Intenso fin de semana en El Rocío

La Blanca Paloma da su bendición a 5.000 niños

  • Los pequeños esperaron durante varias horas para acceder al camarín para ser pasados bajo el manto de la Reina de las Marismas como momento culminante de la Fiesta de la Luz

Momento de impartición de la bendición a los niños.

Momento de impartición de la bendición a los niños. / Canterla (El Rocío)

La Fiesta de la Candelaria brilla con luz propia y sin duda, un lugar donde el esplendor es mayor es en El Rocío. Según estimaciones de la Hermandad Matriz, unos 5.000 pequeños pasaron este domingo bajo el manto de la Blanca Paloma pidiendo la protección para esta nueva generación que en el futuro, cogerá el testigo de la fe mariana y más en concreto, de la rociera.

De este modo, varios miles de personas se han vuelto a dar cita este fin de semana en la aldea almonteña que es testigo durante todo este año, de una fe que resiste todas las embestidas y que en estos días 2 y 3 ha tenido un apretado calendario de actividades aunque todos los ojos estaban puestos en la ceremonia que tuvo lugar al mediodía con la presentación de todos los pequeños, que son la auténtica cantera rociera.Un día frío pero soleado y brillante acogió a todos esos miles de personas. Muchas de ellas ya se dieron cita a las 11:00 para asistir a la celebración eucarística del santuario que estuvo presidida por monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización. Cabe destacar que desde 2017, el Papa Francisco encomendó los Santuarios al Dicasterio para la Nueva Evangelización y, por tanto, es quien debe aprobar que el Santuario del Rocío sea declarado Santuario Internacional.

La Fiesta de la Luz arrancó así de la mejor manera. El templo ya se encontraba lleno cuando empezó la misa. La junta directiva de la Matriz se encontraba a la derecha del presbiterio, presidiendo la Blanca Paloma la ceremonia desde su lugar en el altar.Monseñor Fisichella reconoció en su homilía, la fe rociera que “desde hace siglos pasa de generación en generación. Todas ellas confían en la Madre de Dios”. El prelado subrayó esa devoción mariana por la que “todo se pone a los pies de la Virgen que nos escucha a todos y para todos tiene palabras de consuelo mientras que nos inicia en la escuela de su Hijo”.

Considerando las lecturas de la misa de este domingo, el prelado enfatizó en el hecho de que el mensaje de Jesús es un desafío para cualquier persona y que nadie puede sentirse indiferente ante él desde el momento en que Jesús se identificó como el Mesías. Asimismo, invitó a los creyentes a dar testimonio de la fe y a no tener miedo de anunciar el Evangelio ya que “Dios nos fortalece”.Cuanto más se acercaba el final de la ceremonia eucarística mayor iba siendo el número de personas que se iban acercando al santuario, si bien muchas familias con sus pequeños siguieron toda la celebración. Sin embargo, estaba claro que el momento culminante de la Fiesta de la Luz estaba acercándose y así se sentía en el ambiente. Los párrocos de Almonte recordaron a los asistentes que la Virgen iba a tener un momento para todos los niños de manera que no había lugar para las prisas. De este modo, se abrió la reja y el equipo de la Matriz fue canalizando el constante flujo de pequeños acompañados principalmente de sus padres aunque también se veía abuelos que no querían perderse el momento.

En la subida al presbiterio esperaban a los niños los dos párrocos de Almonte quienes les impartían la bendición y les entregaban una estampa del Pastorcito Divino. La cola seguía hacia la parte posterior del altar, el camarín, donde las familias encontraban su momento más íntimo para expresar su devoción y sus deseos a la Blanca Paloma que es cuando los pequeños son pasados bajo el manto de la Reina de las Marismas.

Una magnífica organización hizo que el paso de los miles de niños transcurriera sin agobios.La cola era tan grande que salía del templo y se adentraba por la explanada delantera a la ermita y seguía por la calle Almonte, de manera que la Virgen estuvo recibiendo a los niños durante varias horas.Por otro lado, efectivos del Ayuntamiento almonteño controlaban el paso de los vehículos por distintas calles para que nada quedara entorpecido y los miles de personas que un fin de semana más, se dieron cita en la aldea pudieran disfrutar de una gran jornada.

El intenso fin de semana tuvo una serie de actos el sábado. Así, ese día a las 20:00, se celebró el Santo Rosario presidido por el Simpecado de la Hermandad Matriz, y que transcurrió por el itinerario tradicional, por las calles de la aldea con numerosa presencia de fieles.A continuación, tuvo lugar el acto de entrega del título de Filial a las nuevas hermandades del Rocío. Este año se han incorporado las de Baeza, Sabadell y Garrucha con lo que la cifra total se eleva a 124. El presidente de la Matriz, Juan Ignacio Reales mostró su satisfacción por el desarrollo de la Fiesta de la Luz de este 2019. Realizó una valoración “muy positiva tanto en lo que respecta al domingo como en la jornada del sábado”. La presentación de los niños fue, para Reales, el momento más entrañable de la festividad “pues significa la tradición de la fe rociera de padres a hijos y de abuelos a nietos ya que la devoción a la Virgen del Rocío siempre se ha transmitido mucho en línea familiar”.

El presidente de la Matriz quiso resaltar la presencia de monseñor Rino Fisichella que es el “presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y tiene en sus competencias, la responsabilidad de los santuarios y procesiones y ha venido a conocer de primera mano, la devoción en este santuario . En última instancia depende de él la concesión del título de Santuario Internacional, que lo tenemos solicitado”. Para Reales, el hecho de que haya estado aquí y haya aceptado nuestra invitación que le formulamos en Roma hace un par de meses, dice mucho”. Fisichella, tal y como dijo Reales, se ha mostrado muy sorprendido y satisfecho por la devoción que ha podido palpar en El Rocío.

La Fiesta de la Luz tiene raíz bíblica y judía ya que evoca la presentación del varón primogénito en el templo a los cuarenta días de su nacimiento. Esta celebración comenzó a ser conocida en Occidente desde el siglo X con el nombre de Purificación de la bienaventurada Virgen María, por lo que fue incluida como fiesta mariana. En el calendario romano, revisado en 1969, se cambió el nombre por el de La Presentación del Señor.

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