Huelva

El pastor alemán ‘Yonky’ evitará que la droga entre en la prisión de Huelva

  • Interior dota al penal de La Ribera de una de las cinco primeras unidades caninas del país

  • El can empezará a controlar la entrada de drogas en el mes de septiembre

‘Yonky’ entrena con su adiestrador en la prisión de Huelva.

El centro penitenciario de Huelva ya cuenta con una unidad canina propia para combatir la entrada de estupefacientes al penal. La medida, que se implementó como experiencia piloto en la penitenciaría de Burgos con un alto nivel de éxito, se desarrolla ya en La Ribera, así como en la cárceles Sevilla I, Puerto III y Algeciras.

Como avanzó ayer el director de la prisión, Raúl Barba, a Huelva Información, en Huelva un funcionario se ha instruido durante meses para adiestrar a un pastor alemán donado por una unidad de la Policía Local de fuera de la provincia. Hace "algo más de un mes" que el can arribó a la cárcel onubense, donde desde entonces entrena para ejercer de guardián.

El nombre del animal es curioso. Lo han bautizado como Yonky. "Aprende como si fuera un juego y se le va enseñando a que busque la droga en los lugares más recónditos con estímulos positivos", explica Barba.

Su destino principal será el control de entrada de la penitenciaría. "Será una medida disuasoria, aunque también podrá entrar en los módulos si se considera necesario", apunta el director del penal. Aunque el caso de la prisión de Burgos no es comparable con el onubense (esta tiene apenas 300 internos y la de Huelva rebasa los mil), la experiencia ha sido muy positiva y, pasado un tiempo, se ha detectado una considerable rebaja de estupefacientes en el centro.

'Yonky' con su adiestrador, un funcionario de la prisión de Huelva. 'Yonky' con su adiestrador, un funcionario de la prisión de Huelva.

'Yonky' con su adiestrador, un funcionario de la prisión de Huelva. / M.G. (Huelva)

Concretamente, el número de incautaciones en el penal burgalés ha pasado de las 300 a solo 50 en apenas un año y las colas de los vis a vis han menguado drásticamente los fines de semana. Por ello las previsiones de Instituciones Penitenciarias para las cárceles andaluzas –que son las que mayor volumen de intervenciones de drogas registran del país– son muy halagüeñas.

La idea es que, al ritmo que avanza el adiestramiento de Yonky, "pueda empezar a estar operativo en septiembre". Constituirá una medida complementaria a los cacheos, muy efectiva "en las comunicaciones", que es el momento donde se puede producir el trasvase de droga del exterior a los internos. Se considera que las principales fuentes de entrada de droga a los centros penitenciarios son los encuentros vis a vis y el retorno de los reclusos que están de permiso.

Raúl Bravo concreta que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha seleccionado a Huelva "porque lo hemos solicitado y porque nuestra plantilla de funcionarios es realmente muy buena".

El director de La Ribera aplaude que la administración penitenciaria haya optado por crear estas unidades caninas propias, de las que sí dispone en cada provincia la Guardia Civil con el Servicio Cinológico, pero "de la que carece, por ejemplo, la Policía Nacional, que tiene que reclamar a la de Sevilla" si necesita hacer uso de un can en una investigación.

Yonky está muy unido a su adiestrador. Ya está instalado "en la perrera que tenemos en el centro", donde recibe todos los cuidados necesarios. Además, sale constantemente: "Se le saca a todas partes, incluso a la playa; el perro tiene que socializar, se tiene que habituar a estar con gente y tener un nivel de agresividad igual a cero", apostilla Barba.

En un principio Yonky está siendo entrenado para detectar estupefacientes pero, como remarca el director del centro penitenciario de Huelva, "se le puede enseñar a detectar cualquier tipo de sustancia u objeto, incluso la medicación (metadona, básicamente), billetes o teléfonos móviles". No obstante, para cada una de las sustancias el perro experto necesita un entrenamiento que puede durar entre cuatro o cinco meses. "Cada cosa que se le enseñe requiere un rodaje previo".

La Guardia Civil había asumido hasta ahora el uso de canes en las cárceles para evitar la entrada de droga, pero habitualmente no iba más allá del control aleatorio de visitas en la zona de acceso a los penales.

Como adelantó ayer el diario El País, la actuación de las primeras unidades caninas no se limitará a estas cinco cárceles andaluzas, sino que el Ministerio del Interior tiene previsto que tanto los animales como sus cuidadores se desplacen a hacer controles en los penales de Badajoz, Sevilla II, Puerto I, Puerto II, Valladolid, Mansilla de las Mulas (León), Dueñas (Palencia) y Soria. Instituciones Penitenciarias pretende extender la iniciativa en el futuro al resto de los centros, más de 80 en el territorio nacional.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios