El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ratificado la condena de nueve años de cárcel para un hombre que agredió sexualmente toda una noche a su expareja sentimental en represalia por haber mantenido relaciones con otro hombre en su casa mientras él estaba en la cárcel.

La sentencia del Alto Tribunal desestima el recurso de apelación interpuesto por el condenado contra la emitida por la Audiencia Provincial de Huelva que le imponía dicha condena.

En dicho recurso alegaba, fundamentalmente, error en la valoración de la prueba, al haber sido condenado en base a la declaración de la denunciante en la que "no concurrían" los parámetros exigidos por ley, si bien el TSJA "no advierte error alguno" y, por ende, ratifica la sentencia de instancia.

Por tanto, se considera a esta persona responsable de un delito continuado de agresión sexual por el que además de los nueve años de prisión le prohíbe aproximarse a menos de trescientos metros de la víctima y comunicarse con ella por un período de catorce años.

Asimismo, deberá indemnizar a la mujer con 5.203,1 euros por lesiones y secuelas y con 6.000 euros por daños morales. Una vez cumplida la pena de cárcel se le impone la medida de libertad vigilada por un período de cinco años.

Se considera probado que el acusado, de nacionalidad italiana y con antecedentes por lesiones, tuvo una relación sentimental con la víctima durante un año que finalizó aproximadamente en el 2012 pese a la cual siguieron conviviendo juntos en el mismo domicilio.

En febrero del 2019 ingresó en prisión por un periodo de seis meses durante los cuales ella mantuvo relaciones con un ciudadano ruso que posteriormente también ingresó en la cárcel y que compartió módulo con el acusado, quien a través de él fue conocedor de dicha relación.

El 21 de agosto del 2019, al salir el acusado de prisión, el procesado se presentó en el domicilio que había compartido con la mujer y posteriormente salieron con amigos hasta que él regresó a la casa a las 23:30 horas y ella un poco después.

En un momento determinado, el procesado, molesto porque ella hubiese estado con otro hombre mientras él estaba en prisión, le exigió mantener relaciones sexuales, a lo que ella se negó.

Pese a la negativa, el acusado la llevó por la fuerza al dormitorio y la agredió sexualmente en varias ocasiones mientras ella le pedía una y otra vez que la dejara; las agresiones se repitieron durante la noche y ella intentó en varias ocasiones coger su móvil para pedir ayuda sin conseguirlo.