La Parroquia de la Concepción cerró de una manera especial el año litúrgico con la festividad de Cristo Rey, ya que en el céntrico templo se dieron cita dos importantes eventos de distinta índole. En primer lugar, se descubrió un azulejo conmemorativo del 500º aniversario de la iglesia, cuyas celebraciones tuvieron lugar el pasado año. El azulejo se encuentra en el vestíbulo de la entrada principal de la parroquia.

Esa cita con la historia dio paso a la función principal del solemne triduo organizado por la Oración en el Huerto en honor a Jesús Sacramentado. Los cultos han sido presididos por el párroco de la Concepción, Diego Capado, quien hizo un tanto de lo mismo en la función de ayer. Tras el culto se procedió a la procesión claustral del Santísimo bajo palio en el interior del templo.

La adversa meteorología hizo que la hermandad tuviera que realizar un cambio de planes, ya que estaba previsto que el cortejo saliera de la parroquia para recorrer algunas arterias de la feligresía como son Méndez Núñez, Mora Claros, Puerto o la Plaza del Cristo de la Vera Cruz. Nada de eso fue posible, por lo que la comitiva se formó en el templo. Estuvo compuesta por hermanos con cirio, el estandarte de la hermandad y el Santísimo portado por Diego Capado. El palio y los faroles fueron llevados por miembros de la junta de gobierno de la Oración, hermanos mayores de otras cofradías que tienen su sede canónica en La Concepción así como los de otras hermandades sacramentales de la capital, además del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio González.