Pandemia

El coronavirus cierra las fronteras entre Huelva y Portugal tras 25 años del acuerdo Schengen

  • Ayer se restablecieron los controles policiales a uno y otro lado de la frontera después de un cuarto de siglo

Agentes de la Policía controla los vehículo en la frontera del puente internacional del Guadiana.

Agentes de la Policía controla los vehículo en la frontera del puente internacional del Guadiana. / J. Landero (Ayamonte)

El paso fronterizo entre España y Portugal por Ayamonte, como los restantes nueve puestos que se han mantenido abiertos en toda la línea fronteriza que separa ambos países, regresaron ayer a momentos que no se veían desde un cuarto de siglo, cuando entró en vigor la libertad de movimiento de mercancías y ciudadanos comunitarios por la Europa sin fronteras, lo cual fue posible a partir del acuerdo Schengen, del que precisamente el próximo jueves, 26 de marzo, se cumplen 25 años.

Desde entonces, el constante e intenso trasiego de vehículos que se registra hacia uno y otro lado de la frontera, sobre todo desde la apertura del puente internacional del Guadiana, no se había visto nunca interrumpido hasta las doce de la noche de ayer martes, cuando entró en vigor la medida anunciada a primera hora de la tarde anterior por el ministro del Interior del Gobierno de España, Fernando Grande-Marlaska, centrada en el restablecimiento de los controles de los puestos fronterizos terrestres en todo el territorio nacional mientras dure el estado de alarma decretado para hacer frente a la actual pandemia del coronavirus, y por tanto con el objeto de "proteger la salud y la seguridad de los ciudadanos y contener la expansión del Covid-19".

De esta forma ayer se restablecieron después de un cuarto de siglo los controles policiales a uno y otro lado de la frontera, quedando ésta abierta solo a personas que tengan motivos laborales o de imperativa necesidad o los destinados al transporte de mercancías.

El cierre decretado por ambos gobiernos fue ayer asimilado con normalidad y resignación por los numerosos conductores que a diario usan este punto fronterizo entre Ayamonte y el municipio luso de Castro Marim para pasar de uno a otro país. Además de los dos casos anteriormente citados solo pudieron cruzar a España los españoles, y a Portugal los ciudadanos de dicho país.

La Policía Nacional controla los pasos de Paymogo, Rosal de la Frontera y Encinasola

El control luso se instaló en el puesto fronterizo que habitualmente comparten las autoridades de fronteras de ambos países, mientras que el español se estableció en la última salida hacia Ayamonte de la autovía A-49 en dirección hacia Portugal, aunque a media mañana fue trasladado al puesto fronterizo donde estaba el control del país vecino. Las personas que no cumplían ninguno de los requisitos antes citados eran obligadas a dar la vuelta con sus vehículos en estos dos puntos, según viniesen de España o de Portugal.

Las primeras horas de cierre fueron por tanto tranquilas y el tráfico rodado se vio reducido considerablemente en el paso fronterizo, aunque en los primeros momentos de la mañana se formaron largas retenciones en la A-49 con motivo de los controles, los cuales fueron desapareciendo con el paso de las horas.

Los agentes de la Policía Nacional encargados de los controles trabajaron durante todo el día provistos de mascarillas y guantes por motivos de seguridad, ya que pedían a los conductores sus documentos acreditativos o justificantes de cualquiera de los requisitos exigidos para poder cruzar la frontera.

Los mayores problemas se dieron con los numerosos extranjeros, especialmente de distintos países del norte de Europa como Holanda o Alemania, que viajan en autocaravana, los cuales prácticamente todos se vieron obligados a darse la vuelta al no poder acceder a España, y viceversa.

Un agente se dirige al conductor de un camión en la frontera con Portugal. Un agente se dirige al conductor de un camión en la frontera con Portugal.

Un agente se dirige al conductor de un camión en la frontera con Portugal. / J. Landero (Ayamonte)

Al margen de eso, tranquilidad, lo mismo que en el resto de puestos fronterizos que existen en la provincia de Huelva: Paymogo, Rosal de la Frontera y Encinasola, donde los controles están siendo llevados a cabo por la Policía Nacional mientras que en la carretera que une El Granado con Pomarao esta tarea está correspondiendo a la Guardia Civil.

También en estos puestos fronterizos menos concurridos la medida se está adoptando de manera tranquila, sin incidentes, y con resignación por parte de una ciudadanía que tendrá que acostumbrarse a esta nueva situación que se prolongará durante las próximas semanas.

Y es que por el momento, estos controles se mantendrán un mes. Treinta días en los que las fronteras permanecerán cerradas y controladas, y durante los cuales los vecinos de La Raya, como se conoce la frontera que separa a estos dos países estarán tan cerca y tan lejos como hace más de dos décadas.

Por su parte los alcaldes de los municipios onubenses que hacen frontera con Portugal destacaron ayer la "normalidad" en el primer día de control fronterizo terrestre decretado frente a la pandemia del coronavirus.

La alcaldesa de Ayamonte, Natalia Santos, destacó que durante esta jornada se están produciendo algunas aglomeraciones "puntuales" en el puente internacional sobre el Guadiana, debido a los controles que se están realizando a los ciudadanos "lo que está ralentizando la circulación".

La Policía controla los pasos de Paymogo, Rosal de la Frontera y Encinasolal

A pesar de ello, destacó que la situación "está siendo controlada, tanto por los cuerpos de seguridad españoles (Guardia Civil y Policía Nacional), como por la Guardia Nacional Republicana (GNR) y la Policía de Seguridad Pública de Portugal que han reforzado su presencia en la zona".

La alcaldesa indicó que también se ha interrumpido, por orden del Gobierno portugués, el servicio de transbordador (Ferry) entre Ayamonte y Vila Real de Santo Antonio y realizó un llamamiento a la "calma de la ciudadanía", a la par que ha aseveró que el Ayuntamiento trabajará para que las consecuencias socioeconómicas de estas medidas "sean las menores posibles".

Santos insistió en que "se trata de una iniciativa necesaria de carácter temporal" que corresponde a "una situación extraordinaria" como es el estado de alarma decretado por el Gobierno central.

El resto de alcaldes fronterizos reseñaron "la importancia" de permanecer en el domicilio, "entendiendo que es un por un bien mayor", a pesar de la afección económica que esta restricción de paso pueda suponer a sus localidades, como destacó Antonio Carlos Vázquez, primer edil de Rosal de la Frontera, quien indicó que "la situación está normalizada" y a los trabajadores transfronterizos "les están pidiendo certificados de empresa para corroborar que están trabajando en estos países". Vázquez también indicó que el tráfico de camiones y mercancías se está produciendo "sin ningún problema" y "solo se está restringiendo el paso al turismo".

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