La comunidad universitaria considera que hay premura en la aplicación del 3+2. Los rectores, tanto a nivel nacional como andaluz, abogan por una moratoria hasta 2017 en su entrada en vigor. Casi todas las personas y entidades consultadas coinciden en que es necesaria una evaluación de la puesta en marcha del grado, en aplicación desde el curso 2009/10 antes de cambiar el sistema. El catedrático de Derecho Penal, Miguel Ángel Núñez, se mostró partidario "de hacer un balance del grado de los cuatro años que, según mi parecer, va a ser malo y no me vale que me digan que en Europa ya hay grados de tres años". Núñez se mostró favorable a reformar los planes de estudio ya que "los alumnos están saliendo con menor nivel de los grados y eso se va notando en el de los másteres".

El profesor titular de Didáctica de las Matemáticas, Luis Carlos Contreras, considera que incluso marcar en el horizonte 2017 "es prematuro ya que no va a haber tiempo para hacer un análisis". El docente de la UHU considera que en algunos casos, los grados de tres años pueden facilitar el acceso al mercado laboral "pues permitirán tener una formación básica", si bien los másteres marcan mejor las tendencias de ese acceso al empleo. Contreras considera que el que surja competitividad entre las universidades a la hora de ofertar un mejor posgrado "puede ser bueno aunque no estoy seguro de que sea un revulsivo para ellas".

El decano de la Facultad de Ciencias de la Educación, Francisco Morales, ve que "se volverá a la antigua diplomatura en Magisterio y Educación Social". Esto implicará que si con ello, "se permite el acceso al mercado laboral pocos optarán por un máster; de hecho de cada 100 graduados de esta facultad solo 4 realizan uno". Para Morales, el sistema 3+2 tiene un matiz elitista por las fuertes diferencias en los costes.

El decano de la Facultad de Ciencias del Trabajo, Agustín Galán, confirmó esa idea de que "no se ha producido un debate sobre la aplicación de los grados". Para el decano, el punto conflictivo es el económico "pues lo que se pretende es que las familias asuman mayor gasto en la educación de sus hijos; ese es el problema y no la configuración 4+1 o 3+2". Añadió que ese mayor protagonismo de los másteres será más exigente para las universidades pequeñas porque "las grandes tienen mayor margen de actuación".

Desde la sección sindical de CCOO, Salvador Campos, considera que la propuesta del MEC se "ha hecho a espaldas de la comunidad universitaria" y lo único bueno que tiene es "que ha puesto de acuerdo contra ella a todo el mundo". Para CCOO, el 3+2 conlleva "descafeinar los grados" y llevar la especialización a los másteres. Campos sostiene que el 3+2 es un paso más en la idea del MEC de implantar el sistema de créditos universitarios a través de préstamos bancarios.

El CSIF en la UHU se mostró asimismo, en contra de todas las reformas previstas por el Ministerio de Educación. Este sindicato insiste en la necesidad de realizar una evaluación de cómo ha funcionado el sistema 4+1 y subraya el aspecto económico por "los elevados precios de los estudios de posgrado y las mayores dificultades para el acceso a becas y ayudas; todo ello dificultará el acceso a la Educación Superior al alumnado con menos poder adquisitivo y, a la postre, darán lugar a una disminución significativa del número de estudiantes universitarios".