Huelva

La levedad de los castillos de arena

  • Cerca de cien niños participaron en el tradicional concurso infantil en la playa de El Rompidol certamen La iniciativa pretende fomentar las habilidades manuales y creativas del colectivo infantil y juvenil, que además de realizar los castillos tuvieron que contar una breve historia en torno a la fortaleza.

Un verano más, los frágiles y vulnerables castillos de arena surgidos de la más sorprendente imaginación de los más pequeños, han sido los encargados de velar durante toda una tarde por la seguridad de la playa urbana de El Rompido.

Y es que de nuevo, dentro del marco de la Semana Joven y Cultural que se está desarrollando estos días en este bello rincón de las playas de Cartaya, las áreas de Juventud y Cultura del Ayuntamiento de la localidad pusieron en marcha el ya tradicional concurso de castillos de arena.

Una iniciativa de ocio y a la vez educativa mediante la que se pretende fomentar las habilidades manuales y creativas de los colectivos infantil y juvenil, ya que los participantes no sólo tuvieron que construir un frágil castillo de arena con sus propias manos y con la ayuda tan sólo de los tradicionales útiles playeros -cubos, palas o rastrillos de plástico-, sino que además, agrupados en equipos, tuvieron que imaginar, para contar posteriormente al jurado, una breve historia en torno a la fortaleza construida.

En este sentido, la mayoría de los grupos participantes, que han sumado este año una cifra superior a las cien personas, optaron por remontarse al medievo a la hora de recrear la historia de sus particulares castillos. Para ello, y aunque con innumerables aportaciones propias, los concursantes basaron sus imaginarios cuentos en las tradicionales leyendas y personajes de esa época que todos conocemos: la bella princesa que es rescatada de su eterna prisión; el valiente príncipe que se marcha a la batalla para no regresar jamás; la joven doncella que aspira a lo que no tiene; el castillo asediado por el oscuro enemigo; el conquistado por los buenos; las brujas de nariz larga y puntiaguda; los dragones alados; los magos y druidas de largas y blancas barbas; los coloristas y alegres bufones de palacio; los piratas de parche en el ojo y pata de palo… y un largo etcétera de héroes y villanos que sólo es capaz de abarcar la envidiable y privilegiada mente de los más pequeños.

Según los responsables de las áreas de Juventud y Cultura del Consistorio cartayero encargados de la actividad, los objetivos de la misma son muchos y pasan fundamentalmente por fomentar la creatividad de los pequeños en una doble vertiente: por una parte a la hora de construir el castillo, y por otra a la de crear e imaginar una historia o cuento en torno al mismo; posibilitar la convivencia y las relaciones entre los menores de Cartaya y El Rompido con aquellos que pasan el verano en las playas de Cartaya y que proceden de otros puntos de España o incluso del extranjero y, finalmente, fomentar las relaciones intergeneracionales.

Pero la principal novedad este año ha estado en la nueva sección que se ha puesto en marcha dirigida específicamente a los padres de los menores concursantes al objeto de que mientras sus hijos disfrutan en la playa, ellos no se conviertan como en las anteriores ediciones en simples espectadores y sí se involucren plenamente en la actividad, aunque sin interferir en el trabajo de los verdaderos protagonistas, que han seguido siendo los más pequeños.

Por tanto, alrededor de una treintena de padres agrupados en tres equipos, también disfrutaron de este concurso, al que presentaron un total de tres castillos de arena.

Finalmente, y como sucede todos los años, niños y padres obtuvieron su recompensa y todos fueron premiados ya que otro de los objetivos de este atípico concurso, según destacó el concejal de Juventud del Ayuntamiento de Cartaya, Alexis Landero, es "evitar la competitividad entre los participantes en pro del espíritu participativo, la diversión, el ocio, y disfrute de las playas cartayeras".

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