desaparición de ruth y josé

Con la familia paterna en la picota

  • Ruth Ortiz tiene palabras en la concentración para "los que de verdad pueden ayudar y no lo hacen" sin apuntar en ninguna dirección · Varios carteles piden a los hermanos de Bretón que "cuenten la verdad"

La portavoz materna adelantó por la mañana que reclamarían a la familia paterna que diga "todo lo que sabe". Por la tarde, Ruth Ortiz, de forma más velada, en la lectura de su comunicado en la concentración, se acordó de "los que de verdad pueden ayudar y no lo hacen". Aunque para elocuencia, la de varios carteles, novedosos ayer, que apuntaban directamente a los hermanos de José Bretón, con fotos incluidas. Definitivamente, la familia paterna se ha colocado en la picota.

La concentración de ayer en la Plaza de las Monjas onubense fue especial. La coincidencia con la fecha de la desaparición de los niños, cinco meses después, no escapó a cientos de personas, unas 400. Tampoco a la madre -no podía ser menos-, que empezó con ese recuerdo su comunicado. "Aunque me parezca increíble, todavía no se dónde están", dijo.

Sus palabras fueron de agradecimiento pero también de fortaleza, contrarias a la rendición. Y con un mensaje muy claro para quien quisiera entenderlo: "Gracias a los que ayudáis, cada uno en la medida de sus posibilidades, en la búsqueda de Ruth y José. A los que de verdad pueden ayudar y no lo hacen, sólo les deseo que nunca encuentren la paz, que no puedan dormir . Que la risa y las voces de mis hijos los despierten por las noches y que siempre les recuerden: pudiste hacer mucho por nosotros y no lo hiciste. Que Dios, si puede, los perdone".

No hubo referencias a su ex marido ni a la familia de éste. El dedo acusador vino de pancartas alejadas de la cabecera, que destacaron sobre las habituales. Ya era habitual que hubiera ataques directos a José Bretón, pidiendo explicaciones sobre el paradero de sus hijos. Pero esta vez, en el punto de mira estaban sus familiares. Los hermanos, concretamente.

"Rafael y Catalina Bretón. Para educar a vuestros hijos, primero educaros vosotros. Es la vida de dos niños. Decid la verdad". Mensaje directo de un pequeño cartel, con fotos de los dos mencionados, que portaba un hombre entre los manifestantes.

Más grande, en una pancarta más elaborada, de nuevo se repetían las imágenes de los hermanos Bretón, acompañadas por las del detenido, José, y los dos niños. "Aquel que miente, oculta la verdad. Vosotros también fuísteis niños. Ahora sois padres. Por favor, contad la verdad". No hubo gritos ni consignas. De nuevo, el silencio destacaba en la concentración. Como cada semana. Sólo las palabras de la madre y los mensajes lanzados en papel.

Aún así, la familia materna ya había apuntado en esta dirección unas horas antes. Por la mañana, la portavoz, Esther Chaves, dijo a los periodistas que los familiares de José Bretón "saben más de lo que cuentan", aunque no cree que sepan el paradero de los niños. "Pueden ayudar mucho -insistió- porque ellos son los que estaban con José Bretón y los niños ese fin de semana y saben todo lo que pasó, horarios y costumbres".

Chaves aseguró que desconoce si no cuentan la verdad "por miedo o por proteger a su familiar", aunque subrayó que "son más importantes los niños desaparecidos y la verdad tiene que salir adelante". Sobre la conveniencia de que José Bretón siga en prisión, Chaves tampoco dio concesiones y se mostró partidaria de que "mientras los niños estén privados de libertad, su padre también debería estarlo". "Hay que seguir recordando que los niños están desaparecidos y Bretón está en prisión porque sus hijos están desaparecidos. Esa es la principal prueba que tienen contra él. Por tanto, mientras no aparezcan debe estar en prisión", insistió.

La dureza vino de la portavoz. El tono amable pero firme, sin flaquezas, correspondió a la madre. De nuevo palabras de agradecimiento a los "profesionales" implicados en la investigación. "Ellos no se van a cansar y yo tampoco. Nadie ni nada puede hacer callar a una madre que busca a sus hijos. Mientras me quede un aliento de vida, no voy a cruzarme de brazos", apuntó.

Más de media hora duró la concentración en Huelva. Antes de las seis, como otras veces, ya se levantaban pancartas y se guardaba silencio. Ayer, además, con velas repartidas entre todos los asistentes y repartidas por el suelo. Un elemento más a perpetuarse en la reivindicación de los pañuelos y lazos verdes, presentes en los habituales.

Cinco meses sin los niños, y muchas concentraciones semanales después, el acto de apoyo a la familia materna sigue siendo multitudinario. Se repiten las caras pero se suman también otras nuevas. Profesores del colegio y guardería, padres de niños, compañeros de Ruth Ortiz, familiares y amigos e incluso algún político, de forma individual y anónima entre la multitud.

Durante la concentración, el silencio es constante, sólo roto por el murmullo de la abundante prensa desplazada, que aparca tres unidades móviles muy cerca. Y de fondo, los gritos de niños jugando en el otro extremo de la plaza. Una dosis más para un escenario, terrible, de dolor evidente de la madre.

Al término de la concentración, tras la lectura del comunicado en el templete y la difusión, extraordinaria, de una canción sobre los niños, la madre tomó un taxi y se fue rápidamente acompañada por parte de su familia.

En la plaza, todavía hubo para más. Es el momento en el que se forman corrillos, la gente se expresa con libertad y opina de un caso con mucha presencia televisiva y que toca demasiado cerca. Es ahí donde las acusaciones del principio se repiten de forma más enérgica. Nadie se explica que hayan pasado cinco meses y no se sepa nada de los niños. La espera continúa.

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