Crónica urbana

La caída del muro de Miss Whitney

  • Otro regreso al futuro: Con la autoirzación del Consejo de Ministros, las obras de vías y andenes de la estación del AVE arrancan en 2010 l Una revolución del paisaje urbano que eliminará el muro de Renfe

RETRATO en sepia: Al toque bronco de la sirena se formaba el revuelo en la taberna de Miss Whitney. Los hombres del Barrio Obrero apuraban su aguardiente y entraban por el portalón grande del muro a las naves de la Compañía de Riotinto. El tren, repleto de pescado, picaresca, hielo. Detrás el campo de fútbol del Titán, rival pobre del Decano. Retales de la Huelva de entresiglos.

Partimos ahora de la semblanza más decadente de la ciudad, la estética de lo roto: el muro de Renfe.

Un confín, una herencia que bien encajaría con lo que Castro Crespo llama feísmo en Huelva ilustrada. Tres mil años de paisaje urbano. Un corsé desde la Avenida de Italia hasta Miss Whitney que no sólo ha lastrado la imagen, sino que históricamente, con el trazado ferroviario, ha frenado el crecimiento natural hacia el Sur, abocando la expansión al vértice que forman las salidas a Sevilla y Gibraleón, barriadas que han ido naciendo a salto de mata por los condicionantes de la naturaleza (cabezos y marismas) y la mano del hombre (el ferrocarril minero y la industria).

Hormigón, graffities y escombros, una periferia sin oxígeno.

Desde la Asociación Santa Ana, el barrio del Matadero lleva 20 años reivindicando el desbloqueo del plan ferroviario que permitirá el derribo del muro que oprime a la zona, como reitera en todos los foros el portavoz vecinal José Luis Rebollo. Pendiente sigue de la piqueta, desde que en 1989 el entonces alcalde socialista Juan Ceada anunciara el traslado de la estación ante el adviento de la Alta Velocidad.

Un prólogo de ciencia ficción que nos trae ahora otro regreso al futuro. Brindamos por la caída del que muchos llaman "el muro de las vergüenzas": al menos tenemos el horizonte de 2010 como año de presupuesto y primeras piedras. Aunque en este ámbito nos aferramos a la fe ciega y al temor a que las guerras políticas vuelvan a malograr la cosecha, al menos, la noticia está en que por fin se mueve ficha en Madrid y el Consejo de Ministros autoriza la licitación de las obras de la estación que se construirá entre el paraje de Las Metas y Marismas del Titán, a 500 metros de la Plaza del Punto; destinando a la infraestructura una inversión de 61,2 millones de euros. Eso sí, si entramos en la intrahistoria, en principio tendremos que conformarnos con un edificio de viajeros provisional a la espera de que Santiago Calatrava culmine el proyecto estrella definitivo. Terreno no apto para escépticos.

Jornada decisiva la de este miércoles, convocado un Pleno extraordinario en el Ayuntamiento para ratificar el convenio con Adif destinado a la cesión de la parcela de la estación y con un ultimátum del PSOE al alcalde Pedro Rodríguez (PP) para realojar de forma inmediata y "digna" a la decena de familias que siguen viviendo en Las Metas. Si todo sigue conforme al calendario de la Administración, antes del 15 de enero se sacarán a concurso las obras de los andenes y vías, un proyecto que implica el desmantelamiento de las instalaciones actuales y, por ende, la demolición del muro de la antigua Renfe y su sustitución por zonas verdes, el futuro Parque del Ferrocarril del Ensanche.

El trámite que acaba de llevar a cabo el Gobierno dando luz verde a la licitación arroja una serie de detalles técnicos sobre la operación que se va a emprender en 2010, invitando a reflexionar sobre un cambio radical en el paisaje urbano, el salto necesario: se levantarán las instalaciones ferroviarias que queden fuera de servicio; se demolerá y sustituirá el viaducto de Tráfico Pesado sobre las vías y se derribará el puente de la Avenida de Cádiz, entre una batería de actuaciones que, junto al desarrollo del plan de la calle Cervantes, reinventarán la fachada urbana en consonancia con la nueva barriada de Marismas del Polvorín.

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