Huelva

El fin de una pesadilla

  • Los tratamientos aplicados a los pacientes de hepatitis C han mostrado su enorme eficacia

  • Unos 200 enfermos onubenses reciben la nueva medicación

Pacientes onubenses en una concentración de febrero de 2015, en Sevilla.

Pacientes onubenses en una concentración de febrero de 2015, en Sevilla. / h. información

El milagro fue una realidad. Se trataba de una reivindicación justa y el cuento -más bien pesadilla- ha tenido un final feliz. Los pacientes de hepatitis C de Huelva, al igual que el resto de sus compañeros del país, están en proceso de curación o ya están curados. Parece que fue hace mucho tiempo cuando estos pacientes, organizados en buen número en distintas plataformas, reivindicaron desde 2014 que su tratamiento incluyera unos medicamentos que vinieron de la mano del Sovaldi y que suponían el abandono del temido Interferón, que provocaba duros efectos secundarios.

La jefa de la Unidad de Infectología del Hospital Infanta Elena, Dolores Merino, confirmó que la situación de estos pacientes "ha experimentado un gran vuelco con el uso de esas terapias libres de Interferón". Además, uno de los argumentos que en su momento esgrimió la Administración para que estos pacientes no accedieran a los nuevos fármacos también se han desvanecido con el tiempo. Lo cierto es que medicamentos como el Sovaldi suponían un coste de unos 60.000 euros por paciente pero los precios han bajado hasta los 7.000 euros y eso sin contar que la curación supone un ahorro para la sanidad pública a medio y largo plazo. La espcialista del Infanta Elena añadió que el éxito de esos nuevos tratamientos ha sido tal que "la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha puesto como meta que la hepatitis C esté erradicada en 2020", es decir, de aquí a nada. Infectología ha estado tratando un colectivo de unos 170 pacientes a los que hay que sumar los seguidos por Digestivo. Desde el colectivo de pacientes se cuantificaba la cifra en unos 500 en sus distintas fases.

La OMS se ha propuesto la erradicación de la hepatitis C en 2020Los nuevos fármacos son suaves, algo parecido a tomar un paracetamol

Miguel Ángel González se mantiene como portavoz de la Plataforma de Afectados en Huelva. Confirmó los magníficos resultados de los nuevos tratamientos, fruto en gran medida de las movilizaciones realizadas. Explicó que los primeros pacientes en recibir los medicamentos fueron los de F3 y F4, que eran aquellos que tenían el hígado más afectado. Posteriormente se agregaron los de las fases F0 y F1en situaciones más leves. Tras los tratamientos, se realiza a los seis meses una analítica que ha de confirmar que no hay recidiva, es decir, que el organismo ya no tiene el virus.

La única asignatura que aún queda por aprobar, añadió González, es localizar "a aquellas personas que puedan ser portadoras". Ese fue uno de los objetivos marcados para el plan integral para pacientes de hepatitis C "que prometió la Junta y que no se ha realizado".

No solo los nuevos tratamientos han mostrado ser eficaces. Otra de sus ventajas ha sido su benignidad, ya que "se trata de una pastilla al día durante tres meses. Es como tomarse un paracetamol o un protector gástrico". Tan solo algunos pacientes han tenido que tener cuidado con la exposición al sol. Además, los medicamentos cubren toda la gama de genotipos o subtipos del virus.

Ya a un nivel nacional, e incdiendo en lo dicho por González, diez asociaciones de pacientes y la Aehve (Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España) se han unido para plantear al Gobierno y a las comunidades autónomas la necesidad de compatibilizar la extensión efectiva en todo el territorio nacional del tratamiento de la hepatitis C para todos los pacientes independientemente de la gravedad de la enfermedad (lo que se está haciendo en Andalucía), con el inicio de un plan de cribado que permita aflorar los casos no diagnosticados. Están de acuerdo en que es necesario comenzar una estrategia de cribado, simultáneamente con el tratamiento de todos los pacientes diagnosticados. Si esa estrategia no se aborda en paralelo a la extensión del tratamiento, España corre el riesgo de desperdiciar los resultados logrados hasta ahora, que curan la infección en tasas superiores al 95%, porque el "agotamiento del diagnóstico" llevaría al cabo de una década a que nuestro sistema sanitario se encontrase nuevamente con un repunte de casos y un incremento de la prevalencia.

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