Con el auge del comercio electrónico, aumenta cada vez más la importancia de un elemento fundamental en este tipo de transacción: el embalaje. La caja en la que viaja el producto desde el almacén hasta el domicilio del comprador tiene varias funciones. Además de proteger su contenido, representa la imagen de la tienda, y no se puede descuidar.

La importancia de cuidar el embalaje

Un packaging adecuado, con cajas de cartón resistentes y de calidad, es algo que siempre va a sumar puntos a la hora de valorar una experiencia de compra a distancia. Aunque se trate de un producto que no sea especialmente frágil, siempre se agradece que el envío llegue bien protegido, le da el matiz de un servicio cuidadoso, preocupado por el cliente.

Estos matices son especialmente relevantes en el momento actual, en el que las nuevas generaciones de compradores hacen un uso intensivo de las redes sociales para compartir sus impresiones. Una compra en Internet genera expectativas e ilusiones, y es muy habitual que una vez se ha recibido, se compartan fotos, impresiones, e incluso el acto de desembalar el paquete (el popular unboxing).

El cartón y el papel son la alternativa ecológica

Frente a la proliferación masiva de plásticos, la alternativa de usar el cartón y el papel ofrece una opción menos contaminante, ya que son materiales fácilmente reciclables. Además, son biodegradables, muy rápidamente pasan a formar parte del entorno y por tanto apenas tienen impacto medioambiental. También su fabricación es la más inocua para la naturaleza en términos de emisión de dióxido de carbono.

Todos estos factores son valorados de forma muy positiva por los millennials y las generaciones más jóvenes, muy concienciadas en general con la causa medioambiental y el problema del cambio climático y la contaminación provocada por los plásticos. En este sentido, la legislación va poco a poco eliminando el uso de estos materiales derivados del petróleo, especialmente en productos desechables, normalmente de un solo uso. Entre ellos están las bolsas usadas en el sector del comercio, fácilmente sustituibles por bolsas de papel.

La personalización siempre suma

En un comercio físico, el equivalente del packaging serían las bolsas de la compra, que además de ser parte de la imagen del establecimiento para el propio cliente, son una importante oportunidad para dar a conocer la marca. Y es que las bolsas pueden ser vistas por gente en la calle, en el transporte público, en otras tiendas, etc. Unas bolsas de papel personalizadas de forma atractiva pueden dar mucho juego, puesto que si consiguen empatizar con el comprador es muy posible que este las guarde y reutilice en otras ocasiones.

Se pueden utilizar muchos mecanismos para conseguir una personalización que llegue a empatizar con el comprador: utilizar un gag, una mascota simpática, incluso alguna promoción. A las nuevas generaciones les encanta la interactividad y los dispositivos móviles, y así podría por ejemplo desarrollarse una app con la que dar una segunda vida al packaging. Ya sea mediante realidad aumentada, o códigos QR que puedan ser escaneados con la cámara del teléfono, por ejemplo. Es importante analizar en profundidad el perfil del consumidor, descubrir lo que le puede motivar, y actuar en consecuencia, para no desaprovechar ninguna oportunidad.