Huelva hoy se tiñe de azul con motivo del Día Internacional del Autismo, un trastorno que aparece en uno de cada 100 nacimientos, según confirman a esta redacción desde la Asociación Autismo Huelva Ánsares. Esta cifra supone que más de 40 de los 4.230 nacidos en 2020 padecen el denominado trastorno del espectro autista (TEA).

No existe un estudio poblacional que determine la prevalencia exacta en la provincia de Huelva, si bien desde Ánsares aseguran un "notablemente incremento de los casos en los últimos años", posiblemente debido a la mayor precisión de los instrumentos de diagnostico y a la mayor visibilización del trastorno en la sociedad. Tanto es así, que su gestor de recursos y responsable de calidad, Pablo Camacho, subraya que en los últimos años "se ha duplicado la capacidad de usuarios en la asociación", que actualmente asiste a más de 160 familias en Huelva y provincia.

Pese al alto número de personas asistidas, desde Ánsares consideran que aún queda un reto importante, el relativo a la llegada de sus atenciones a la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, concretamente a Aracena y Cortegana. Así lo señala su coordinador terapéutico, Álvaro Hernández, quien, sabedor de "los problemas en las comunicaciones para realizar intervenciones con personas de la Sierra", expresa la "importancia" de contar con una sede en alguno de los municipios anteriormente mencionados. En este sentido, apunta que la asociación está inmersa en la búsqueda de una sede allí, al tiempo que añade que "ojalá pueda ser una realidad el próximo año".

Uno de los talleres realizados en Ánsares Huelva.

El citado trastorno, que engloba también al síndrome de Asperger, al trastorno desintegrativo infantil y a otros trastornos generalizados del desarrollo, presenta un origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral.

Sobre el mismo, la Asociación Autismo Huelva Ánsares explica que la afectación varía según la persona, tanto que es "muy complicado encontrar dos personas iguales pese a compartir diagnóstico". Aun así, todas las personas afectadas presentan dificultades en la interacción y la comunicación social e intereses restringidos y comportamientos repetitivos.

Las dificultades figuran tanto en la comprensión como en la expresión. De este modo, pueden tener habilidades lingüísticas adecuadas, "pero tener dificultades para tener una comunicación recíproca o en un contexto social determinado", sostienen. Por otro lado, hay personas que no tienen lenguaje verbal y necesitan usar sistemas alternativos de comunicación para comunicarse.

En términos de comunicación no verbal, los afectados por TEA pueden presentar dificultad a la hora de extraer el significado de gestos, expresiones faciales o otros elementos necesarios para la comprensión de diferentes situaciones sociales.

Los obstáculos con los que se topan en el momento de la interacción social se pueden manifestar como dificultades para comprender entornos sociales y saber desenvolverse en ellos y, por ende, pueden tener comportamientos socialmente inadecuadas, no comprender reglas sociales o dificultades para la comprensión.

Con el objetivo de "apoyar y proporcionar una mejor calidad de vida a las personas con TEA y a sus familiares",  Ánsares cuenta con un Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) y con un Centro de Día. El primero de ellos contempla la asistencia a menores de entre 0 y 6 años, a los que se les acompaña en "la aventura de educar".

Fachada de Ánsares Huelva.

Resulta "primordial" el acompañamiento a edades muy tempranas, dado que "los primeros años de vida son una etapa crítica, pues en ellos se van a configurar las habilidades perceptivas, motrices, cognitivas, lingüísticas y sociales que harán posible una relación equilibrada con el mundo que nos rodea", expresan desde la asociación.

Por su parte, el Centro de Día es un servicio destinado a personas con TEA de más de 16 años, que terminaron su etapa escolar. El mismo, tal y como apuntan desde Ánsares, posibilita "desarrollar, mantener, incrementar y optimizar el funcionamiento independiente de los usuarios, en habilidades de autocuidado, desarrollo personal, físico y emocional, socialización, comunicación e intereses personales". Asimismo, también se presta un apoyo a la unidad de convivencia para una mejor integración.

El número de plazas para el mismo es de 10, si bien, tal y como ya expresó su presidente, Agustín Jiménez, a este diario, es  “urgente” el concierto 10 plazas más, "pues hay familias en espera". La ampliación del concierto, según Ánsares, "está en manos de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación”, a la que piden “una solución ante la demanda de muchas de nuestras familias”.