Aquella calle, (la misma en la que Tartessos fundió plata y se crió después Jesús Hermida, dando balonazos sin asfalto) se tiene como piedra de toque de la reordenación vial, conforme sigue ensanchándose la isla peatonal del Casco Histórico y este año se cierran a la circulación, además, la calle Marina y otras del entorno. Con velas de ida y vuelta llega esta semana a la Mesa del Tráfico una demanda que colea desde 1993: el Ayuntamiento dará a conocer a los sectores representados (Emtusa, taxistas, transportistas y Policía Local) las pautas del plan que se está diseñando para hacer una "restructuración profunda de la zona Centro, con el objetivo principal de cambiar el sentido de la calle Puerto", avanza el concejal de Movilidad, José Luis Barragán.

Nos comentaba el otro día Manolo Moreno, el que fuera representante del taxi y también Rey Mago el mismo año que Uche, que se van notando ya los cambios "a mejor" desde que Barragán volvió a coger las riendas del tráfico en junio, recogiendo una herencia difícil. Pero insistía Moreno en que aquí la receta definitiva para desatascar el Centro pasa por cambiar el sentido de la calle Puerto.

La primera revolución vial [la segunda la anunció Barragán al arranque de este mandato] en época reciente fue la del 92,, cuando se hicieron nuevas canalizaciones y se iniciaron los contactos con la DGT. Luego llegó Barragán y le encargó a un experto belga un estudio en el que ya se contemplaba el cambio de la calle Puerto, la cuestión que ahora se retoma con todas sus repercusiones.

Hace ya 13 años, inauguró este concejal el Centro de Control y Gestión del Tráfico, un equipamiento que en el último mandato, según la reiterada denuncia de la oposición socialista, venía infrautilizándose. Ahora esta red de cámaras de control se está modernizando y ampliando, controlándose además las estadísticas diarias de densidad del tráfico para aplicar las medidas oportunas. Una cosecha que el Consistorio espera que dé buenos frutos.

Esta vez, siguiendo "las tendencias europeas" -contaba Barragán- se está estudiando la incidencia del tráfico en la calidad ambiental de la zona Centro, con vistas a hacer un Plan de Movilidad Urbana Sostenible para el horizonte de 2010; de forma que se pongan en marcha "medidas disuasorias para fomentar el transporte público", cambiando los itinerarios y, desviando los trayectos de los vehículos más contaminantes. De momento, la estadística oficial (que se refiere a toda la provincia) indica que en torno a un 17,8% de las emisiones en Huelva vienen del transporte (la cuota de la industria química es casi el doble).

En esta dinámica de la revolución ecológica el Consistorio tomará cartas en lo que le compete pero también llamará a la concienciación social, promoviendo el uso de vehículos ecológicos (para los que ya existen bonificaciones fiscales). Otro apunte: "Antes de que finalice el mandato -concluye Barragán- queremos fomentar transportes alternativos en el Centro, como el microbús o las motocicletas".