Huelva

La paradoja del cambio

  • El relevo en La Moncloa deja un nuevo escenario en las reivindicaciones

Foto de familia de los firmantes del pacto en la Sala de la Provincia de la Diputación, que escenificó ayer la apuesta social por la llegada del AVE.

Foto de familia de los firmantes del pacto en la Sala de la Provincia de la Diputación, que escenificó ayer la apuesta social por la llegada del AVE. / Álex Fernández

La historia del AVE con Huelva es historia política. Tiene mucho de los pulsos entre socialistas y populares. Como el que debía ser también ayer la firma de ese nuevo pacto social, planteado como otra ofensiva onubense para la llegada de los trenes de alta velocidad. Hace días que se diseñó la estrategia para exigir el cumplimiento de la enésima promesa del Ministerio de Fomento en su inauguración de la estación. Pero el ministro ya no será hoy ministro. Y el Gobierno del PP tampoco será más Gobierno.

La moción de censura a Rajoy ha planteado un nuevo escenario que marcará el desarrollo del proyecto para Huelva. Una vez más habrá piedras en el camino, aunque en el caso del esperado AVE, da igual el tamaño, que lleva años descarrilando por el mínimo contratiempo.

Lo más interesante ahora, al menos de inmediato, es el decorado que queda para esos pulsos entre populares y socialistas. Porque ese pacto firmado ayer estaba planteado para presionar al Ministerio para su ejecución. El del PP de Rajoy. Ayer se firmaba eso y hoy el BOE cambia el destinatario. Sánchez es ya Rajoy, y donde estaba el Gobierno del PP estará el del PSOE, y donde había discordancia, se entiende que habrá ahora más entendimiento.

Ignacio Caraballo aseguró ayer que este cambio en el Gobierno no alterará el sentido de la reivindicación. Su carta de naturaleza es la misma: asegurar que se dota a la provincia de una infraestructura que es considerada básica para su desarrollo. "No sabemos cuál será su formación, pero si tenemos a un amigo en el Gobierno vamos a llegar más fácil, espero".

El nuevo presidente ya ha avanzado que dará por buenos los Presupuestos Generales del Estado (PGE) presentados por el ministro Montoro. Los mismos a los que el propio Pedro Sánchez hizo frente rechazándolos en su totalidad. Eso incluye el ninguneo a Huelva que la hasta ahora oposición ha visto en ellos, incluidas las simbólicas partidas para el proyecto de alta velocidad. Si la prórroga de las cuentas se confirma, decía también el presidente de la Diputación, hay que "seguir forzando la máquina para que aparezcan". "Ya acogimos satisfechos el anuncio del ministro pero no venía acompañado de presupuestos. Y esa es la madre del cordero".

Otra cosa es el punto de vista que tendrá ahora el Partido Popular en ese habitual remangue de camisas, codo sobre la mesa. Porque a Manuel Andrés González le ha cogido esto en esa comprometida tarea de justificar los números asignados a Huelva, que probablemente hoy pertenezcan ya a otra realidad ante la que despertará sin la clarividencia que daba tener a una paisana en el Consejo de Ministros.

De hecho ya corrió ayer el presidente de los populares onubense a darle la vuelta a la tortilla para exigir a Caraballo que tras su lectura previa de los PGE "no incurra ahora en incoherencias". Habló ayer González -curiosamente, a la misma hora de la firma del pacto, al tiempo que el presidente Rajoy pasaba a ser Mariano- de "seguir con la misma fuerza, rotundidad y contundencia poniendo en valor el pacto social y político de la provincia". No justificaba esa propuesta firmar el pacto social en la Diputación ni esa afirmación de que siempre en su partido en Huelva han "exigido a las dos administraciones, gobernase quien gobernase".

El PP se refería en su sede del presidente Sánchez y no cambiaba su decisión de no firmar adhesiones a pactos sociales ni agrupaciones de interés lideradas por partido o administración ajena. Aunque mientras se define, siempre quedará la Junta y Susana Díaz. Y los tres puentes de Punta Umbría. Y la carretera de Doñana.

En el acto de ayer, puesta en escena total, se apuntó que el camino a seguir empezará por tener nuevo ministro de Fomento. "Una vez tome posesión, le pediremos una cita, sea quien sea. Ojalá sea alguien conocido para que sea más fácil llegar", reiteraba Caraballo sin querer dar impresión de ablandarse ante la proximidad: "Indiscutiblemente para exigirle también que se pongan en marcha las partidas necesarias para que este proyecto tenga consistencia y seguridad en el futuro".

Queda mucho decorado todavía para el escenario. Tomará posesión Pedro Sánchez hoy. Y habrá nombramientos, también para el Ministerio de Fomento. Y para la Subdelegación del Gobierno en Huelva. Y tal vez el nuevo Gobierno no sólo sea socialista y tenga también sus confluencias. O lo acapare sólo el PSOE y los pedristas, definitivamente, ahora, en su momento. O puede que el Partido Socialista exhiba una unidad inédita en los últimos tiempos.

Aunque puede que ni haya margen para que cargos y subcargos se renueven hasta llegar al tren de Huelva, porque aquellos que aúpan ahora al nuevo presidente del Gobierno le pueden llevar también al callejón que sólo tiene por salida la convocatoria de elecciones generales. O que éstas lleguen a su momento y haya otro cambio en La Moncloa, anaranjada entonces. O amoratada. Y la alta velocidad de Huelva, colores al margen, puede que se ralentice, una vez más.

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