Relato de la madre de un menor transexual

“Tenía una niña muy triste y ahora tengo un hijo súper feliz”

  • Noelia relata el proceso vivido tras conocer que su hijo menor de edad es transexual

  • Pide mayor sensibilidad a la Administración

Noelia relata el proceso de cambio de su hijo Alex.

Noelia relata el proceso de cambio de su hijo Alex. / Alberto Domínguez

Tiene claro lo que quiere y habla con la seguridad que le da contar su historia en primera persona. En una conversación que dura cerca de hora y media, se emociona en más de una ocasión al recordar la “impotencia” y “rabia” que ha sentido al ver el trato discriminatorio hacia su hijo por “el simple hecho de ser diferente”.

Nunca hubiera pensado que iba a vivir lo que ha pasado en el último año, pero da gracias por ello, porque ha conseguido tener un hijo “súper feliz”, con el que “todo es más fácil” a pesar de que está en plena adolescencia.

La madre del menor durante su charla. La madre del menor durante su charla.

La madre del menor durante su charla. / Alberto Domínguez

“Soy madre de un menor trans y quiero contar qué es un proceso de duelo”. Así comienza el vídeo que Noelia subió a red hace menos de dos semanas para compartir su experiencia y con ella poder “normalizar en la medida de lo posible” la realidad de su hijo. Se le rompe la voz cada vez que lo explica, porque produce sentimientos contradictorios. Y ahí está el quid de la cuestión.

Hace casi un año que le cambió la vida. Había padecido los efectos del bullying a su hija de 13 años. “Lo pasó muy mal, la maltrataron y ella normalizó la situación”. Fueron meses difíciles hasta que cambió de centro escolar. “Allí empezó una nueva forma de vivir”, “comenzó a ser ella”. Y la vida dio un giro de 180 grados.

Noelia recuerda perfectamente el día, el momento, la situación. Sabía que algo pasaba y se fue a comer con su hija. Le insistió para que se lo contase y fue entonces cuando la pequeña comenzó a llorar y le dijo una frase que se le “tatuó” : “Te juro que rezo todos los días por ser hetero y femenina, pero no me sale, mamá. Yo no quiero defraudar a nadie”. En ese momento del relato, a Noelia se le quiebra la voz de nuevo. Es el punto de inflexión en su vida familiar, en su relación con los amigos, con el entorno, con los vecinos y con sus padres y resto de parientes cercanos.

“Fue una conversación súper bonita –describe Noelia–. Le dije que debía hablar con su padre. Le pregunté cómo quería que le llamáramos, porque era ella la que iba a marcar los tiempos”. Entonces tenía 14 años y optó por seguir siendo Isa. “Como es lógico, la historia cuando llega te viene grande, como a cualquier padre. No sabes muy bien lo que es, si realmente se siente así o si es por una moda de no ser normal...”.

Noelia empezó a buscar información sobre la transexualidad, a hablar con gente y fue cuando se enteró de la organización de un encuentro de familias de menores transexuales en Sevilla. “Ahí me di cuenta de que no era un capricho, de que Isa se sentía así... Ves a los niños y lo tienes claro... Son tan naturales, tan abiertos...”.

Su visión sobre la transexualildad cambió. “No fue fácil” y de hecho a su marido le provocó casi una depresión, pero “es normal por el absoluto desconocimiento que hay en la sociedad”. A partir de entonces, comenzó a informarse y a dar pasos para poder modificar la documentación de Isa, que decidió el cambio de su nombre el día de cumplía 15 años, el 2 de mayo del año pasado. A partir de entonces fue Alex.

Desde entonces, Noelia ha interiorizado que su hijo “es otra persona”. Por eso echa “tanto de menos” a Isa y pasa por ese “duelo” que intentó explicar en los cuatro minutos que dura el vídeo que colgó el 2 de enero en la red.

El cambio

“Tenía una niña triste, toda mi vida, y como madre, eso te marca mucho porque no sabes qué hacer. La trataron mal –insiste– y ella lo normalizó...” Sin embargo, “ahora tengo un niño súper feliz, extrovertido; Alex se vuelve súper abierto y era muy introvertido. Es muy agradable y mi hija era muy desagradable, creo que por un mecanismo de defensa. Es cariñosísimo, que no lo era antes”. Al describir a su hijo se le enciende la mirada y da “gracias a Dios” por el hijo que tiene, pero no puede evitar echar de menos a Isa, “no porque sea mejor ni peor, sino porque la he perdido para siempre”. Y ahí está su duelo.

Noelia ha querido compartir a través de Huelva Información su experiencia porque cree que “es necesario que en la sociedad aprendamos a convivir” y sobre todo porque quiere evitar el “calvario” por el que ha tenido que pasar para tramitar la documentación nueva de su hijo “por el simple hecho de que estamos acostumbrados a algo diferente”.

Hace un llamamiento a las administraciones para que formen a sus trabajadores y “no hagan pasar a niños lo que yo he tenido que soportar”. Y es que Noelia se ha “hartado de llorar”. Ha sido “correcta”; se ha “esforzado” en ello, pero ha terminado “harta”, “impotente”, porque en un trámite “que tendría que haber tardado tres días” ha tenido que “esperar meses” y eso “ha provocado que Alex no haya querido ir a Urgencias a pesar de tener un dolor insoportable, por el simple hecho de no tener que dar explicaciones. Son niños –se lamenta– y la ineficacia y falta de escrúpulos de muchos profesionales de la Administración con los que me he encontrado es inadmisible”. Piensa que en los organismos oficiales hace falta “mucha formación”, porque “no son conscientes de la trascendencia que tiene su mala praxis”. 

Echa la vista atrás y resopla por “todo lo que ha pasado” en este ultimo año. Pero su mensaje, a pesar de todo, es positivo: “Me he encontrado más miedo que intolerancia y soy feliz. Tengo un hijo al que quiero con locura y, lo más importante, es súper feliz”.

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