Huelva

Cada cofrade aportará un euro a la Casa de los Milagros

  • El obispo José Vilaplana propone un testimonio común de todas las hermandades

Instalaciones de la Casa de los Milagros.

Instalaciones de la Casa de los Milagros. / josué correa

Las hermandades de la Diócesis, tanto de penitencia como de gloria o sacramentales, deberán aportar anualmente un euro por cada hermano para el sostenimiento de la Casa de los Milagros, que atiende las necesidades básicas de las personas en situación de sin hogar o en exclusión severa que atraviesan un proceso de recuperación médica y carecen de los apoyos socio-familiares necesarios para afrontarlas, según una carta pastoral de José Vilaplana que ayer hizo pública el Obispado de Huelva.

El prelado destaca la "generosidad de las hermandades y cofradías de la Diócesis de Huelva, que no ha dejado de crecer en los años de la crisis económica" y en el deseo de "crecer en el ejercicio de la comunión de bienes" propone "un testimonio diocesano" y, para ello, plantea un "gesto comunitario, con el que podáis expresar vuestra comunión con la Iglesia". El proyecto "es el de la financiación de la Casa Santa María de los Milagros", que se debe mantener con recursos propios y espera que sea recibido como "una hermosa contribución" en favor de los pobres.

La ayuda se destina a atender a personas sin hogar en proceso de convalecencia

José Vilaplana recuerda el desafío que presenta "a nuestra Iglesia diocesana la situación de las personas que pueblan los asentamientos de inmigrantes, que afecta muy especialmente a nuestra provincia", a ello se añade la situación que padecen personas abocados a procesos de convalecencia sin un espacio físico que garantice la recuperación de la salud. La respuesta a ambas realidades está en la Casa de los Milagros.

En decreto del vicario para la Celebración de la Fe, Emilio Rodríguez, se concreta que esta aportación la realizará cada hermandad según su censo de hermanos de pleno derecho, los mayores de 18 años con derecho a voto, que aporten un euro por cada uno de ellos de forma anual. Esta aportación, según indica, podrá deducirse del quince por ciento de los ingresos ordinarios que las hermandades deben destinar obligatoriamente a obras de caridad y para las necesidades de la Iglesia universal y diocesana, según marca las normas diocesanas. Un pago que se realizará anualmente en el mes de enero de cada año. Se materializa así la indicación que se hace en el Plan Diocesano de Evangelización en el que se exhorta a las hermandades a realizar un testimonio conjunto dentro de su obra social.

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