Huelva

La mujer aporta la renovación

  • Su participación se extiende en los últimos años a todas las facetas de trabajo en las hermandades, abriéndose paso con toda dignidad y derecho en un mundo hasta ahora sólo para hombres

La Tertulia Cofrade El Aguaó, de Huelva Información, ha tenido una participación íntegra femenina, dando espacio a la mujer cofrade. Un protagonismo que se ha ganado a pulso en los últimos años, labor que iniciaran otras mujeres hace décadas y que hoy en una generación nueva se integra más en las cofradías. Gracias al aperturismo que la sociedad en sí les obliga, deja de ser el último reducto de sociedades sólo de hombres.

Hoy la mujer cofrade participa de la cofradía integrada en sus distintos órganos de gobierno. Acudieron a esta tertulia dos colaboradoras de las páginas de Pórtico de Semana Santa, Carmen Córdoba, que ha tenido diferentes cargos en la Hermandad de Estudiantes, incluido el de primer teniente hermano mayor; y Olga Guerrero, que pertenece a la Comisión de Patrimonio de la Hermandad de las Tres Caídas. A las que se sumaron Rocío Pérez Rodríguez, diputada de Cultos de Estudiantes; Covadonga Dupuy Arnau, secretaria del Santo Entierro y capataz del paso de la urna; Yolanda Valero Pulgarín, diputada mayor de gobierno de Las Tres Caídas; y María de los Ángeles Roldán Bazo, secretaria en La Borriquita.

El que era un mundo en exclusividad de hombres abrió sus puertas a la incorporación de la mujer. La apertura de la sociedad a todos los órdenes facilita la incorporación de la mujer e, indudablemente, porque sin ellas hoy en día es difícil pensar que se cubran los cortejos nazarenos. Pero su participación no es en ningún momento de relleno, para completar. No, la presencia masiva de la actual generación de mujeres que forman parte de las cofradías de manera activa tiene una evolución lógica y es la renovación de las hermandades.

Yolanda Valera acompañaba a su novio todos los días en los que iba como músico de la Sagrada Cena; "antes se les llevaba el bocadillo, ahora los da la hermandad", sonríe. Hoy el suyo es un matrimonio cofrade, donde se hace fundamental la conciliación familiar. Que lleva, como dice Olga Guerrero, esposa de un capataz, a tener un cuadrante y bolígrafo para intercambiar los días libres y cuándo dedicarlos a la casa y a la cofradía.

Las contertulias consideran que la participación de la mujer en la cofradía es una aportación fundamental y que aun le queda por conquistar algunos puestos de relevancia, hasta ahora con poca presencia femenina o ninguna, como puede ser el de hermana mayor o en el Consejo de Hermandades. Carmen Córdoba recuerda la primera vez que como primer teniente hermano mayor representó en un pleno a su hermandad, "no hubo problemas sexistas, pero sí para algunos le resultó como algo extraño". Lo cierto es que la presencia de la mujer en los plenos ha sido testimonial y ahora es nula.

Es un terreno a ir ganando como otros que por el cambio natural de los tiempos ocupa la mujer, tanto en la sociedad como en las cofradías. Lo cierto es que el derecho de la mujer queda promulgado en el Concilio Vaticano II, como reflejó Olga Guerrero, y ante lo que no se puede pretender ninguna discriminación como ha podido ocurrir en tiempo reciente en algunas cofradías, aunque la mayoría de hermandades de Huelva sí tuvieron un respeto por el acercamiento de la mujer que desembocó en su participación activa en el gobierno de la cofradía.

Carmen Córdoba sostiene que no puede existir discriminación, sino que hay que ser consecuentes con la evolución de la sociedad, que deja a la mujer en el sitio que por capacidad pueda ocupar. Sí reconoce que todavía se puede avanzar más en animar a la mujer a esa participación, en un campo que tiene abierto y en el que ella debe dar ahora el paso necesario. María Ángeles Roldán resalta que el hecho de ser mujer no le ha planteado problema alguno para participar en la hermandad, entiende que todo es cuestión de capacidad para un puesto.

Sí se reconoció en la tertulia que hay cometidos que costaron más trabajo asumirlos que otros, como por ejemplo el de prioste. Está el caso de María Flores, en el Nazareno, especialmente elogiada, porque era un puesto siempre destinado al hombre y fue realizado con ejemplaridad por esta mujer.

La responsabilidad como capataz de Covadonga Dupuy, en el paso del Cristo Yacente, constituye un hito en la Semana Santa de Huelva y así se reflejó. La nueva capataz reconoció la responsabilidad que supone la confianza depositada en ella por la hermandad, en especial porque este es un puesto reservado hasta hoy para el hombre. Al igual, la mujer encontró su sitio en las bandas.

En contra punto a esta incorporación de la mujer en las juntas hay otros oficios que eran más femeninos, como el vestir las imágenes o el exhorno floral, y ahora están más copado en su mayoría por los hombres.

Lo importante está en el futuro y a ello se refirió Rocío Pérez, destacó que lo mismo que algunos cofrades tuvieron la suerte de conocer a su hermandad por su familia, ahora hay una nueva experiencia que son los talleres cofrades que implantados por la Hermandad de la Sagrada Cena y con la coordinación de Mariola Luego están resultando un gran éxito formativo para los más pequeños.

Muchos pasos se han dado en favor de la mujer y otros quedan por emprender, lo que sí tienen claro las contertulias de El Aguaó es que las metas conquistadas no se pierden. Hay puestos a los que serán más difíciles de acceder, por ejemplo, aun cuando hay monaguillas lo que no se está es por la labor de permitir la presencia de mujeres acólitos, al ser un ministerio sacerdotal, dejado sólo para hombres por la Iglesia.

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