María Domínguez Macías. Presidenta de Feafes-Huelva

“Hay gente que mira hacia otro lado cuando se habla de enfermedad mental”

  • Es testigo de primera mano de la asistencia que Salud Mental da en Huelva que está en el furgón de cola de Andalucía

María Domínguez, en la sede de la asociación.

María Domínguez, en la sede de la asociación. / Rafa del Barrio (Huelva)

–¿Cómo surgió la idea de la jornada?

–La idea surgió a raíz de lo pasado en Valencia cuando dos niños fueron asesinados por sus padres. . En ese caso, la abuela se había movido preguntando qué hacer, que su hija no estaba bien. Eso me dio que pensar si la policía le había prestado la atención necesaria. Llegamos en Feafes, al acuerdo de que algo había que hacer en Huelva, máxime cuando en los medios de comunicación hay gente que confunde el uso de palabras a la hora de dar una noticia sobre salud mental. La idea fue por lo tanto, hacer un programa sobre protocolos de actuación.

–¿Habrá presencia de profesionales sanitarios?

–Me da pena que no pueda ser porque nos faltaba tiempo y una sola jornada no nos daba para traer a más gente. Próximamente se harán unas jornadas sobre protocolos de actuación por parte del SAS: qué dispositivos hay, desde que hay una urgencia hasta que se ingresa en Agudos, o la comunidad terapéutica o el hospital de día. Es necesario.

–¿Se va progresando en la normalización de la salud mental en la sociedad?

–Sigue habiendo poca información sobre salud mental y eso favorece la estigmatización. Hay que crear mucha cultura alrededor de la salud mental porque se habla mucho de otras patologías, se hacen anuncios, campañas...pero de la salud mental se sigue hablando muy poco y no bien.

–¿Falta por lo tanto información?

–Cuando aparece una noticia tan fuerte como el canibalismo en Madrid, de un hijo hacia su madre, todo eso nos hace mucho daño porque nadie da datos sobre salud mental y además es muy difícil que te los proporcionen. Sé por ejemplo, que en 2017 hubo en España 3.600 personas que murieron por autolisis (suicidio) que son muchas más que por violencia de género o tráfico y todo eso tiene que ver mucho con la salud mental. Debería haber protocolos de cómo dar las noticias pues tal como la dé el periodista, el enfermo mental y la familia pueden sentirse agredidos. Todo eso hay que irlo trabajando.

–¿Y cómo está la situación en Huelva?

–El protocolo es el silencio. En Huelva en lo que va de año, ha habido 14 suicidios y no hay noticia de eso. No sé si los protocolos de silencio son buenos o malos porque al final lo que hacen es que el estigma vaya aumentando. Antes se hablaba con miedo del síndrome de Down o del cáncer y cada día se habla de ello con más naturalidad. Es cierto que se dice que por ejemplo, cuando se habla mucho de violencia de género se producen más casos y yo creo que no.

Si una persona es mala y agresiva le dará igual. La gente tiene mucho desconocimiento y habla por ejemplo, de un psicópata pero un psicópata no es un enfermo mental. La gente confunde un trastorno psicótico con ser psicópata. Todo eso hace que las familias que tienen un familiar enfermo lo oculten con lo que evitan que pueda recuperarse.

–¿Ha mejorado la red asistencial en Huelva?

–Es un progreso muy lento. Desde que se abrió el hospital de día la cosa ha mejorado, aunque le faltan recursos. La Salud Mental en Andalucía sí ha progresado en algunos sitios pero aquí la ratio de profesionales y recursos es la más baja. Los profesionales aquí son muy buenos, pero hay grandes listas de espera y ellos se quejan de eso.

–¿Por qué esas diferencias?

–No es que no se quiera contratar a más psiquiatras, lo que pasa es que no quieren venir y no sé por qué. Estamos luchando por implantar el tratamiento asertivo comunitario en los centros de salud y eso sería fabuloso.

–¿Qué tal con los nuevos responsables de Salud?

–Tuvimos dos reuniones con la delegada Manuela Caro, pero a nivel de consejería se no está obviando. La delegada de Igualdad por su parte, se está excusando y hay pendiente un convenio porque ellos llevan Educación también. Esperamos que Igualdad y Salud reciban a nuestra federación pero hasta la fecha nada. Si a la salud mental no se le da la importancia que tiene, el futuro lo tendremos muy negro.

–Usted ha mencionado crear una cultura alrededor de la salud mental. ¿Cómo lo están haciendo?

– Hacemos mucha prevención lo que nos cuesta mucho esfuerzo. A veces vamos a los institutos para dar charlas pero en ocasiones cuesta que el orientador dé su visto bueno. También queremos ir a las asociaciones de vecinos. Además, la sede se nos ha quedado pequeña y el Ayuntamiento nos ha cedido una pero estamos ya esperando un año porque hay que realizar un trámite administrativo que aún no se ha hecho.

–Cuesta entender que haya institutos que sean reticentes a recibirles.

–Porque no hay conciencia de ello. Se creen que la enfermedad mental les pasa a otros y todo el mundo mira para otro lado. Del cáncer y de que éste mata, la gente habla pero las enfermedades mentales también matan y de ahí los 3.600 suicidios. La fibromialgia también está ligada a un problema de salud mental , el asperger tiene mucho de neurología pero también de salud metal. Hay muy poca gente que sea empática y sobre todo en Huelva que es apática.

–¿Qué valoración hace de la asistencia en Huelva?

–Sobre los profesionales la valoración es muy buena. El hospital de día está funcionando muy bien; con falta de recursos pero bien. Atienden a las familias cada quince días que es un poco lo que hacemos aquí y queremos trabajar conjuntamente con ellos. En los dispositivos de las consultas comunitarias falta personal; en Agudos tenemos pendiente un programa de acogimiento familiar que llevamos dos años para firmar el convenio pero nos ha cogido la transición de Gobierno y no sabemos.

–Salud Mental no es una especialidad demasiado cara.

–Lo que necesitamos son recursos humanos:psicólogos, trabajadores sociales... No necesitamos aparatos sofisticados pero estamos en lo último de la sanidad. Al gerente nuevo del Juan Ramón Jiménez le he pedido cita y no nos ha recibido y me da por irle a pedirle una de manera personal. No sé si ya habrá recibido a otras asociaciones de pacientes.

–Un tema que suele ser polémico es el de los ingresos involuntarios, ¿hay un protocolo para ello?

–Creo que tienen protocolo pero no todo el mundo lo tiene al día. Puede darse que el paciente no quiera el ingreso pero si está descompensado, hay que hacerlo si la familia está de acuerdo. Otra cosa son las contenciones.

¿Qué son las contenciones?

–Es amarrar a la persona. Hay gente que está de acuerdo y otra no. Pienso que hay casos en que hay que contener a la persona aunque no se puede hacer con todas.

–A diferencia de lo que se piensa, la agresividad en caso de aparecer es más hacia el propio paciente que hacia los demás, ¿no?

–Es más violencia contra sí mismos. A veces ellos no te dicen si han tomado la medicación y tienes que estar encima. Lo malo es cuando no se tiene conciencia de enfermedad pues hay recursos y medicación disponibles. Conozco el caso de una chica con depresión aguda que se ha sometido a la terapia electroconvulsiva y está fenomenal. Ya tiene que tomar mucha menos medicación

–¿Pero el enfermo mental puede recuperarse?

–La recuperación es posible siempre y cuando se cumplan tres puntos importantes: el reconocimiento de la enfermedad, que pasa como con cualquier otra enfermedad, contar con el profesional (psiquiatra) y hacer una vida normalizada. El paciente es recuperable pero la familia es primordial. Si un chico con 18 o 19 años tiene su primer brote y no se le trata, su situación se irá deteriorando.

Es una penas que muchos psiquiatras no hablen de nosotros pues Feafes realiza un papel muy importante pues contamos con una escuela de familia, de autoayuda, te sientas con personas como tú todas las semanas y todo eso es muy importante. Animo a los profesionales a que cuenten con Feafes porque en otras ciudades hay una gran simbiosis entre profesionales y familiares, lo que aquí no existe.

–¿Se mueven muchos pacientes en el campo de la privada?

–Hay un alto porcentaje que va a la privada por miedo al estigma, es decir, para mantener la discreción, que nadie lo sepa. Pero si el tema se tratara con naturalidad no pasaría nada. Debería ser como con otra enfermedad.

–¿Qué pasa con la reincorporación al mundo laboral?

–Hay que integrarlos en la sociedad, en lo laboral. En este ámbito pueden sufrir mucho prque hay pacientes con una gran formación que les gustaría trabajar en lo suyo. A lo mejor pueden hacer jornadas de 6 horas pero eso no lo comprenden las empresas. Ellos pueden hacer una vida normalizada, pueden trabajar también en el ámbito intelectual.

–¿Cuánto tiempo lleva en Feafes?

–Once años. He aprendido que la salud mental es un tema muy importante para la sociedad pero que sigue estigmatizado y muy mal visto. Además Huelva es muy estigmatizante. Teníamos el proyecto de Huelva tierra sin estigmas que tiene que contar con el apoyo de las administraciones y no se ha podido hacer. Sí se ha hecho en Almería. Es verdad que cuando te implicas en este mundo, conoces a muy buenos profesionales y te encuentras con muy buena gente pero cuesta mucho trabajo mezclarte con la sociedad, que te comprendan y que te den la mano.

–¿Hay alguna diferencia de género en la enfermedad mental?

–Hay más hombres. Las mujeres se suelen quedar en casa. Ahora están saliendo por los pisos de Faisem. A muchos de los hombres se les ha declarado la enfermedad por el consumo de drogas como el cannabis.

–¿Entonces a día de hoy los tratamientos son eficaces?

–Las medicaciones son muy eficaces y los tratamientos como el electroconvulsivo, que lo hace la sanidad pública, reducen en muchos casos la medicación. Me han comentado de otro caso de un enfermo qie llevaba una vida muy vegetal pero después de la electroconvulsiva se ha recuperado mucho. En Huelva ya se está dando ese tratamiento, aunque no sé si aquí es en el ámbito público o privado.

–¿Qué le pide al Gobierno que salga de las urnas este domingo?

–Pues lo que le dije a la ministra de Sanidad, que estuvo esta semana en Huelva, que fue lo siguiente: queremos un plan estratégico de Salud Mental para todo el país, al igual que se ha hecho con el alzheimer pues actualmente cada comunidad funciona de una manera y cada uno usa sus recursos. Málaga es una ciudad muy comprometida y en Sevilla ya no te digo lo que se está haciendo. Aquí tenemos lo mínimo. En Huelva los Pismas (planes andaluces sobre Salud Mental) pasan sin enterarnos y ya vamos por el tercero. Por ejemplo no contamos con el tratamiento asertivo comunitario y en esas ciudades sí.

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