Huelva

La meteorología provoca un mes de mayo muy difícil para los alérgicos

  • La sintomatología se da incluso en personas no diagnosticadas con la rinoconjuntivitis como el efecto más extendido

  • Las gramíneas y el olivo son los pólenes que más incidencias causan

Los peores pronósticos se están cumpliendo y la primavera está siendo especialmente complicada para los alérgicos. Tal es así que incluso las personas que habitualmente no muestran ninguna sintomatología, la están padeciendo en cierto grado.

Pero todo esto tiene una explicación. Según explicó la alergóloga del Hospital Juan Ramón Jiménez Belén Hinojosa, "llevamos un par de semanas especialmente complicadas que contrastan con un arranque de incidencia moderada con la que dio comienzo la primavera", en la que las lluvias hicieron un notable acto de presencia.

Otros pólenes se han retrasado, como el del ciprés y el del plátano de sombra

Para la alergóloga del Juan Ramón, esta fuerte incidencia que se padece en la actualidad está directamente relacionada con el comportamiento de esta estación en contraste con las de años anteriores. Hinojosa recordó que "en años precedentes, a estas alturas de mayo ya se habían superado los 30ºC". Esto quiere decir que el calor ya había aparecido de manera significativa lo que, acompañado por una menor presencia de precipitaciones, hacía que la de pólenes fuera sensiblemente inferior a la que tenemos este año.

Con todo este cúmulo de circunstancias, el presente muestra un panorama en el que los niveles de gramíneas y olivo son tan relevantes "que incluso aquellas personas que nunca muestran ninguna sintomatología, la sufren aunque sea de manera leve". El pasado domingo, por ejemplo, fue especialmente complicado para todos estos pacientes, ya que a esa alta presencia de pólenes hubo que agregar el viento.

A la incidencia del olivo y gramíneas, los principales causantes de alergias en esta época del año, hay que sumar que como consecuencia del comportamiento de la primavera, ha habido un retraso en la aparición de los pólenes de otras especies como plátano de sombra o ciprés.

Junto a todo esto, hay que añadir un aspecto más subjetivo pero no por ello menos importante. Belén Hinojosa indicó que "cada persona tiene su nivel umbral de afección de una alergia". Esto no contrapone que haya unos niveles umbrales establecidos de manera general, que es cuando se entiende que la persona es considerada como alérgica a un determinado polen, por ejemplo: "En el caso de las gramíneas, ese umbral está en 50 gramos por metro cúbico y en el olivo es el doble". Sin embargo, hay personas que precisan de una cantidad mucho más elevada para comenzar a tener algunos síntomas, con la rinoconjuntivitis como el más habitual y llega a afectar al 30% de la población.

Otro de los aspectos que agravan este mes de mayo es el de las romerías, que hacen que la gente esté más en contacto con los agentes alérgenos de polen u otros que asimismo provocan la enfermedad, como pueden ser los caballos. Hay que tener en cuenta que las alergias suelen tener un comportamiento sumatorio dado que el origen de esa reacción del cuerpo humano es una proteína que puede ser compartida por diferentes agentes, y de ahí que casi siempre un alérgico lo es a varias cosas. Preguntada la facultativa sobre qué les espera a los alérgicos durante el mes que queda de primavera, Hinojosa señaló que "es imprevisible", dado que si esta estación mantiene el comportamiento que ha mostrado hasta el momento, es más que probable que siga causando muchos problemas.

Las previsiones a largo plazo no son nada halagüeñas para este colectivo. Se prevé un incremento notable de personas con alergia y los niños no se libran de ello: "Cada vez hay más pacientes con alergia a los pólenes y se espera que para 2030, una cuarta parte de la población la padezca". No tienen más ventaja aquellas que viven en la ciudad respecto a las que habitan en el campo, ya que "los pólenes potencian sus efectos como consecuencia de los gases emitidos por los motores diésel".

Hinojosa explicó asimismo, que en "Huelva hay una gran diversidad de componentes alérgicos aunque, salvo en días puntuales, no se llega a niveles extremos. Algo distinto sucede por ejemplo en Jaén, donde los agentes alérgicos son mucho más escasos primando el olivo que, por contra, sí llega a situaciones muy extremas.

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