Huelva

La provincia busca sus alternativas

  • Las comarcas más desfavorecidas se lanzaron a por nuevos sectores económicos

La crisis en ciertos sectores de la economía de Huelva es casi tan vieja como la propia Onuba. Actividades como la pesca o muy especialmente la minería vivían en un conflicto perpetuo por más ayudas, subvenciones o cambios de naturaleza jurídica que recibieran las empresas, incluso cambiando de manos.  Aún así, renovar los sectores productivos de una zona, heredados de tiempos ancestrales, no es tarea fácil. 

 

Al Andévalo, comarca especialmente desfavorecida por sus características orográficas y por su tradicional dedicación a actividades como la minería, un empujón llegó de la mano del Grupo García Carrión, que en el año 2005 anunció la compra de 1.500 hectáreas para el cultivo de naranjas que más tarde transformaría en sus productos derivados en su propia planta en Villanueva de los Castillejos. Para su proyecto, que contó con el apoyo decidido de todas las administraciones, invertiría 120 millones de euros y a priori supondría la creación de 150 empleos directos.

 

Los regadíos eran tema de conversación desde hacía tiempo como alternativa en la zona y poco a poco se iban perfilando medidas destinadas a fomentar la agricultura. En marzo, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía autorizó conceder una subvención de 14,62 millones de euros a la Comunidad de Regantes Sur Andévalo, para la puesta en regadío de 3.950 hectáreas y la modernización de otras 5.282 en Cartaya, Gibraleón, Villanueva de los Castillejos y San Bartolomé de la Torre y se daban pasos para la consecución de la presa de Alcolea, aunque esta infraestructura se convertiría, con el devenir de los años, en un caballo de batalla para todas las partes implicadas.

 

En la costa, la atención se centraba en el impulso al turismo como alternativa para las localidades tradicionalmente dedicadas al mar. En Punta Umbría, por ejemplo, se ultimaban las obras de los tres hoteles y el palacio de congresos gestionado por el Grupo Barceló, así como del centro comercial y de un complejo de apartamentos turísticos.

 

En la capital, una de las imágenes más impactantes de 2005 la dejaba el gran incendio que destruyó por completo el edificio de los Almacenes Llanes. El 19 de febrero, las telas que se almacenaban en el viejo caserón ardieron y fue necesario un arduo trabajo para extinguir las llamas que se vieron favorecidas por el material textil y las maderas de las vigas del techo.

 

Por suerte, la fortuna también visitó la ciudad durante ese año y lo hizo en forma de lluvia de millones. 28 miembros de una peña de La Orden, en su mayoría obreros, acertaron la combinación ganadora de la Primitiva y se llevaron 4.387.000 euros.

 

Una primavera lluviosa que deslució la romería del Rocío y fastidió el camino a los peregrinos, trajo también la buena nueva de la llegada, en abril, de Brezo, Brisa y Brecina, tres cachorros de lince ibérico, los primeros nacidos en cautividad en el mundo, aunque una de las hembras murió meses después.

 

En verano, como siempre, llegaron las fiestas. Aquel año las Colombinas vieron superadas sus expectativas en parte por la gran afluencia de público al concierto de Manuel Carrasco -nada menos que 15.000 personas-, como también fue un éxito la Copa del Rey de Tenis. No en vano, el ganador fue Rafa Nadal, quien en un intenso partido con su paisano Carlos Moyá como rival, se llevó la histórica copa.

 

El año fue tocando su fin con noticias tan amables como el eclipse anular de sol que pudo verse a la perfección el 3 de octubre y otras, desgraciadas, como el asesinato de un matrimonio en Ayamonte a manos de un joven de la localidad, en el mismo mes.

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