carnaval colombino· Fase semifinales

Estar entre los elegidos

  • Las agrupaciones afinan para hacerse con un puesto en la final La comparsa de Valverde muestra en las tablas que es la número 1 vendiendo CD Torrente se cuela en los coches tope

Penúltima sesión de la fase de semifinales del Concurso de Agrupaciones del Carnaval Colombino. El Gran Teatro volvió a llenarse de público con la presencia destacada de vecinos de Trigueros (ocuparon todo el gallinero) y, en menor medida, de Valverde del Camino y Punta Umbría. Tres comparsas, dos murgas y un cuarteto subieron al escenario de la bombonera onubense. Antes de que comenzasen a actuar las agrupaciones, el jurado informó de la penalización con diez puntos impuesta al cuarteto III Guerra Mundial por sobrepasar el tiempo.

La primera agrupación fue la murga Las peía de la peña La Noria de la capital. Con letras de Manuel Gutiérrez Carretero y de la propia agrupación, escenificaron una boda maña. La música y la dirección correspondieron a José Manuel Avilés Maestre. Con una stripper incluida, el primer pasodoble fue un piropo a Huelva y a "un retratista que está en la Alcaldía". El segundo tuvo como punto de mira las elecciones y la aparición de Podemos.

Críticas a la labor de los políticos y al Gobierno, que consideran a los ciudadanos marionetas. Los cuplés para el rey Juan Carlos y la práctica del nudismo en la playa. En el popurrí, sus componentes desarrollaron la parodia completa de la boda con los novios, el niño que lleva los anillos, el padre del novio y los testigos. Pusieron al público en pie.

La cuarta jornada de la fase continuó con el grupo onubense Un cuarteto con empeño, cuya dirección, letra y música es de los integrantes de la agrupación. La parodia escenificaba la tienda de empeños que aparece en un programa de televisión. Uno de los cuplés fue para el incidente del coche en la sede del PP, que atribuyeron a Esperanza Aguirre.

Antes del descanso se subió a las tablas la comparsa de Trigueros La caja de las melodías, bajo la dirección de José Manuel Durón. Sus componentes representaron a unos organilleros chilenos, emigrantes en tierras españolas, dando vida a una profesión de otros tiempos y ya desaparecida.

La presentación la hicieron al compás de una guajira (cante de ida y vuelta). Llegaron desde el Nuevo Mundo para buscarse la vida y arrancar los aplausos del público, sobre todo de los triguereños, pero no por eso dejaron de ser críticos con los recortes del Gobierno. El primer pasodoble fue una crítica al independentismo de Cataluña, que pretende romper España en pedazos, una comunidad autónoma que aporta poco y recibe mucho, y que además tiene en su bandera los colores rojo y gualda.

Crítica fue también esta comparsa con los curas pederastas, aquellos que utilizan su oficio para abusar de los menores y que la Iglesia hasta hace poco ha ocultado, mientras las víctimas han sufrido el rechazo y el olvido. Cuplés para la familia de Jordi Pujol y para el conservatorio de Triguero y el empeño de un niño en ser músico.

En la reanudación, abrió el segundo pase de la función la comparsa Los números 1, de Valverde del Camino, agrupación que fue el primer premio en la modalidad en la pasada edición. Bajo la dirección de José Ángel Garrido Corralejo, su actuación tampoco defraudó y dejaron constancia de su hacer sobre el escenario. Su tipo, unos negros del top manta que venden CD. Con una presentación rítmica y suave compás carnavalesco comenzaron a vender sus coplas para llevarse el aplauso del respetable.

Un pasodoble fue para cantarle al Carnaval. El segundo, para Huelva, la que quiere un aeropuerto, la antigua y la moderna. En el popurrí, terminaron bailando por soleá y recordando figuras del flamenco, entre ellas, a Camarón de la Isla.

A continuación vino otro primer premio de la edición anterior, en esta ocasión en la modalidad de murga. Este año vamos a tope, de la peña Los Pollos, llenaron el Gran Teatro de recuerdos con sus coches tope de las ferias. La agrupación, dirigida por Manuel Tirado, logró arrancar la risa de los espectadores. Con un tipo especialmente visual, espectaculares disfraces al más puro estilo chirigotero y personajes como Torrente, el primer pasodoble fue para la provincia onubense, mientras que el segundo se lo dedicaron al amor de Manolo Correa y su esposa María Amparo. Uno de los cuplés fue para los curas pederastas. En el popurrí intentaron agradar más al respetable con toda una serie de coplas propias de la chirigota de la que hicieron gala.

Tras la murga onubense, cerró la jornada la comparsa Los flechas, con un espectacular decorado y su disfraz de guerreros, portando escudos y flechas. Pasodobles dedicados a los enfermos terminales y a la provincia, con un repaso por las advocaciones de la Virgen María en Huelva.

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