Huelva

Una locomotora de ayuda a los demás

  • Huelva se vuelca con la gran recogida del Banco de Alimentos

  • La solidaridad muestra el lado más humano de los onubenses durante la primera jornada

Una octavilla de papel cartón reza lo siguiente: Alimentos Preferentes. Leche, aceite, conservas, alimentos infantiles y legumbres. Compruebe la fecha de caducidad. Un sello del Banco de Alimentos firma la identidad de un panfleto informativo que revuelve a más de uno la razón y la conciencia. Seguramente la octavilla hace recordar a aquel que pide en la puerta de una iglesia porque no tiene nada que llevarse a la boca, a la señora que de manera cabizbaja en una calle muestra su pobreza con una mano delante y otra detrás, o a aquella familia que su hoja de ruta se encuadra en abrir los diferentes contenedores para encontrar algo que alimente su estómago. Una octavilla que se entrega a la puerta de un supermercado cualquiera para recordar la necesaria empatía con los más necesitados. Muchos que por la crisis, desempleados o circunstancias de la vida ven como un imposible llenar la nevera en su día a día.

La gran recogida de alimentos es la alma máter de las campañas de comida. Una locomotora capaz de recaudar decenas de toneladas de productos en sólo dos días para más de 17.500 personas de la provincia.

Hasta 137 tiendas estarán disponibles durante el día de hoy para colaborar

Dos voluntarios aguardan a la puerta del nuevo supermercado de El Jamón de la calle Rábida con las octavillas y bolsas del Banco de Alimentos bajo sus brazos. Dos voluntarios jóvenes que no superan los 24 años. Antonio Gómez y Olga Beltrán mantienen el tipo, la sonrisa y el agradecimiento durante el turno de tres horas. Ni siquiera se conocen de antes. El primero llega desde San Juan del Puerto a través de la Hermandad de Emigrantes y ante la llamada del presidente "sin negarlo dije que sí" porque con estas acciones "te sientes muy gratificado". En cambio Olga, aunque es la primera vez que se viste con un peto del Banco de Alimentos, "siempre he hecho voluntariado" y su pasión por la humanidad y solidaridad llega hasta el punto de que sus estudios se enmarcan en Magisterio de Educación Especial.

"Hola buenos días, ¿le gustaría colaborar con el Banco de Alimentos?", es la frase que escucha uno tras cruzar la puerta del establecimiento. Detrás de esas palabras, una sonrisa del voluntario esboza en su cara a la vez que inclina el brazo con una bolsa y la octavilla. Las respuestas, como en todo este tipo de situaciones, son de diferente índole. Desde los "no puedo porque tengo prisa", "sólo vengo a comprar una cosa", o "no, lo siento", hasta los "por supuesto", "sí, ¿algún alimento en especial?", incluso algunos tras negar con la cabeza la invitación del voluntario y dar dos pasos hacia el interior del súper, regresan a por la bolsa en un remordimiento de conciencia en cuestión de segundos.

La mañana en Huelva se antoja fría. De esas temperaturas que no acostumbra el cuerpo últimamente y que calan en los huesos. La buena noticia es la ausencia de nubes en el cielo. Un factor clave para que la gente realice sus compras quincenales o mensuales, tal y como señala con una sonrisa esperanzadora el presidente del Banco de Alimentos, Juan Manuel Díaz Cabrera. El cambio de fecha de la campaña a los primeros días de diciembre en un intento por eludir el Black Friday es otra baza que se suma al cobro de nóminas y pagas extraordinarias por estas fechas.

A cuenta gotas comienza a llegar la gente al supermercado. La presencia de los voluntarios "es importante porque si no no te acuerdas", señala una señora que detiene la conversación emocionada cuando sale en una frase los más de 17.500 beneficiarios que comerán de las pequeñas aportaciones como la de ella. "Yo colaboro siempre porque hay muchas necesidades", indica otra mujer que deposita latas de conserva en las grandes cajas preparadas para la ocasión. "Las latas siempre vienen bien porque si no se consumen se pueden guardar por más tiempo", explica antes de dirigirse a los voluntarios en un tono íntimo como de papel materno, "que tengáis buen día y que recojáis muchos alimentos".

En dos grandes cajas de cartón, los dos voluntarios comienzan a ordenar y clasificar los diferentes productos que reciben. Una de ellas sólo para lácteos, y el resto de comida en la otra, pero de forma ordenada y clasificada. Entre tanto la mañana discurre con el tedioso sonido de la caja registradora y la música navideña que encarna estas fechas. Las cajas empiezan a propiciar las primeras colas. Uno de los motivos, una señora que, mientras le esperan para pagar, aparece en carrera con un paquete de pasta al grito de "¡para el Banco de Alimentos que no me he acordado!". Y es que "para mi es una satisfacción" ya que "precisamente yo soy una de las que lo necesito" porque "es una cosa que ayuda a tantas personas que están en paro". La señora, que también colabora con otras entidades, explica que hay otras fechas, aparte de las navideñas, en las que es muy necesario ayudar, como septiembre "por el comienzo del curso escolar", hecho por el cual las familias tienen muchos gastos.

Huelva es solidaria y lo demuestra con hechos y no con palabras. Otra mujer le da una gran bolsa de alimentos a uno de los voluntarios de la asociación. "Mi hija también es voluntaria y la verdad es que siempre colaboro" tanto que "mañana vendré otra vez y volveré a colaborar". La voluntaria Olga Beltrán también aprovecha sus relaciones de amistad y al ver a dos mujeres pasar por la puerta del supermercado sale corriendo y exclama un "¡colabora conmigo!".

La gran recogida de comida organizada por el Banco de Alimentos no es algo casual. Ya son seis años con un trabajo por detrás de grandes dimensiones para llevar a cabo la campaña. "Contamos con los medios normales que hemos tenido en otras ocasiones. Primero una nube importantísima de voluntarios que son los que hacen posible que la gran recogida se haga en Huelva como en toda la provincia", explica el presidente de la asociación, Juan Manuel Díaz, quien apunta el número de 2.400 voluntarios en 137 tiendas en el territorio onubense. "Todas las cadenas participan, no hay excepciones". De otro modo, son seis años en los que "venimos colaborando y orientando a nuestros clientes en que colaboren en una labor tan importante", señala el director de Relaciones Institucionales y de Recursos Humanos de Supermercados El Jamón, Antonio Díaz.

"Ahora la suerte está echada", apunta Díaz Cabrera. El balón está en el tejado de la ciudadanía. Y como dijo hace unas semanas una coordinadora de voluntarios: los pobres también comen todos los días.

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