colaboración internacional

"Los edificios tenían una gran peligrosidad"

  • Los bomberos del Consorcio Provincial y del Parque de la capital que participaron en las labores de búsqueda de personas tras el terremoto de México regresan a Huelva

A petición de la Embajada de México en España, bomberos de Huelva viajaron el pasado jueves al país centroamericano para colaborar en la búsqueda de personas tras el terremoto que el pasado 19 de septiembre sacudió el sur y centro de México. Tras cinco días de intensa actividad, los efectivos regresaron ayer a Huelva.

Conformó el contingente Ildefonso Canelo y Juan de Dios Rodríguez, del Consorcio Provincial contra Incendios y Salvamento de Huelva; Juan José García, del Parque de Bomberos de la capital onubense; Francisco Montes, de Écija, y Jaime Parejo, de Sevilla, grupo que se complementó con el integrado por David Cabrera, del Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Almuñécar, y Pedro y Javier Luque, del Consorcio de Bomberos de Málaga.

El contingente contó con cinco perros, de los cuales, dos los aportaron los bomberos onubenses, canes adiestrados con el método Arcón, un sistema creado por Jaime Parejo, que optimiza la eficacia en el salvamento.

En el mismo momento que pusieron los pies en Ciudad de México, capital del país, los bomberos trabajaron contra reloj para encontrar a personas sepultadas con vida. "Llegamos el jueves, a eso de las seis de la tarde, hora local", apuntó Juan José García, que explicó que en el caso de los bomberos onubenses "nos activó el Consorcio Provincial de Huelva".

En Ciudad de México les esperaban la Policía Federal y Protección Civil, y a través de ellos se movilizaron en la zona donde se creía que podría haber personas sepultadas con vida. El mismo día que llegaron, en el primer edificio demolido pasaron uno de los perros del contingente y el animal localizó a una de ellas. Se lo comunicaron a los bomberos de México y a los Topos de Chile y continuaron la búsqueda por otro punto. La labor del rescate "se la dejamos a ellos porque nosotros sólo íbamos para la localización y señalización de personas sepultadas con vida", señaló García.

El bombero onubense explicó que el problema que se encontraron en los edificios derruidos, y en ese en concreto, "era la peligrosidad que había a la hora de trabajar allí, eran edificios muy inestables" y debían actuar con mucho cuidado. Cuando el operativo mexicano llegó a contactar con la persona sepultada "habían transcurrido entre 24 y 26 horas desde que el perro le había detectado, y ya había fallecido". Era un hombre mayor, de unos 74 ó 75 años de edad.

Luego estuvieron en otras zonas, pasaron los perros por las edificaciones derruidas o semiderruidas pero ya no encontraron más personas con vida.

García indicó que se encontraron, en ciertos escenarios con edificios colapsados, "que había un poco de descoordinación, pero también es normal. En esta situación hay mucho caos y mientras se coordinan los equipos de rescate hay un poco de descoordinación, pero fue al principio y poco a poco nos fuimos coordinando para trabajar conjuntamente".

El bombero onubense comentó que "este terremoto aunque ha sido fuerte los daños no han sido generalizado, se han dado en edificios puntuales, pero todos los edificios colapsados estaban muy mal". Destacó que en uno de ellos, en la calle Álvaro Obregón, de unas seis o siete plantas de altura, "tuvieron que pasar varias veces los perros por la complejidad del colapso que tenía el edificio". Quitaban escombros y actuaban los perros. Se volvían a retirar escombros y de nuevo pasaban los canes, "para asegurarnos de que no había personas con vida". También estuvieron los perros en el edificio donde quedó sepultado el aparejador malagueño Jorge Gómez, pero los animales no detectaron nada.

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