Jorge Juan García Maestre. Presidente del Colegio de Farmacéuticos

Jorge Juan García Maestre: “Queremos alicientes para que pervivan las farmacias de los pequeños pueblos”

  • Accedió hace escasos meses a su actual cargo y encabeza una institución de cien años de existencia

Jorge Juan García Maestre, en su despacho del Colegio.

Jorge Juan García Maestre, en su despacho del Colegio. / Correa (Huelva)

–Estarán contentos porque su modelo de funcionamiento no lo pone en duda ninguna fuerza política. Está excluido del debate

.–Lo que pasa es que estamos convencidos de que este modelo es el mejor. No es algo que haga falta ponerse de acuerdo porque por ejemplo, a nivel de la provincia de Huelva hay farmacias en todos los municipios menos en Cumbres de Enmedio. Eso demuestra la capilaridad del sistema. Hay municipios muy pequeños en los que la farmacia es el único centro sanitario abierto. Igual al farmacéutico le gustaría estar en alguna farmacia del centro de una gran ciudad donde podría tener mayores recursos, pero el modelo demuestra que podemos ser accesibles a cualquier ciudadano y que estamos en todos los sitios. Si estuviéramos en manos de grandes multinacionales, seguro que seríamos más grandes y no microempresas y trabajaríamos más cómodos pero no llegaríamos a todos los sitios. Entonces por esta vocación de servicio que viene de muchos años atrás, la gente está convencida de que nuestro modelo es el mejor.

–Lo cierto que hace unos años, hubo un sector de su colectivo que abogó por mayor liberalización.

–Si entraran las grandes multinacionales todos nos iríamos al centro de Sevilla o de Madrid y nadie querría estar en Fuenteheridos o localidades. Pero el buen hacer y el que le eches muchas horas; que si la persona llega cinco minutos antes del cierre de la farmacia y la atiendes, si le buscas el medicamento donde sea, sobre todo en estos tiempos en que ha habido mucho desabastecimiento, la gente lo valora y es muy difícil de igualar.

–Cada vez que hay una crisis económica, el Gobierno de turno aplica un medicamentazo, es decir, saca fármacos de la financiación pública. Lo que pasa es que la situación nunca se revierte y ya no hay marcha atrás.

–Es un sector muy regulado. La Administración va aplicando medidas en cuanto tiene que cuadrar el gasto sanitario. Las medidas han ido haciendo mella. Ahora parece que vamos a salir de una de ellas que es la subasta de medicamentos que el día 28 finaliza una de ellas pero aún hay otras muchas. Luego hay otras medidas como que cuando vendes un medicamentos muy caro prácticamente no ganas nada. Hay medicamentos en que nuestro margen son 45 céntimos y todo eso ha ido haciendo mella de modo que las farmacias si no están muy bien gestionadas y tienen una población que la sostenga, no son viables.

–¿Por qué se opusieron tanto a las subastas?

–Las subastas nos causaban grades gastos de burocracia. Era algo en que tenías que trabajar algo en concreto y no con el laboratorio que tú quisieras o lo que los pacientes te demandaran. De este modo podrías tener opciones y no tenías que estar todos los días con a ver qué haces si no tienes un medicamento. Había que afinar mucho y eso implicaba muchos gastos de recursos. Muestra es que en ningún otro sitio de España se ha intentado imitar este sistema.

–También los usuarios se quejaban.

–Así es. Estaba la insatisfacción del paciente. Si un medicamento no le sentaba bien al paciente, con la subasta no había opción de probar con otro. También respecto a los profesionales, había un cierto perjuicio porque no podías conseguir un beneficio lícito con laboratorio escogido.

–Me comentaba que aún quedan subastas pendientes.

–Aún quedan otras porque hay contratos vigentes. Pero las subastas han tenido más efectos colaterales: Se destruyó la red comercial que había de laboratorios con lo que muchos compañeros fueron a la calle. Otro problema es que no se escogió ningún laboratorio nacional y algunas plantas de fabricación tuvieron que reducir plantilla.

–Incluso se llegó a cuestionar la calidad de los medicamentos.

–Entiendo que si los aprobaba la Agencia Europea del Medicamento eran perfectamente aceptables.Los pacientes se quejaban por los colores de las pastillas o que a veces venían machacadas y hay que tener en cuenta que en España se fabrica muy bien. Hay algunos laboratorios que tienen hasta 20 personas en su departamento de calidad verificándolo todo y eso da seguridad.

–Llevamos unos meses con desabastecimiento de algunos medicamentos. ¿Cree que se solucionará pronto?

–No le veo visos de solución a corto plazo. Hay muchos factores que han confluido. El sector de los laboratorios se está globalizando cada vez más. Y eso hace que muchos fabricantes de principios activos, que es con lo que después se hacen los medicamentos, se van concentrando y acabas estando en manos de cuatro. Si esos cuatro fallan por algo no es lo mismo que cuando había 20. Otra cosa es que la Administración tiene la capacidad de decidir el precio del medicamento y aquí es más barato que en otros sitios.

–¿Los farmacéuticos están muy afectados por el paro?

–No hay mucho nivel de paro. De hecho en verano, hay un pico de trabajo en las farmacias de las playas aparte de que los compañeros cogen e incluso hay problemas para cubrir todos los puestos. Recurrimos a bolsas de empleo de Sevilla y de otros sitios. Sólo hay un paro técnico. En el Colegio de Huelva somos 804 colegiados, siendo el 64% mujeres y casi la mitad de de los colegiados de menos de 40 años. La provincia tiene 251 oficinas de farmacia. Pero además, otros farmacéuticos trabajan en otras ramas como la Administración, Salud Pública, farmacia hospitalaria, la distribución, la docencia e investigación, óptica y y ortopedia o análisis clínicos. Los de Salud Pública están ahora de actualidad por el tema de la listeriosis. Ahí están muy activos pues se encargan de la supervisión junto a los veterinarios de ese tipo de industrias.

–Pero supongo que la mayoría trabaja en farmacias.

–Así es: 209 hombres y 380 mujeres.

–¿Se prevé la apertura de nuevas oficinas de farmacia?

–La Administración tiene previsto sacar un concurso de farmacias cada equis años. Se prevé que haya pronto uno pero se hace a nivel autonómico. Aun no hay fecha. Lo que se hace es ver sitios donde haya podido crecer la población, donde se vea que hace falta el servicio… A nosotros nos preocupa mucho el tema de la España vacía y que se cubran los pequeños pueblos en los cuales el farmacéutico subsiste porque le tiene cariño al pueblo, porque es de allí o su cónyuge trabaja en otra cosa. Proponemos que se haga un concurso de traslados para que sea atractivo irse a esos pueblos y que dentro de equis años puedas ir a otro destino si lo deseas.

–Antiguamente se consideraba que era un chollo tener una farmacia. Supongo que esto ha cambiado.

–Hay muchas farmacias de los pueblos que no sacan ni el beneficio de un adjunto contratado en una farmacia de capital, pero al final la persona lleva tiempo en el sitio, conoce a la gente y se integra pero no es explicable desde el punto de vista económico. Si se mirara esto solo con criterios empresariales no estarían abiertas algunas de esas farmacias. De las 21.000 que hay en España se quitarían 10.000 de un plumazo. Aparte, se han ido aplicando decretos como los que actúan como un impuesto que grava conforme a tu facturación. Es una tasa impositiva independiente de la de Hacienda. Todo hace que antes las farmacias fueran más rentables y si te desvías en algo puedes entrar en crisis.

–España es un gran consumidor de medicamentos, ¿no?

–Es cierto que se consumen muchas unidades. También el precio de gasto medio en medicamento estó por debajo de la media de la Unión Europea. Sí es cierto que hubo un consumo de antibióticos exagerado y se trabajó en ello con el Programa Bidasoa que ha tenido muchos resultados. Había mucha costumbre de prescribir antibióticos y se está mejorando.

–¿Se consideran los farmacéuticos bien tratados por las administraciones?

–No me quejo del trato pero deberíamos ponernos todos las pilas y trabajar de la mano y no perder el tiempo en pequeñas discordias. Tenemos una gran potencialidad que puede ser utilizada y que no nos quedemos solo en el medicamento. Ahora creemos que es el momento de dar el paso. El camino debe ser trabajar en la prevención, antes de que surjan los problemas.

–¿En cuánto puede estar una licencia en el centro de Huelva?

–Es muy complicado de calcular. En los centros de las ciudades parece que hay mucha población pero luego se va. Creo que en el centro no debe costar mucho a raíz de la crisis. Las licencias o traspasos de una farmacia han bajado mucho. Aun así supone un gran desembolso. La de mi farmacia de Cartaya la puse a 30 o 40 años. Lo estás pagando de por vida. Hace 40 años tú pagabas una farmacia en 7 años. Es una evolución parecida a la de la vivienda.

–¿Esas licencias se pasan de padres a hijos?

–Hay un concurso de méritos en el que puedes comprar y tienes que pagar a esa persona. Además tú se lo puedes vender a tu hijo. Ahí entra la normativa fiscal y se consideraría una donación, que sería ruinosa. Por otro lado, el modelo español está vinculado al modelo titularidad-propiedad que ha frenado la entrada de grandes cadenas. Cada farmacéutico puede ser titular de una sola.

–¿Cuándo dejaremos de ver al farmacéutico usar el cúter para cortar los cupones de los medicamentos?

–Llevamos unos meses usando el Sistema de Verificación de Medicamentos que es una normativa europea e el que la caja es única. Lleva también un código QR en la que no se hace solo referencia al lote sino también a la caja para evitar falsificaciones que son un problema en Europa. Hemos tenido que comprar lectores nuevos y eso puede hacer que en el futuro se desactive la caja y no se tenga que cortar el cupón precinto. Para nosotros supone cientos de horas de trabajo y sería más cómodo con ese sistema pero ahora estamos en rodaje.

–¿Qué pasa con la venta por internet?

–El usuario tiene mucho miedo en esto y hace bien porque además está prohibido en España. Lo más habitual es la compra de Viagra que en la mayoría de los casos son falsificaciones y no tienen efecto alguno.

–Ustedes han realizado en estos últimos años, varias campañas en pro de la salud y el buen uso de los medicamentos

.–Por ejemplo, el Programa conSigue que es de seguimiento para ver si el medicamento que te tomas es realmente necesario, eficaz y seguro para ti. Cuando se hace este tipo de programas hay un ahorro muy grande. Otro es el Concilia. Si vas al hospital te pondrán una medicación y no te quitarán la que prescribió tu médico de familia. Con ello, a veces el usuario no sabe qué hacer y puede haber duplicidades. El farmacéutico puede ayudar al paciente y eso además supone un enorme ahorro para la Administración.

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