QUEDA ya lejos el 9-M, el Parlamento andaluz ha sido constituido con una flamante presidenta al frente, Fuensanta Coves, y Manuel Chaves diseña su nuevo Gobierno. Es una época en la que todo parece paralizarse a la espera de los elegidos para encabezar las consejerías (que se lo pregunten a los propietarios del Ensanche Sur). Pero los técnicos prosiguen su trabajo en silencio y en estas últimas semanas se han dado dos pasos más para la transformación del paisaje de las rías del Tinto y el Odiel, en sintonía (al menos por ahora) con lo advertido por Chaves sobre el impulso a la obra pública en la próxima legislatura para compensar la caída de la construcción.

Los puentes siguen su camino con o sin elecciones. El ingeniero Javier Manterola ya ha entregado la primera parte del proyecto de los dos puentes sobre el Odiel, la correspondiente al viaducto continuo que unirá la Punta del Sebo y Punta Umbría. El mayor puente arco de Europa ya tiene forma sobre la ría del Odiel y en un plazo corto de tiempo el equipo de Manterola redactará el proyecto correspondiente a la conexión viaria que unirá la ronda exterior con el inicio del puente, con el objetivo de que en 2012 (sin problemas administrativos por medio) Huelva pueda contar con su emblema sobre la Ría.

En paralelo, la Delegación Provincial de Medio Ambiente ha continuado con las consultas necesarias para la elaboración del informe de impacto ambiental. Y fuera de la administración se está llevando a cabo otro proceso en torno a los puentes: la constitución de una plataforma contra esta infraestructura por parte de ciudadanos anónimos que están en contra de que una carretera de tales características sobrepase el paraje natural.

Tampoco se ha paralizado la obra del río Tinto. Hace escasos días se cerraba el plazo de admisión de ofertas para la redacción de anteproyecto y proyecto de construcción del puente que unirá la circunvalación (o quizás la carretera Huelva-San Juan del Puerto) con la A-494, al otro lado del río. Una nueva conexión entre Huelva y Palos de la Frontera reivindicada por los empresarios e incluida en los planes de infraestructuras autonómicos y el Plan General de la capital, que contará con siete kilómetros en total (700 metros de puente) y los ya ineludibles carriles para el transporte público y para bicicletas.

La Junta empleará 400.000 euros de su presupuesto en la realización de trabajos geotécnicos y otros 510.000 en la redacción de los proyectos. En este caso se trata de una infraestructura a más largo plazo: una vez que se adjudique el contrato, la empresa que se haga con él tendrá dos años para redactar los proyectos. La tramitación administrativa se prevé larga, por lo que la primera piedra de esta segunda conexión por viaducto no se producirá hasta entrada la próxima década si sigue adelante (lo cierto es que este puente aparecía ya en el plan de infraestructuras de la Junta del 97).