onubenses dirán que no saben que está ahí, pero lo sorprendente es la cantidad de ellos que reciben una carta con el logo de la DGT en sus domicilios y un ‘regalito’ en su interior. El radar de la H-31 cerró 2019 con 58.266 sanciones y como el segundo en el ránking nacional solo superado por el de la AP-7 de Valencia a la altura de Sagunto con 59.428.

En el balance anual presentado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el detector de velocidad del kilómetro 80 destaca como el primero de Andalucía y solo por detrás a corta distancia del valenciano. El radar se encuentra en la última salida antes de entrar en la ciudad y nada más pasar el desvío de La Ribera. Es un tramo en el que los conductores deben reducir de 120 a 100 kilómetros por hora. La confusión viene dada porque hasta hace un año no era necesario bajar de velocidad. El punto en el que se encuentra tiene un índice de peligrosidad “bajo” según AEA.

Los datos son llamativos porque en un año han crecido las sanciones más de un 400%. En 2018 cursó 13.243 denuncias. El saldo a 31 de diciembre de 2019 era de 58.266. Una subida considerable si se tiene en cuenta además que en 2017 detectó 5,280 infracciones, menos de la décima parte.

El pasado año saltó en 58.266 ocasiones por exceso de velocidad en un punto limitado a 100

De esta forma, los datos de siniestralidad se deben a que el mismo punto kilométrico donde se sitúa el radar aparece recogido en la información que ofrece el Ministerio de Fomento consultada por este diario como un lugar en el que se producen accidentes con víctimas, concretamente en 2017 –fecha última de la que hay datos oficiales— se contabilizaron dos accidentes con víctimas con dos heridos leves, el año anterior también fueron dos accidentes de este tipo con 5 heridos leves, en 2015 y en 2014 no hubo accidentes en los que hubiese víctimas, mientras que en 2013 se produjo un accidente con víctimas que dejó ocho heridos leves, lo que da una media de 7,6 de índice de peligrosidad.

Como ya explicó en su día este diario, en el enlace 80 de la H-31 se unen varias realidades: un radar que siempre está en funcionamiento y que en el primer semestre de 2019 ya había sancionado casi 39.000 veces, una reducción de velocidad a 100 kilómetros por hora desde el año pasado, una línea continua en la calzada –que se pintó cuando se redujo el límite de velocidad- y un carril prácticamente inexistente de incorporación a la vía rápida.

Automovilistas Europeos consideran que la DGT “debería replantearse la política” de radares

Otros puntos donde se registran accidentes en la provincia de Huelva tienen un índice de peligrosidad mucho más alto que el que coincide con el radar de la H-31, como es el caso de dos puntos de la N-431, cuyo índice de peligrosidad medio sube a 122,9. Esta carretera une las capitales de Huelva y Sevilla y tiene un uso anecdótico en comparación con la autopista.

Con esta situación, el presidente de la AEA, Mario Arnaldo, matizó a este diario que cuando se varía la norma y se reduce la velocidad tienen que existir datos objetivos de siniestralidad que acompañen este cambio, por lo tanto, se debe verificar cuántos accidentes se daban antes del cambio y cuántos se dan en la actualidad, ya que, si no la ciudadanía puede pensar que el objetivo de la reducción de la velocidad es recaudatorio, al situarse justo antes de un radar.

En este sentido, la jefa provincial de Tráfico, Cristina Gago, explicó en noviembre a este diario que los conductores pueden tener cierto “acostumbramiento” a pasar por la zona a 120 kilómetros por hora, por lo que habrá que esperar a que el ciudadano tenga más interiorizada la nueva norma vial que rige desde 2018. La reducción de velocidad de 120 a 100 kilómetros por hora obedece a “la configuración del enlace y a la seguridad vial en la zona”, indicó desde el Ministerio de Fomento.

A la vista del importante número de denuncias formuladas mayoritariamente en autopistas y autovías como el caso de la onubense tras el balance anual presentado hace unos días por Automovilistas Europeos Asociados, y no en las carreteras secundarias donde se producen el 70% de los accidentes con víctimas, el presidente de AEA, Mario Arnaldo, considera que “la DGT debería replantearse su política de radares, ya que no se está consiguiendo el objetivo de evitar los excesos de velocidad, ni los accidentes, convirtiendo los radares en meros instrumentos de recaudación”.

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