El calañés Miguel Ramallo y su mujer, Anna García, de origen tarraconense, son dos de los tres onubenses que forman parte de un grupo de casi 200 españoles que permanecen en Estados Unidos sin poder regresar a España por las restricciones que existen en el tráfico aéreo a causa de la crisis sanitaria.

La pareja se encuentra atrapada en Houston (Texas), donde viajaron hace 10 meses para participar en un programa de profesorado, organizado por el Ministerio de Educación del Gobierno de España. El escenario provocado por el Covid-19 precipitó una vuelta a su país que se ha complicado hasta el extremo de no contar con una solución en la actualidad.

El matrimonio ya ha sufrido varias cancelaciones de vuelos sin ni siquiera percibir todo el billete. “Los vuelos están programados por las compañía aéreas, pero a los pocos días se suspenden. Es un ciclo que no tiene fin. Hemos hecho un desembolso muy grande, porque compramos varios vuelos, se han ido cancelando y no te devuelven todo el dinero”, ha contado Miguel.

Los onubenses han contactado con la embajada y con los consulados, pero éstos no les han ofrecido ninguna solución: “Desafortunadamente, no creemos que se reactiven las comunicaciones, así que estamos implorándoles a la embajada y a los consulados que actúen de mediadores para que se nos pueda fletar un vuelo, después de conseguir el visto bueno de las compañías aéreas”.

La situación de esta pareja no es tan delicada como la de otros compatriotas repartidos por Norteamérica y Puerto Rico. Entre los afectados, hay familias con niños, mujeres embarazadas, personas a las que les han cumplido los visados o menores enfermos. El grupo, que mantiene contacto telefónico en todo momento, ha consensuado que sean los más vulnerables los que regresen en primer lugar en un hipotético viaje de vuelta.

“Un sevillano fue a Puerto Rico con la idea de montar un restaurante y sigue allí sin solución después de un mes; una embarazada necesita volver, porque se le acaba el plazo de gestación por el que le permiten realizar el vuelo; y hay familiares que vinieron a visitar a sus allegados y tienen los visados a punto de expirar”, ha detallado el calañés sobre algunas situaciones particulares.

Este escenario está enturbiando la experiencia “extraordinaria”, que, según el protagonista de esta fatal historia, está viviendo con su mujer en el continente americano. La ciudad de Houston, la cuarta más poblada de todo el país y su lugar de residencia, “no está teniendo una alta incidencia de coronavirus”, pese a contar con casi 2,2 millones de habitantes y un estado con una superficie el triple mayor que la de España.