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La semana ¿decisiva?Vuelve el drama de la inmigraciónLa basura invade las calles

DIEZ DÍAS. Nadie ha impuesto ese plazo, ha sido el propio Ministerio de Medio Ambiente el que ha marcado en el próximo viernes la fecha decisiva para el futuro de la factoría de Fertiberia en la avenida Francisco Montenegro y por ende el de sus 350 trabajadores directos. En ese periodo el Ministerio quiere lograr lo que no ha alcanzado en años: un acuerdo definitivo entre la empresa, la administración, la organización ecologista WWF y los sindicatos, como representantes de los que serán los principales afectados de aquello que se decida.

Las negociaciones en torno al final de los vertidos de fosfoyeso a la marisma comenzaron hace ya varios años. En 2003 el Ministerio dictaminaba la caducidad de la concesión otorgada a Fertiberia para poder depositar los fosfoyesos en la marisma y desde entonces, incluso con un proceso judicial abierto por la empresa, ha habido conversaciones entre la administración y ésta para determinar cuál sería la fórmula y plazos para acabar con los vertidos.

Desde entonces, varias han sido las ocasiones en las que ha estado a punto de alcanzarse un acuerdo. La Junta de Andalucía ha actuado de mediadora en las negociaciones y en más de una ocasión se ha expresado una certeza en cuanto a la cercanía de la decisión. Pero cuando todo parecía a punto de cerrarse, un nuevo giro al asunto situaba la negociación en la zona cero. El último acercamiento se producía el pasado mes de agosto, cuando hubo una reunión entre representantes de la empresa y el Gobierno en la que parecía haberse alcanzado el acuerdo definitivo, pero el rechazo del Tribunal Supremo a la suspensión cautelar de la sentencia de la Audiencia Nacional que declaraba la caducidad de la concesión, y la posterior presión de WWF, provocaban un nuevo escrito de la Dirección General para la Sostenibilidad de la Costa que ponía en entredicho el consenso alcanzado.

De ahí que la última reunión de Madrid fuese vista inicialmente con escepticismo por parte de los empresarios, que no se creerán el acuerdo hasta que no lo vean rubricado. Sin embargo, en esta ocasión hay un factor diferencial: la reunión mantenida por representantes del Gobierno central y la Junta de Andalucía se ha hecho pública y también sus resultados. Ahí radican las esperanzas de la empresa y los sindicatos en que en esta ocasión el acuerdo sea real y definitivo, a pesar del corto plazo que se ha dado el Ministerio.

En el otro lado, WWF ya ha enviado un escrito a Medio Ambiente advirtiendo que hay dos sentencias y un requerimiento que cumplir, dando en el clavo de la que es la principal preocupación del Gobierno: alcanzar un acuerdo que no tenga ningún resquicio legal y que le permita presentarlo a la Audiencia Nacional como ejecución de la sentencia dictada. Pero en estos últimos días la Fiscalía de Huelva ha allanado el camino legal al Ministerio: considera que la continuación de los vertidos de fosfoyeso a la marisma es ajustada a derecho porque este requerimiento no es un mandato concreto, expreso y terminante. Y además echa otro capote al considerar que la sentencia de la Audiencia Nacional no es firme por estar recurrida ante el Tribunal Supremo. Otra cuestión sería la primera sentencia que sí que está confirmada por el Supremo.

Todo esto tendrá que barajar el Ministerio en los próximos seis días para lograr cumplir el compromiso que se ha marcado a sí mismo públicamente y determinar si la próxima semana es o no la definitiva para Fertiberia.

Ya han sido muchos los que han lanzado la voz de alarma, desde Cáritas a asociaciones de inmigrantes. Esta semana era el SOC el que alertaba sobre los asentamientos de inmigrantes existentes en la provincia, un problema casi invisible a unos kilómetros de los principales municipios de Huelva.

Llevaba varios días sin ser recogida, pero el miércoles la basura depositada en los contenedores de reciclaje los sobrepasaba y llenaba las calles. El Ayuntamiento alegó problemas con la empresa de limpieza, Cespa, con la que mantiene un largo conflicto por una deuda millonaria desde hace años.

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