Todo parece indicar que la crisis también se ha cebado con la feria del libro más antigua de Andalucía. Todo lo que el año pasado supusieron buenas noticias sobre la asistencia y el nivel de ventas, se ha venido en buena medida abajo en la edición de 2009 que se cerró ayer. Así lo señalaba el presidente de la Asociación Provincial de Libreros, Juan Antonio García y era corroborado por todos sus colegas presentes estos días en la carpa de la avenida de Andalucía.

Quizá los buenos augurios ocasionados por los resultados de 2008, provocaron que en esta 35ª edición se contara con cinco expositores más: tres de librerías y dos de carácter institucional. Junto a ello se preparó un programa que incluía cuarenta actividades de diversa índole: teatro, juegos infantiles, danza... todo ello con el propósito de atraer a los onubenses que se han mostrado bastante más remisos que el año pasado, a darse un paseo por la Feria.

El presidente de la Asociación Provincial de Libreros, Juan Antonio García, señala que "estimamos que este año se produzca una reducción de ventas del 30% en relación a la feria de 2008". El presidente de este sector explica que el programa de actividades ha sido completo y "hemos conseguido que cada día estuvieran presentes en la feria unos 300 niños, aparte de los cuarenta actos organizados y la presencia de más de veinte autores que han estado aquí para firmar sus obras".

La ubicación de la feria no parece estar cuestionada ya que el tradicional enclave de la plaza de Las Monjas carecería de suficiente espacio para albergarla y la experiencia del paseo de Santa Fe fue nefasta.

Pese a todo ello, Juan Antonio García hace un llamamiento a las administraciones para que colaboren en engrandecer la feria "que tiene carácter provincial y no puede llevarla sólo el Ayuntamiento". García hizo además, referencia a la crisis que atraviesa el sector por su dependencia del libro de texto y que con la nueva política de gratuidad de la Junta está infligiendo un duro castigo a las librerías de la provincia "de las que 18 tuvieron que cerrar el pasado año".

El mayor volumen de ventas en la XXXV Feria del Libro ha correspondido a los ejemplares para el público infantil y juvenil lo que no deja de ser un buen augurio para el futuro, ya que no se trata de libros que sean exigidos por los centros escolares sino que son adquiridos por el interés particular de los pequeños". Por lo que respecta al público adulto, lo que más se han vendido han sido precisamente los 'best seller'. Esos son los casos de la trilogía del autor sueco Stieg Larsson o los de la colección de Crepúsculo.

Manuel Jesús Soriano trabaja en la librería Siglo 21. Comenta que en su caso las cosas no han ido excesivamente mal ya "que somos una librería muy conocida en la capital". Resalta el éxito que han tenido las ediciones de bolsillo, obviamente más económicas y su satisfacción es doble ya que hay que añadirle su faceta de autor. Su libro 14 de abril ha sido de los más vendidos de los autores onubenses y ya tiene concertada su presencia en otras ferias del libro como las de Sevilla y Madrid.

Desde la caseta de la librería Welba, de temática especialmente religiosa, se ratifica que la cosa ha ido muy floja y se resalta que se han vendido bastantes libros de autoayuda. Guillermo Ruiz tampoco se va excesivamente disgustado. Su librería está especializada en el cómic: "Tengo mi clientela y esto sirve para promocionar mi librería". De lo que sí se queja es de que la feria adolece de una promoción adecuada: "Como ejemplo, el otro día pasé por la Universidad y no vi un solo cartel que anunciara la feria".

La librería Doring no hace sino ratificar gran parte de lo expuesto por sus colegas. En su caso piensan que han vendido la mitad que el año pasado y ese volumen incluye el libro infantil, los 'best seller' y las ediciones de bolsillo. La librería Tharsis, primeriza en la feria, lamenta la falta de promoción de este evento cultural de primera magnitud.