Ganadería

Las expectativas no se cumplieron

  • El censo de ganado ovino, caprino y porcino ha descendido en tres décadas más de la mitad mientras que el bovino se ha mantenido.

El presidente de la cooperativa Ovipor, Agustín González, realiza un repaso de los últimos treinta años del sector de la ganadería en la provincia onubense coincidiendo con el 30 aniversario de la creación del diario Huelva Información.

En el año 83, antes de que España entrara en la Comunidad Económica Europea, el ovino y el caprino eran dos sectores ganaderos bastante relevantes en Huelva. El porcino contaba entonces con un problema que arrastraba desde hacía tiempo: la peste porcina africana.

Según González, una vez que nuestro país ingresó en la alianza europea, las expectativas para el ovino y el caprino "eran buenas; no en vano, éramos los segundos productores de la CEE". Un panorama distinto presentaba el sector del bovino, con pocas perspectivas de futuro. Mientras, el porcino seguía pendiente de la peste, pero una vez erradicada ésta, allá por el año 85/86, la asignatura pendiente del sector pasó a ser la venta de los productos al resto de Europa.

González explica que, en la actualidad, tanto en el ovino como el caprino, las esperanzas iniciales se han tornado en un rotundo fracaso y, por contra, el bovino, el peor posicionado ("éramos los menos competitivos de la comunidad"), es el sector con más estabilidad en estos momentos. Tampoco se han cumplido las expectativas que se crearon con el porcino ibérico. "Entendíamos que seríamos capaces de exportar al resto de los países de la UE entre el 50 y el 60% de la producción y 25 años después solamente somos capaces de vender fuera de nuestro país entre el 5 y el 10%, con lo cual, nuestro gozo en un pozo", asegura. El ibérico era el proyecto estrella de la ganadería onubense y no solo no se han cumplido las expectativas, sino que en los últimos 5 años se ha producido un desplome del sector.

El análisis por sectores que hace el presidente de Ovipor indica que en el último quinquenio el censo del ovino ha descendido un 40% y el caprino se encuentra en declive igualmente. Lo mismo ocurre con el porcino, también con un descenso en la producción de entre el 40 y 50% producción. El bovino se mantiene estable.

Varias son las causas de esta situación, que González detalla. El sector del ovino entendía que podría cubrir el hueco de la baja producción de Europa, pero la realidad no ha sido así. Los precios de aquella época eran muy buenos, pero la falta de producción se ha cubierto con terceros países, como Nueva Zelanda y Australia, y no con la española. Además, el Reino Unido también entró en competencia con los productos españoles y, aunque eran de peor calidad,  eran más baratos.

Los motivos de la pérdida de producción en el porcino ibérico hay que buscarlos en parte en las costumbres de los consumidores europeos. "Cuando vienen a España consumen el producto, pero no son capaces de comprar una pieza entera además;, tampoco están dispuestos a pagar el precio que vale  por mucha calidad que tenga", sostiene González

Para colmo, la superproducción de principios de 2000 -en concreto, de 2003-2009- ha provocado la caída del sector, con un mercado saturado con productos de cerdos criados en intensivo ( nada tienen que ver con los del ibérico puro criado en la dehesa), que son mucho más baratos, con un tiempo de cría y curación mucho menor y con unos costes de producción muy reducidos.

"Al final han triunfado los productos de peor calidad, pero sobre todo los de más bajo coste". En su opinión, esto se debe a que llevan la palabra ibérico, que es lo que confunde al consumidor, y porque las normas de calidad de 2001 han sido contraproducentes para el ibérico puro de dehesa.

"La nueva normativa, si la Administración sigue haciendo lo que hizo con las anteriores -esto es,  no controlar realmente que se cumpla-, continuará siendo igual de nociva y no repercutirá positivamente. Si la Administración se decide a controlar de verdad los etiquetados se podrá, al menos,  clarificar la situación del cerdo ibérico. La incógnita está ahí, en el control en los lineales al consumidor, los puntos de ventas de las grandes superficies y supermercados, el producto puesto a disposición de los consumidores. En el futuro lo veremos", explica González.

Existe otro problema en la ganadería extensiva en Huelva. El presidente de Ovipor sostiene que la gran disminución del censo ganadero, además de por los costes del mercado, se debe a la normativa que tienen que cumplir los ganaderos, emanada de Europa para una ganadería intensiva y aplicada en España para una ganadería extensiva con un excesivo celo por parte de la Junta de Andalucía. "Una normativa que no aporta absolutamente nada, ni a la seguridad alimentaria ni a la sanidad animal ni al bienestar animal de la ganadería extensiva, ya que ésta de por sí cumple las condiciones de bienestar animal que predica Europa. Sin embargo, aquí queremos ser más papistas que el papa,  aplicándola a rajatabla, lo que exige a los ganaderos estar permanentemente burocratizados, lo que no tiene ningún sentido para la ganadería onubense", ya que muchos de los ganaderos no tienen capacidad para llevar al día una explotación con toda la documentación que se requiere.

Este hecho está motivando el abandono de las explotaciones, lo que engrosa las listas del desempleo. Precisamente por esto, por "el aburrimiento que tiene el ganadero respecto a las exigencias de la Administración". Así, se ha perdido el 40% de censo ganadero en los últimos 5 años. En 30, más del 60% del ovino, caprino y ibérico.

Para González, el futuro del sector dependerá de la actitud de la Administración respecto al ganadero, principalmente. Detalla que hace 30 años era más positiva. Entonces existía el Servicio de Extensión Agraria, las agencias comarcales de extensión agraria, "con un personal muy concienciado que ayudaba a los ganaderos en la formación, técnicas, mejoras productivas, y en potenciar y mejorar de todo lo que era la ganadería extensiva". Este servicio desapareció y fue sustituido por las oficinas comarcales agrarias, pero la actitud de las personas de aquella época era totalmente contraria a la actual. "Ahora estas oficinas lo que hacen es controlar, inspeccionar y aplicar normativas, muchas de las cuales no tienen sentido en la ganadería extensiva. En este apartado, el cambio respecto a hace 30 años es de 180 grados". En este punto, propone que la Administración debería cambiar la normativa,  con la que "no está de acuerdo nadie,  en vez de aplicarla y sancionar si no se cumplen estrictamente".

La apuesta González es potenciar la exportación de rumiantes a los países del norte de África y a algunos europeos. Eso pasa por crear estructuras cooperativas de gran dimensión, como es el caso de EAgrup en el sector del ovino, la mayor comercializadora de Europa de cordero, que agrupa a 3.000 ganaderos y más de un millón de ovejas, y que también comercializa lana merina de gran calidad.

Hace 30 años se comenzó a trabajar en la unión de pequeñas cooperativas del suroeste español para agrupar la comercialización y defenderse mejor ante la situación de oligopolio que tienen las grandes superficies comerciales, pero "se ha quedado estancado".

Ya se ha creado también una gran comercializadora del caprino, la de bovino está en ello y el porcino ibérico es la gran incógnita. "Será en función de que seamos serios a la hora de etiquetar nuestros productos y valorarlos de acuerdo a la realidad, no con engaños y con etiquetas de dehesa para productos de animales de producción en granjas intensivas que no han visto el sol". Ovipor está asociada a Covap, la segunda industria de Andalucía en volumen de animales y, a nivel nacional, es la segunda de ibérico puro. En la actualidad, hay cierto grado de asociacionismo y puesta en valor del producto en el mercado, pero el problema es que en los últimos años, ese producto de calidad no ha tenido el reconocimiento ni ha sido apreciado por el consumidor debido a la crisis económica y al precio. "Esperemos que en cuanto se recupere la actividad económica, el sector ganadero pueda alcanzar el nivel de rentabilidad que requiere para poder subsistir", sentencia el presidente de Ovipor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios