Huelva

Marismas del Odiel, paraje con escuela

  • Niños de entre 4 y 12 años participan en talleres relacionados con el medio natural Los pequeños adquieren conocimientos de la fauna y flora del espacio declarado Reserva de la Biosfera

El Centro de Visitantes de Marismas del Odiel ha puesto en marcha estas navidades la Escuela de Exploradores, una iniciativa patrocinada por Atlantic Copper, que está dirigida a niños con edades comprendidas entre los 4 y los 12 años. Se plantea como un campamento urbano cuyo objetivo es familiarizar a la sociedad con el medio natural y más concretamente con este paraje, declarado Reserva de la Biosfera.

Los pequeños -se han inscrito cien- realizan talleres y actividades relacionadas con la naturaleza, en los que adquieren conocimientos de la fauna y flora del paraje Marismas del Odiel, de los ciclos lunares y los movimientos de las mareas y su influencia en el medio así como de las técnicas de reciclado. "Cada día hacen algo diferente", apuntó Francisco Morales, gerente de Onubaland, empresa que se encarga de canalizar todo tipo de iniciativas encaminadas al uso público y disfrute del espacio natural. Morales indicó que en la Escuela de Exploradores los niños realizan observación de fauna, identificación de huellas, plantaciones en los viveros, juegos de orientación y talleres de fabricación de papel y de adornos navideños.

Ayer la jornada giró en torno al reconocimiento y anillamiento de aves. Los críos ayudaron a colocar las redes en el entorno del centro de visitantes y aguardaron a que los pájaros quedaran atrapados en ellas para comenzar la identificación, clasificación y registro de los distintos ejemplares. Dirigidos por el ornitólogo José Manuel Sayago, los niños con la guía de aves en la mano, fueron rellenando las fichas (especie, sexo, tamaño, peso...) que conforman sus cuadernos de campo .

Junto a Sayago, uno de los monitores, Jorge García, iba orientando a los chavales con las ilustraciones de la guía de aves. Entre los pájaros que clasificaron se encontraban un bello ejemplar de Martín Pescador, el colorido de su plumaje despertó la admiración de los pequeños exploradores; varios currucas capirotadas y petirrojos y un mosquitero. Tras ponerles sus correspondientes anillas y pesarlos, los echaron a volar. Los niños fueron los encargados de realizar cada una de estas tareas. Todos estuvieron muy atentos a las explicaciones y solicitaron información sobre aquellas cuestiones que le suscitaron mayor interés.

Sayago les fue contando las características de cada una de las aves y les recordó que las anillas es como "el carné de identidad de los pájaros" y a través de ellas se puede hacer un seguimiento de las migraciones, de manera que quién coja una de estas aves "sabrá que pasa el invierno en Marismas del Odiel", a lo que García añadió que "si están bien alimentados es que el entorno está bien".

La presencia de viento impidió que hubiera mayor número de ejemplares en las redes. El monitor comentó a los niños que cuando hay aire los "pájaros no vuelan tanto, se quedan en los árboles, además ven las redes, que hacen bolsas con el viento, y se van".

La directora de la Escuela de Exploradores, Carmen González, subrayó que los niños "saben que vienen a aprender, se interesan y preguntan, muestran una gran curiosidad".

El gerente de Onubaland apuntó que esta iniciativa se llevó a cabo por primera vez el pasado verano y se ha mantenido en el programa de actividades ante la gran acogida que tuvo, convirtiéndose "en un proyecto de largo recorrido", ya que la Escuela de Exploradores, que se clausura hoy, se volverá a abrir en Semana Santa. Con ella además de inculcar a los niños el respeto por la naturaleza y enseñarles nociones de ornitología y botánica, apartado este último que corre a cargo del botánico Enrique Sánchez, se les ofrece una alternativa a los padres, que pueden dejar a sus hijos en este campamento urbano mientras ellos trabajan. Los horarios son flexibles y se adaptan a cada caso, permaneciendo abierto de 7:30 a 15:30.

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