Huelva

La denuncias activas en Huelva por desaparición caen un 33% en un año

  • Con 86 casos en 2019, es la segunda provincia que menos asuntos registra en Andalucía

  • El 58% de las delaciones se refiere a menores, la mayoría Menas del centro de Corteconcepción

La Guardia Civil y un grupo de voluntarios organizan una batida de búsqueda para tratar de localizar a Jorge Alamillo en Candón.

La Guardia Civil y un grupo de voluntarios organizan una batida de búsqueda para tratar de localizar a Jorge Alamillo en Candón. / Javier Monterroso (Beas)

El año pasado se cerró en Huelva con un total de 86 denuncias activas de desaparición. Así consta en el Informe Personas Desaparecidas 2020, publicado por el Ministerio del Interior, analizado por Huelva Información y que incluye datos de los que se desprende que las delaciones de la provincia apenas representan el 3,8% de las activas en Andalucía en 2019.

La cifra puede parecer anecdótica, teniendo en cuenta que Huelva es la segunda provincia con menos denuncias de la región, superada solo por las 45 de Jaén. Pero deja de serlo si se pone en contexto con el resto de España. Porque solo Andalucía, con sus 2.234 denuncias activas, atesora el 40,4% de las existentes en todo el país.

De hecho, Huelva cuenta con solo un caso menos que toda Castilla La Mancha, donde se registraron 87, y acumula más denuncias de desaparición que regiones como Navarra (con 53), País Vasco (40) o la vasta Extremadura, donde solo se inventariaron 29.

Las denuncias onubenses cayeron en 2019 un 33,3% con respecto a 2018, cuando fueron 129. La situación es coyuntural porque, como apunta a este diario el subteniente de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Huelva Moisés Sanz, “cada caso es diferente a todos los demás”.

Casos activos hoy

Lorenzo Sousa, el hombre desaparecido en La Dehesa de Riotinto desde septiembre de 2019. Lorenzo Sousa, el hombre desaparecido en La Dehesa de Riotinto desde septiembre de 2019.

Lorenzo Sousa, el hombre desaparecido en La Dehesa de Riotinto desde septiembre de 2019. / M.G. (Riotinto)

A día de hoy, en la página del Centro Nacional de Desaparecidos solo constan 21 casos onubenses activos: 19 menores (todos extranjeros no acompañados (Menas) del Centro de Inserción Sociolaboral de Corteconcepción) y dos adultos.

Se trata del valverdeño del que nada se sabe desde el 24 de mayo, Jorge Alamillo, sobre el que se mantiene la búsqueda en todos los municipios aledaños a la aldea beasina de Candón, a donde salió a pasear hace ya tres semanas.

La otra persona adulta de la que se desconoce el paradero es Lorenzo Sousa, el hombre de 65 años al que se le perdió la pista el 3 de septiembre de 2019 en La Dehesa de Riotinto.

Protocolo de actuación

Corresponde a la Guardia Civil en el ámbito provincial y a la Policía Nacional en el capitalino hacerse cargo de estos asuntos. El primer paso es recoger la denuncia de la familia, “tratar de que detalle sus datos físicos y que aporte una fotografía”. Para poder distribuirlos, se utiliza un modelo de autorización que evita infringir la protección de datos.

El experto especifica que en el caso de la Guardia Civil “se da cuenta al jefe de la compañía territorial, que es el primer mando que valora el caso”. Puede ser clasificado como de riesgo limitado o de alto riesgo, donde se encuadran las desapariciones “forzosas, las de menores o las de enfermos” con algún problema mental.

En este supuesto se suele actuar cuanto antes, activando un “protocolo automático” que distribuye una alerta por todo el territorio europeo. En los asuntos valorados como riesgo limitado, la búsqueda se puede activar a las 48 horas de la interposición de denuncia.

Imágenes de Jorge Alamillo. Imágenes de Jorge Alamillo.

Imágenes de Jorge Alamillo. / J. M. (Huelva)

Desaparición inquietante

Este calificativo, el de inquietante, se otorga a una desaparición “cuando se sospecha que la víctima puede ser objeto de un delito, como un secuestro, un asesinato o una extorsión”, explica el mando.

La prensa y los voluntarios

El experto de la Policía Judicial de la Benemérita onubense destaca que “los voluntarios son fundamentales en la búsqueda de desaparecidos”, sobre todo cuando hay que peinar amplias zonas de terreno.

El jefe de la compañía del área de la desaparición establece “el escalón de mando y el escalón logístico”, donde se fija el personal necesario para tratar de hallar a la víctima y los medios materiales que se precisan para hacerla lo más efectiva posible.

Moisés Sanz señala que los grupos de voluntarios suelen ir acompañados de algún miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de modo que “el agente pueda levantar acta si se encuentra algún vestigio, o tomar muestras sin que se rompa la cadena de custodia”.

El papel de la prensa también es relevante en los asuntos de desapariciones. Más allá de que se pueda revelar algún dato que pueda obstaculizar la investigación o de la “presión mediática, es útil porque te encuentras muchas veces a gente que se cierra en un caso menos conocido, pero cuando ha salido en los medios los posibles testigos son más colaboradores”.

Búsqueda de Lorenzo Sousa en Minas de Riotinto. Búsqueda de Lorenzo Sousa en Minas de Riotinto.

Búsqueda de Lorenzo Sousa en Minas de Riotinto. / Javier Monterroso (Riotinto)

Policía Judicial

La Policía Judicial de la Guardia Civil se hace cargo de la parte “más técnica” de las pesquisas. A priori, no se descarta ninguna línea de investigación. De hecho, aprecia el subteniente que se dan casos que “en principio parecen una desaparición voluntaria o que alguien se ha perdido paseando y que luego pasan a ser inquietantes, o al revés”.

Este equipo de expertos, que trabaja mano a mano con la autoridad judicial, se encarga de realizar los pertinentes “señalamientos”, con los que se trata de localizar, por ejemplo, el coche del desaparecido, “pedimos las imágenes de las cámaras de seguridad, investigamos el posicionamiento del móvil, etcétera”.

A los 15 días “se hace una toma de ADN a los familiares” de la persona de la que se desconoce el paradero, se introduce en el programa Fénix y “se coteja por si hubieran aparecido restos óseos”. En este sentido, se trabaja también con bases de datos como la del sistema de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin identificar (PDyRH), porque puede ocurrir “que encontremos unos restos y tengamos que investigar si coinciden con el ADN de la víctima”.

Menores

Más de la mitad de las denuncias activas en 2019 en Huelva tienen que ver con menores de edad. Según el informe de Interior, 50 corresponden a niños (el 58,1%). La proporción, sin embargo, es mucho más baja que en el global andaluz, donde llegan a significar el 77,4% del total.

En este sentido, hay que tener en cuenta que buena parte de estos pequeños son menores extranjeros no acompañados (Menas). Porque como ya avanzó Huelva Información el pasado diciembre, solo entre mayo y octubre de 2019 se habían esfumado 27 de ellos del Centro de Inserción Sociolaboral de Corteconcepción, tal y como se publicaba en la web del Centro Nacional de Desaparecidos.

El subteniente manifiesta que “se les busca igual que a cualquier niño español”. En este caso, su tutela corresponde al director del centro, que es quien presenta la denuncia. Estos críos “suelen estar aquí de paso y tratan de reunirse con sus familiares o amigos”.

En este sentido, el Informe Personas Desaparecidas 2020 reseña que los Menas “entran irregularmente en la UE a través de países como España, Italia o Grecia” y que “tienden a desplazarse voluntariamente, en un corto periodo de tiempo, a otros países como Alemania o Suecia, donde frecuentemente les esperan familiares”.

Huelva presenta más casos activos en 2019 que toda Extremadura, Cantabria o Navarra

Interior subraya que estas desapariciones suponen “un problema diferenciado por su especial casuística, su enorme número y por el hecho de que estos menores se ponen fuera de la capacidad de acción de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad”.

El Centro Nacional de Desaparecidos los mantiene en su inventario en estado “cesado-latente, de manera que pueden ser consultados sus datos por las fuerzas y cuerpos de seguridad y se siguen realizando los cruces de información con los datos de cadáveres y restos humanos localizados”.

Aunque no ha ocurrido en Huelva, Moisés Sanz indica que “no podemos olvidarnos de ellos porque se han detectado casos en los que son víctimas de redes de trata de seres humanos o que los usan para delinquir, porque a esa edades un niño es fácilmente manipulable”.

Respecto a la sustracción de menores, “muchas veces son consecuencia de la separación de los padres”, detalla Sanz. Así que la Guardia Civil en este caso revisa posibles sentencias de Familia, el régimen de visitas o la patria potestad. “La cosa se complica con los casos internacionales: si es en Europa, el juez emite una orden europea, pero con terceros países hay que recurrir a convenios bilaterales, y cada país es un mundo”.

El "efecto tubo"

Los investigadores de casos tan dramáticos como estos pueden verse emocionalmente afectados. En el caso del subteniente Sanz, “yo le llamo el efecto tubo, porque te metes en el caso y cuando lo resuelves, te viene un bajón de adrenalina que te puede afectar”.

Para hacer frente a este impacto, los agentes cuentan “con los psicólogos del Servicio Médico de la Comandancia y con un teléfono al que podemos llamar y que funciona las 24 horas” del día.

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