Convenio con la Fundación Amancio Ortega

El nuevo acelerador dejará a la mitad el número de sesiones

  • El equipamiento permitirá reducciones aún más drásticas según el tratamiento

Alberto Pérez da explicaciones sobre el nuevo acelerador.

Alberto Pérez da explicaciones sobre el nuevo acelerador. / Correa (Huelva)

La filosofía ahora en radioterapia es que el paciente reciba las menos sesiones posibles pero que éstas sean más eficaces. Esto se va a conseguir con la puesta en marcha del acelerador lineal del Hospital Juan Ramón Jiménez que es más que probable, que empiece a funcionar a finales de año. Se trata del equipo que ha llegado a Huelva gracias a la donación realizada por la Fundación Amancio Ortega. Es un acelerador lineal de lo más puntero que existe en la actualidad cuyo valor económico es de 2.600.000 euros. El valor humano que aporte puede ser casi infinito.

Y es que aunque cada caso es distinto, la reducción de sesiones va a ser una realidad. La delegada territorial de Salud, Manuela Caro, indicó que “esta nueva tecnología permitirá que de 36 sesiones necesarias hasta el momento, se pasen a 20” con lo que estamos ante una reducción mínima cercana al 50%. Habrá incluso casos en los que la reducción sea aún más drástica ya que de más de 30 se quedarán en una, según concretó el jefe de Radiofísica del Juan Ramón, Alberto Pérez que además es coordinador del Plan Andaluz de Radioterapia.

Precisamente este martes, ha habido una visita institucional aprovechando la finalización del montaje mecánico del acelerador, todo de acuerdo a los plazos previstos dentro del Plan Andaluz de Radioterapia y el convenio con la Fundación Amancio Ortega. Como ya se ha comentado, el nuevo acelerador permitirá hacer todas las técnicas de tratamiento disponibles en la actualidad con lo que Huelva se sitúa en primera línea en el tratamiento a los pacientes oncológicos. El montaje del dispositivo recibió la visita de Caro, en compañía del gerente del hospital, José Luis Bonilla mientras que por la parte política estuvieron presentes la secretaria general del PPandaluz,Loles López y el presidente del PP onubense, Manuel Andrés González.

Dicho montaje ha venido precedido del desmantelamiento del equipo anterior y la realización de obras de reforma y adaptación del búnker que lo alberga por valor de 240.000 euros, un proceso que se ha ido sucediendo desde el pasado mes de marzo acorde a los plazos previstos. Las obras han consistido en la preparación física para la instalación del nuevo acelerador y la adecuación de sistemas auxiliares, así como actuaciones de confortabilidad en la sala para hacerla más agradable a los pacientes en el marco del Plan de Humanización del centro hospitalario. El paso siguiente es que tanto el equipo como las instalaciones reciban el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear y de ahí, que se hagan las últimas calibraciones.

Es cierto que el inicio de la radioterapia en el Juan Ramón supuso un cambio trascendental en la atención oncológica en Huelva ya que acabó con los viajes a Sevilla. Relacionado con esto, Alberto Pérez recordó que “el Juan Ramón siempre ha dado lo mejor que podía ofrecer” y la situación a partir de ahora queda de la siguiente manera: El hospital se deshace del acelerador más antiguo que poseía pero seguirá teniendo dos. El nuevo, fruto del convenio con la Fundación Amancio Ortega y otro que experimentó hace un par de años, una renovación que “ha logrado dejar en un tercio las sesiones que se daban con anterioridad y eso que ese acelerador adquirido en 2009, es también de tope de gama”.

La instalador del nuevo arrancó en marzo, mes en el que se extrajo el más antiguo y se procedió a las obras de instalación del nuevo. Aunque la fundación del presidente de Inditex ha cargado con la mayor parte del coste, el convenio que en el caso andaluz le vinculó con el SASsuponía que esas obras de adecuación deberían correr a cargo de la Sanidad pública andaluza que en el caso de Huelva, se han traducido en más de 400.000 euros. El hecho además, de que durante estos meses se esté trabajando con un único acelerador, ha obligado a ampliar el número de turnos para atender a los pacientes y aumentar la plantilla.No se trata por lo tanto, de aumentar las sesiones como garantía de un buen tratamiento, sino todo lo contrario. Lo que se necesita es una enorme exactitud a la hora de que la radiación alcance el tumor.

Para que esto sea posible, el nuevo equipo dispone de un sistema de imágenes que permite garantizar la posición del paciente y sus constantes en el momento en que va a recibir la sesión:“Estamos –añadió Alberto Pérez– ante el hecho de que la radioterapia no se ve por lo que debemos tener las mayor seguridad posible de que la sesión alcanza su objetivo”. Esa mayor precisión es la que permite que la sesión sea más corta y se reduzca en número.Tampoco el paciente siente nada “lo que a veces le sorprende ya que tiene referencias de las secuelas de la quimio que aquí no se producen”.

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