Huelva

Nueve años de prisión por intentar matar a sus sobrinos y su excuñada en Lepe

  • J.J.F.C. acuchilló en la yugular al niño de 14 años, y golpeó y trató de asfixiar a la mujer y a la niña de 11 años el 29 de julio de 2017 

La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a nueve años de prisión a J.J.F.C. por un delito de asesinato en grado de tentativa tras el suceso acontecido a finales de julio de 2017 en Lepe, cuando el procesado la emprendió a golpes y puñaladas contra su excuñada y los dos hijos de esta, menores de edad.

En la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia onubense, a la que ha tenido acceso en exclusiva Huelva Información, se da por probado que el lepero de 32 años J.J.F.C. se dirigió sobre las 13:00 del 29 de julio de 2017 a la vivienda de su excuñada, en la avenida de La Arboleda de Lepe, "con ánimo de menoscabar la integridad de algunos de los componentes de la familia carnal de su anterior pareja sentimental".

Habían roto en el mes de mayo. Esa misma mañana él le había pedido a su exnovia 150 euros y ella se los había negado porque sospechaba que los iba a emplear en comprar droga. Así que guardó un cuchillo de 12,5 centímetros y punta afilada en el coche de su padre y puso rumbo a la vivienda de la hermana de ella.

Llamó a la puerta y entablaron una conversación a través de la que el condenado "iba obteniendo la información que necesitaba para cometer los hechos, tales como quiénes estaban en el domicilio, si el hijo estaba solo en su cuarto y a qué hora llegaría el marido". Al mismo tiempo observaba el entorno y planificaba "la excusa que daría cuando se descubrieran los hechos que planeaba cometer", subraya la Sala.

El condenado llegó a la casa con un cuchillo después de que su ex no le diera 150 euros

Como su excuñada le confirmó que el menor, de 14 años, estaba solo en la planta de arriba, J.J.F.C. salió a la calle "con la excusa de que no encontraba las llaves del coche" y aprovechó para coger el cuchillo. De vuelta a la vivienda, "atrancó la puerta de entrada con una mecedora" y subió al cuarto del pequeño, que estaba de espaldas jugando al videojuego. Fingiendo que iba a jugar con él, "le asestó una fuerte puñalada en el cuello, alcanzando la yugular". El crío gritó y forcejeó con él para evitar un nuevo ataque, pero el acusado "logró cortarle en la frente, en la mano y en la muñeca". Afortunadamente perdió el cuchillo en la pelea.

Alarmadas por el escándalo, la mujer y su otra hija, de once años y que acababa de llegar de casa de una vecina, "subieron hacia la planta de arriba, encontrándose en esos momentos al menor", que intentaba huir mientras de su perseguidor. Cuando su excuñada le pidió explicaciones, J.J.F.C. le respondió que "solo he había hecho un poco de sangre".

Sin dar lugar a más explicaciones, la emprendió "a golpes y patadas" con madre e hija. Las tiró escaleras abajo y, ya en el piso inferior de la casa, "no paró de golpearlas a ambas con patadas, puñetazos, estampándoles la cabeza contra el suelo, contra la encimera de la cocina, de arrojarles objetos como una plancha de metal de las usadas para poner las ollas o un frutero de cerámica".

Los magistrados detallan que a continuación apretó el cuello de las dos mujeres aturdidas "para asfixiarlas, centrándose tanto en agredirlas que no se dio cuenta de que el menor había conseguido acceder a la azotea". Desde allí, el pequeño se tiró a la calle para salvar la vida y quedó inconsciente en el acerado. "La herida sufrida en el cuello y que comprometió la vena yugular era susceptible de haberle producido la muerte de no haber sido transfundido y tratado quirúrgicamente con rapidez".

Fue una vecina la que dio la voz de alarma. Madre e hija trataron de huir por la puerta de entrada, pero estaba bloqueada por la mecedora. Finalmente consiguieron escapar.

El inculpado se autolesionó para hacer creer que todo era fruto de un arrebato

"Seguidamente el acusado cerró la puerta de entrada y colocó detrás de esta todos los muebles que encontró para evitar que entrara la Policía Local", que ya había llegado a la zona del suceso. "Se dirigió a la cocina, donde cogió varios cuchillos sin filo, efectuándose con ellos varios cortes superficiales en el cuello y en las muñecas" y se tumbó en el suelo, reza en la sentencia.

Cuando vio que no era la Policía sino su excuñado (el marido y padre de las víctimas) quien entraba a la casa, "se limitó a sonreírle ante la pregunta de este sobre qué le había hecho a su familia".

Recalca la Sala que las lesiones que J.J.F.C. se realizó a sí mismo "no tenían por objeto en ningún caso acabar con su vida, sino fingir, en unión con la prenda interior de la mujer que había cogido del baño, que los hechos habían ocurrido en un estado de arrebato del acusado al ser sorprendidos ambos por el niño mientras mantenían relaciones".

Las víctimas han sufrido graves secuelas, pero consiguieron salvar la vida. Este individuo, que alegó en el juicio que no recordaba nada porque estaba bajo los efectos de las drogas, tendrá que pasar nueve años en prisión (ya ha cumplido año y nueve meses), tiene prohibido acercarse a menos de 200 metros del menor y tendrá que pagar las costas, reponer los destrozos de la casa y abonar una indemnización de 11.473 euros a los perjudicados.

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