Tráfico

El 10,5% de los fallecidos en las carreteras de Huelva son motoristas

  • La media está por debajo de la nacional pero se eleva al 25% para los heridos con ingreso hospitalario

Intervención de efectivos sanitarios y policiales en el siniestro de una moto de gran cilindrada en la N-435.

Intervención de efectivos sanitarios y policiales en el siniestro de una moto de gran cilindrada en la N-435. / Canterla

Uno de cada diez fallecidos en accidente de circulación en Huelva era motorista. La estadística revela la vulnerabilidad de los viajeros a dos ruedas y de su alta siniestralidad, como hace unos días se comprobó en la capital con el percance en el que falleció un repartidor de comida rápida en la avenida Cristóbal Colón. Sólo cabe en el caso onubense el triste consuelo de una incidencia menor a la del resto del país, en cuyos números generales se duplica la cifra.

De la Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Seguridad Vial (Formaster) parte el último estudio sobre accidentalidad en las carreteras de España en relación a motocicletas y ciclomotores, del que se extrae ese dato concluyente: el 10,5% de los fallecidos en carreteras onubenses circulaban en moto. Y también otro quizá más preocupante por su dimensión mayor: una cuarta parte de los conductores de moto accidentados en la provincia de Huelva (25%) necesitaron de su hospitalización tras el siniestro.

Pese a la contundencia de los datos, la comparativa con la media nacional deja un ligero respiro, ya que son un 21,9% los motoristas fallecidos en el resto del país, once puntos y medio más.

El aumento de la siniestralidad en los últimos tres años ha puesto el foco en las motocicletas en España. Mientras los accidentes con víctimas en las carreteras se han elevado un 15%, los que implican muertes en moto se elevan hasta el 57%. Esta diferencia se refleja en paralelo en el número de fallecidos, que se incrementa un 8% en el cómputo general, y hasta un 12% en el específico de motocicletas y ciclomotores.

Formaster cita los últimos datos recopilados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en 2016, cuando hubo 397 fallecidos en accidente de tráfico, el 22% de todas las víctimas mortales en las carreteras españolas.

La misma estadística se refiere a los heridos graves con hospitalización necesaria, de los que el 34%, más de 3.200 en términos absolutos, fueron motoristas. De otro lado, once de cada cien accidentes con motoristas involucrados registraron heridos graves con ingreso en centros hospitalarios.

Un año antes, en 2015, los datos de Tráfico sobre fallecidos en moto llegaban al 25%, aunque con menor número absoluto: 329 fallecidos y 2.599 heridos graves.

Tipos de siniestros

El accidente más común con participación de motocicletas o ciclomotores en España, detalla la referida estadística, es la salida de vía o caída, con un 38% del total de siniestros, seguido por la colisión fronto-lateral, con el 29%, y colisión por alcance, el 11%.

Desde la asociación Formaster se pone el foco en las infracciones cometidas por los motociclistas, por el alto riesgo de provocar accidentes de gravedad. La infracción más común en carretera, según los datos manejados, es una velocidad inadecuada (23%), seguida por las distracciones (19%) y por el incumplimiento de la prioridad en las intersecciones (17%).

Estos números reflejan, para Formaster, la falta de formación específica de los conductores de motos que se acreditan con el carné del tipo B (al que se tiene acceso sólo con tres años de experiencia como conductor de turismo). Es el caso del 29% de los motociclistas implicados en siniestros con víctimas en España, que sube hasta el 40% para conductores de entre 25 y 34 años.

Los motoristas con licencia específica de motocicleta (carné A2) registran una siniestralidad mucho más baja, el 9% del total de accidentes, y también en el rango de edad de 25 a 34 años, que se queda sólo en el 6%. Un indicativo de que es necesario profundizar en la formación específica en motos.

La asociación Formaster considera que para poder conducir una motocicleta de cualquier cilindrada debería ser obligatorio tener el permiso de circulación de motos y haber pasado por una formación específica, ya que el permiso B no ofrece el conocimiento práctico de cómo hay que conducir un vehículo de dos ruedas.

Esta formación principalmente práctica que se demanda proporcionaría, aseguran, más seguridad en los trayectos a los motoristas, que conocerían mejor los riesgos que conllevan las motocicletas y asumirían mejor las consecuencias de la velocidad y de un accidente en motocicleta.

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