Huelva

Los tres juzgados por prostituir a una menor niegan la violación

  • El trío justifica sus contradicciones en juicio al decir que la Guardia Civil los coaccionó

Palacio de Justicia de Huelva, donde se celebra la vista oral.

Palacio de Justicia de Huelva, donde se celebra la vista oral. / alberto domínguez

El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia de Huelva dejará hoy, previsiblemente, visto para sentencia el juicio que se sigue -en dos sesiones- contra A.G.V., M.P.V., J.P.P., acusados de contactar y convencer a una menor, residente en La Palma del Condado, para que se prostituyera unos días en un club de alterne de Orense en abril de 2016, por lo que le pagaron presuntamente 5.000 euros.

Los tres encausados, que decidieron ayer responder a las preguntas de las partes en la primera ronda de la vista oral, reconocieron que llevaron a la adolescente al club para que ella denunciara al dueño y que la Policía cerrara el negocio al detectar la presencia de la menor. Defendieron su inocencia y negaron los hechos más graves, como que la chiquilla fuera violada por A.G.V., para el que el fiscal del caso, Miguel Ángel Arias, solicita una pena de 18 años de prisión por un presunto delito de trata de seres humanos y de favorecimiento a la prostitución de menor de edad y de agresión sexual, al supuestamente violar a la víctima. Los otros dos, M.P.V. y J.P.P., se enfrentan a diez años de reclusión por trata y favorecimiento de prostitución de menor de edad.

La víctima presta declaración protegida tras un biombo y a puerta cerrada

El principal acusado detalló ayer a la Sala que el objetivo del plan era "llamar a la Policía una vez que la menor estuviera en el club y que lo cerraran". Además de señalar que la chica "fue de manera voluntaria", señaló como autor del plan a un hombre fallecido, padre y tío de los otros dos investigados. De la víctima dijo que la había conocido el mismo día que la recogió, junto con M.P.V. y J.P.P., en Alcalá de Henares (Madrid) para llevarlos a Orense, ciudad en la que se ubicaba el prostíbulo.

Negó de plano la violación en el baño de una gasolinera de Ponferrada (León) que se le imputa ni que ofreciera a la joven dinero a cambio de mantener con ella relaciones sexuales. A.G.V. insistió en que no era parte del plan que la adolescente tuviera que prostituirse.

Por su parte, M.P.V. explicó que la víctima y él se conocían desde hacía años y que, cuando supo que su tío tenía en mente un plan para cerrar el prostíbulo orensano, accedió (sin conocer los motivos) porque estaba "muy mal" con las drogas y necesitaba los 5.000 euros que este le ofrecía por ejecutarlo.

M.P.V. narró que fue a recoger a la chiquilla a La Palma acompañado por su primo, J.P.P. Los tres viajaron a Alcalá de Henares, donde los recogió A.G.V., y se trasladaron a Ponferrada. Precisamente sobre lo sucedido en la gasolinera, donde supuestamente según la joven fue agredida sexualmente, se contradijo. Se desdijo de lo que había declarado en sede policial y aseguró que su testimonio de entonces lo prestó bajo coacciones de los agentes.

De este modo, el acusado apuntó en su nuevo relato que él nunca entró en el baño con la víctima y aseguró que "nunca hubiera permitido que le hicieran nada, era mi amiga". Por tanto, entiende que no fue violada. En su declaración ante la Policía Judicial cuando fue arrestado, sin embargo, había dicho que él y la menor habían accedido al cuarto de baño de la estación de servicios y que cuando ella salió "estaba rayada y, después en el centro comercial, ella desapareció, si bien la encontraron tras comprarse ropa y un teléfono".

En referencia a este cambio de versión, M.P.V. agregó que la víctima le pidió "que dijera eso ante la Guardia Civil", puesto que ya que "no habíamos cobrado ningún dinero con lo del club, porque ella finalmente no quiso hacerlo, que ella denunciaba a A.G.V. y que le sacaríamos el dinero a él; me dijo que no me preocupara que ni a mí ni a mi primo nos iba a pasar nada y como yo a esta persona no la conocía y no quería perjudicar a mi tío, pues acepté".

"Lo hice por ayudarla a ella y encima acabé en prisión", se lamentó M.P.V. De las presuntas coacciones que sufrió en dependencias del Instituto Armado durante su declaración, el procesado afirmó que le obligaron a declarar en el cuartel y que "le golpearon", algo en lo que también incidió su primo, J.P.P., quien incurrió ayer en similares contradicciones.

M.P.V. dejó claro que la víctima "nunca estuvo coaccionada" y que "se podía haber ido en cualquier momento del trayecto y no lo hizo, llegando a estar incluso un día en el club de alterne para llevar a cabo el plan". Sin embargo, "se pondría nerviosa y al día siguiente por la tarde me llamó diciéndome que no quería hacerlo, así que fui y la recogí".

Por último, J.P.P. admitió que conocía los planes pero negó la violación, aunque reconoció que dio la versión de la agresión sexual ante la Guardia Civil y que también "le golpearon".

La víctima de estos hechos declaró a puerta cerrada y oculta tras un biombo para no tener que enfrentarse cara a cara con el trío encausado.

En esta primera sesión del plenario testificaron los agentes de la Policía Judicial y del grupo de Trata de Seres Humanos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, los más especializados de España en estas lides. Todos ratificaron lo que se refleja en los atestados policiales y en las inspecciones oculares.

La defensa introdujo en este punto la duda de si la gasolinera de Ponferrada donde habían parado y supuestamente se había producido la violación de la menor era una distinta a la que apuntaba la Policía Judicial.

En la sesión de hoy se escuchará a varios testigos de las partes, se expondrá la pericial forense sobre las secuelas que padece la víctima y se llevarán a cabo los informes finales.

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