Huelva

Una investigación destaca la importancia de la sal en las armadas descubridoras

  • Un trabajo realizado por el catedrático de Historia Moderna David González Cruz

Explotación actual de una salina en Marismas del Odiel.

Explotación actual de una salina en Marismas del Odiel. / JOSUÉ CORREA

Un estudio publicado en la prestigiosa revista científica Studia Historica. Historia Moderna por David González Cruz, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Huelva y presidente de la Asociación de Estudios Iberoamericanos, deja constancia de que la sal explotada en las localidades de Palos, Huelva, Moguer y San Juan del Puerto a fines del siglo XV se convirtió en un producto fundamental para la conservación de los alimentos que se destinaban al aprovisionamiento de las embarcaciones que partían desde sus puertos en la época de los descubrimientos; entre ellas, la armada organizada en 1492 que permitió a Cristóbal Colón realizar su primer viaje al Nuevo Mundo.

A este respecto, el estudio demuestra que los marinos onubenses pusieron en práctica, en la preparación de la expediciones descubridoras del Nuevo Mundo, la experiencia gastronómica que en décadas anteriores habían obtenido en sus navegaciones exploratorias o bélicas en el océano atlántico; a modo de ejemplo, reseña la participación de diferentes vecinos de Moguer capitaneando diversas carabelas durante los ataques navales a Guinea en la contienda que mantuvo la reina Isabel frente a Alfonso V de Portugal durante la crisis sucesoria de Castilla.

Asimismo, en esta publicación se alude a la actividad del salazón del pescado efectuada por vecinos de Palos y Moguer que se dedicaban a la pesca de altura en la costa atlántico-africana en torno a la zona de cabo Bojador y Guinea en el último tercio del siglo XV.

La investigación evidencia que los alimentos salados formaron parte esencial de los barcos tripulados por marinos onubenses; es el caso de las carabelas Niña y Santa Cruz que participaron en el tercer viaje de Cristóbal Colón llevando 15 serones de cerdo salado, cuarto de tonel y un barril de sardinas y tres quintales y dos serones de tocino, entre otros víveres.

La investigación constata que las salinas de los Lugares Colombinos fueron el soporte productivo necesario para que el codescubridor Martín Alonso Pinzón, entre otros navegantes de la zona, pudieran desarrollar sus actividades mercantiles consistentes en el transporte a otros puertos europeos de las capturas de pescado obtenidas en las aguas atlánticas; tanto es así que Cristóbal Colón estuvo obligado a esperar en 1492 a que el mencionado Martín Alonso regresara de la ciudad de Roma de llevar una embarcación cargada de sardinas con el fin de que le ayudara a reclutar a la tripulación y organizar la expedición ultramarina con destino a las Indias.

La investigación atiende a la titularidad señorial de las salinas, a los derechos de explotación y al mercado internacional que generó la producción de la sal en Huelva, San Juan del Puerto, Palos y Moguer; en especial al circuito comercial que se constituyó enlazando los puertos de estas localidades con Italia y con la Europa noratlántica, especialmente con los Países Bajos.

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