mercado de san sebastián

Los minoristas vuelven a la tranquilidad

  • Los comerciantes de la plaza de abastos regresan a la rutina de su día a día

  • Los clientes agradecen la demora del desalojo hasta la llegada de la carpa

Del llanto a la alegría. De la incertidumbre al desahogo. En apenas cinco días los comerciantes del mercado de San Sebastián han experimentado sensaciones encontradas ante la cuenta atrás para el desalojo de la plaza de abastos, previsto para ayer, pero que no se efectuará hasta que el Ayuntamiento de Huelva, finalmente, les ofrezca una propuesta satisfactoria y asumible para ellos: una carpa costeada por el propio Consistorio. Han tenido que pasar días, horas, minutos y segundos para que las cosas se suavizaran y los actores implicados en este espinoso asunto dialogaran, tras la presión ejercida por los medios de comunicación y los partidos de la oposición en el Consistorio onubense. Así las cosas, por el momento la plaza de abastos de Huerta Mena volverá a abrir sus puertas al menos durante algunas semanas más.

Tras días de tensión y nervios, con varias reuniones, encuentros y una manifestación de por medio, el pasado viernes los comerciantes regresaron a sus casas con la noticia de la paralización del desalojo de la plaza de abastos, después de la esperada llamada del concejal de Empleo, Desarrollo Económico y Proyectos, Jesús Bueno. Fue una jornada de besos y abrazos, según comenta Isabel Antonio, camarera de la cafetería del mercado, quien se muestra muy contenta por esta situación. En la mente de ella y del resto de los comerciantes presentes en este edificio, se encuentra ahora el proyecto de la instalación de una carpa a cargo del Ayuntamiento en el solar del antiguo hospital Manuel Lois. Pero para ello quedan algunos trámites que aún hay que perfilar.

Juan Carlos Salguero, presidente de la asociación Mercado de San Sebastián, asegura a este respecto que primero se procederá al arreglo de la renovación de las concesiones. Cuando recibió la llamada de Bueno, al mediodía, asegura que todos tocaban las palmas. Y es que después de muchas horas de lucha, por fin veían un poco de luz detrás de un fondo que era negro.

En los pasillos y puestos del mercado las caras son de auténtica alegría. En el ambiente se respira tranquilidad y, a su vez, algo de bullicio de los clientes, con el ajetreo de bolsas para arriba y para abajo, que muestran al visitante una situación distinta a la que se podía sentir y era palpable durante cualquier jornada de esta semana, justo en medio del conflicto. La cosa ha cambiado mucho para todos ellos.

Desirée, propietaria del único puesto de chacinas del mercado de arriba, comenta con orgullo que "hemos tenido un rayito de luz" tras una semana de nervios y noches sin dormir porque no tenían claro qué podría pasar con su futuro. Ana María, que tiene una tienda de alimentación y con la que Huelva Información contactó recientemente, cuenta que ha pasado "del sofocón a la alegría", toda vez que, según afirma, "después de la tempestad siempre llega la calma".

Javier Díaz, representante del sector del pescado en el mercado, expresa que ya tienen cierto "respiro". Así también se encuentra su mujer, Bella, que atiende a sus clientes con una amplia sonrisa. Han sido días difíciles para todos, pero en sus rostros felices parece como si no hubiera pasado nada. Incluso en un puesto cercano se escuchan sevillanas.

Otros comerciantes están alegres pero aseguran que lo estarán más cuando "lo vean firmado", como sentencia Francisco Armentero.

Y por otro lado, los clientes presentes, como María Victoria y Carmelo, se muestran contentos por la propuesta que se les ha facilitado a los minoristas, aunque otros no sabían si iba a abrir más el mercado. Ya saben que sí.

Con todo esto, los comerciantes vuelven a su normalidad y esperan el traslado a la carpa para poder continuar con su trabajo. Muchos, aunque aún no se han ido, tienen ya el deseo de volver.

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