A sus 29 años, Felipe Pedraza se ha convertido en tan sólo siete meses en uno de los principales referentes para los jóvenes cartayeros ya que a él, como técnico de juventud en el ayuntamiento de esta localidad costera, le corresponde dar la cara e informar a dicho colectivo, no sólo sobre todas aquellas actividades lúdico-formativas que se organizan especialmente para sus miembros, sino que además debe informar a éstos sobre aquellos temas que verdaderamente les preocupan como es la vivienda, el empleo o la educación.

No obstante, este joven licenciado en educación física por la Universidad de Huelva, que también cuenta en su haber con un módulo de actividades físico-deportivas, asegura sentirse muy a gusto con este trabajo porque pese a no haber pasado nunca por su mente que laboralmente le iba a corresponder esta tarea, "el fin es bonito": relacionarse directamente con el colectivo juvenil y hablarles, según sus propias palabras "de tú a tú", algo que prosigue "me hubiese tocado hacer si estuviese trabajando directamente para lo que me he formado universitariamente".

En este sentido, Felipe Pedraza también confiesa que en los últimos meses está aprendiendo mucho de los jóvenes de Cartaya puesto que su principal técnica es escucharles y atender sus demandas para poner en marcha proyectos por los que verdaderamente estén interesados y en los que realmente se impliquen "ya que los jóvenes somos de por sí un poco rebeldes y no aceptamos normalmente lo que se nos impone desde arriba". Con esta filosofía, Felipe asegura estar continuamente, junto con sus compañeros de trabajo del área de Juventud, "buscando nuevas alternativas que llamen la atención y que resulten atractivas para este colectivo".

Pero los comienzos de Felipe no han sido nada fáciles, porque según relata, se ha visto obligado a trabajar en el campo recolectando nectarinas o fresas en una finca propiedad de su padre, "porque además de echarle una mano, me ganaba un dinerillo extra para financiar mis estudios".