El pasado 16 de abril, el docente denunciado por las tres familias onubenses por maltrato de menores prestó declaración ante el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Huelva, Javier Pérez Minaya. En dicho testimonio, al que ha tenido acceso en exclusiva Huelva Información, el maestro asegura que él "no le pegaba" a ningún niño ni le tiraba del pelo.

En concreto, en el caso del hijo de Antonio y Rocío (los padres que introdujeron la micrograbadora en la clase), afirma que su retoño es "muy inquieto, pegaba a los demás críos, no atendía y tenía que llamarle la atención", pero que a lo más que llegaba era a reprenderlo y a cogerlo "del brazo". Hay que recordar que este alumno tiene diagnosticada hetereotopía, enfermedad que le provoca cuadros epilépticos y lo obliga a tomar una fuerte medicación "que le produce somnolencia" y falta de atención, algo que su tutor conocía.

Una vez que supo que se había registrado el audio de las primeras semanas del presente curso escolar, reconoció ante la autoridad judicial que "es verdad que utilicé palabras inadecuadas y pido perdón por ello al colegio". No obstante, señala a los niños como responsables de su conducta: "Fue en un contexto de un grupo de clase y con un grupito de críos con comportamiento inadecuado".

Entiende este profesional que "quizá peco de exceso de celo, porque quiero a los críos como si fuesen los propios", y agrega que "intento sacar de ellos lo mejor que tengan, sin dejar ninguno atrás".

El maestro afirmó a las partes en sede judicial que "lo único que he querido ha sido enseñar a los niños". Con todo, admitió que "ciertas palabras fueron inadecuadas" y que ya fue expedientado por la Junta de Andalucía "por este tema de las palabras malsonantes" por vía administrativa, que ya no ostenta la tutoría sino que ejerce de apoyo y que en ese momento "estoy de baja por este tema".